Coronavirus, la ventaja y el riesgo de vivir en América Latina

Lectura: 5 minutos

Coronavirus en América Latina: riesgos y ventajas de vivir en latinoamerica

Cada vez se propaga más el coronavirus en América Latina, pero existen algunas características de la población en países latinoamericanos que podrían ser consideradas como ventajas sobre otros países.

Del coronavirus se sabe poco y se está buscando desesperadamente su cura, limitando a los países a emitir medidas protocolarias que eviten la propagación del virus que, de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), ya es considerada una pandemia por su alto nivel de contagio en todo el mundo.

El coronavirus no tiene límites geográficos y 107 son los casos registrados en América Latina, con 625 millones de latinoamericanos en riesgo de contagio; sin embargo, la posición geográfica de los países y otros factores han permitido que sólo el contagio en el 0.1 por ciento sin muchos casos fatales.

Las cifras de infectados por el covid-19 podrían ser más en América Latina de lo que se reporta. Esto debido principalmente a dos factores: 1) Muchos pacientes no acuden al médico dado que los síntomas que padecen son leves y 2) el virus tarda entre cinco y once días en mostrar síntomas tras la infección.

Siendo ya una pandemia, el contagio del coronavirus modificará drásticamente las cifras, pero Luis Gonzalo Segura escribe para RT factores de ventajas y desventajas de los países en América Latina.

1- Posición geográfica y conexiones aéreas

El primer factor que ha beneficiado a Latinoamérica ha sido la suerte. Por un lado, su posición en las antípodas de China claramente le ha beneficiado al situarla lo más lejos posible del foco de infección. En segundo lugar, y no menos importante a día de hoy, las conexiones aéreas con china no son ni mucho menos tan importantes como sí lo son en el caso de Europa o América del Norte, país en el que oficialmente hay más de 700 contagios, cifra que septuplica los datos de América Latina.

De hecho, la cifra todavía podría haber sido menor, pues los primeros contagios se produjeron fuera de la región: Asia, Italia, España y Estados Unidos. Seguramente, muchos podrían haber sido evitados con una cuarentena a todos los viajeros, aunque bien es cierto que la expansión era y es inevitable.

2- Clima

El segundo factor fundamental lo encontraríamos en el clima, el cual a día de hoy no se sabe cuál podría ser su efecto en el SARS-CoV-2. Ni tan siquiera se sabe con seguridad cuáles son los motivos por los que el virus de la gripe muestra una clara estacionalidad, cuanto más el nuevo SARS-CoV-2, pero sí es cierto que podría ser que las altas temperaturas dificultaran su expansión, lo que ha llevado a especular con que las condiciones actuales de América Sur no fueran las mejores en la actualidad para la propagación del virus, algo que podría cambiar en unos pocos meses.

3- Densidad de población

El tercer factor radicaría en la densidad de población, la cual afectaría de forma desigual a la región. Por un lado, es cierto que existen áreas con densidades de población muy bajas en las que el virus tendría difícil su expansión, pero no lo es menos que algunas de las grandes urbes del mundo se encuentran en América Latina, como Ciudad de México, Sao Paulo, Buenos Aires, Río de Janeiro o Bogotá. En total, en América Latina más del 40 por ciento de sus habitantes reside en ciudades de más de un millón de habitantes, lo que supone que unos 300 millones de latinoamericanos están en situación de mayor riesgo.

4- Fortaleza del tejido sanitario y la investigación

El cuarto factor, y quizás el más importante, se encontraría en la fortaleza de los tejidos sanitarios y, ahí, América Latina tiene un problema muy serio. El descuido generalizado en cuanto a las inversiones públicas en sanidad y en investigación son alarmantes en la mayoría de países del mundo, pero muy especialmente en América Latina, donde las desigualdades entre países y entre ciudadanos son muy marcadas.

Para hacernos una idea, Cuba es el país del mundo con más médicos por habitante y el tercero con más enfermeros, con unos 8 por cada 1.000 habitantes, por lo que tiene uno de los sistemas sanitarios más robustos para una situación de crisis –recordemos que uno de los grandes problemas es el contagio y las bajas que este provoca en el personal sanitario–. Sin embargo, esta situación difiere mucho del resto de América Latina: Chile tiene 2,2 enfermeros por cada 1.000 habitantes, una cuarta parte de lo que posee Cuba, y es el mejor de América del Sur, pues Uruguay tiene 1,89; Paraguay, 1,46; Brasil, 0,71, o Bolivia, 0,51. En estas condiciones, la saturación de los sistemas sanitarios en caso de expansión del virus está garantizada.

5- Desigualdad y escaso crecimiento

América Latina, además, es la región más desigual del mundo y cuenta con unos elevados niveles de pobreza, lo que combinado con un crecimiento menor que en el resto del planeta no parece generar gran tranquilidad.

La región de América Latina y el Caribe creció en 2019 un 1,6 por ciento , cifra que se encuentra muy alejada de los crecimientos que se produjeron en las regiones asiáticas (de 1,9 a 6,5 por ciento ), Europa (1,9 por ciento ), Oriente Medio (2,9 por ciento ) o África Subsahariana (3,6 por ciento ). La desigualdad y la desaceleración económica no son los mejores cimientos para soportar una epidemia.

6- Juventud

Pero no todo son malas noticias, ya que una de las grandes fortalezas de América Latina para afrontar los efectos de la expansión del COVID-19 radica en su juventud, pues la letalidad del virus se ha mostrado mayor a medida que los afectados tienen mayor edad, encontrándose las tasas más altas por encima de los setenta años de edad. Sin embargo, la población por encima de 65 años en América y el Caribe se encuentra en el 9 por ciento.

Es por ello que la letalidad del virus, al tener menos probabilidad de contagiarse entre población de mayor edad bajaría necesariamente. Por poner un ejemplo, en España la población por encima de 65 años representa el 19 por ciento y en Italia se sitúa en el 21 por ciento , dos de los países más afectados en Europa. Mientras, en el continente, la tasa media se sitúa en el 19 por ciento. Esto es, uno de cada cinco europeos es mayor de 65 años y, por tanto, sufre serio riesgo de perecer en caso de contagio.

Para el autor, América Latina parece haber tenido bastante fortuna en esta ocasión. En las antípodas del origen, con una población joven y menores conexiones aéreas que Europa, Asia o América del Norte sufre a día de hoy menores consecuencias por la expansión del COVID-19 que otras regiones del mundo. 

“Quizás, ello haya provocado que las estrategias adoptadas en América Latina, está por ver si de forma acertada o equivocada, no se centren tanto en la contención del virus, como en Italia o España, sino en la mitigación. Caso de México,” señala el autor.

Pero estas medidas no solo se toman en base a las fortalezas latinoamericanas, sino que también tienen en cuenta su principal debilidad: el tejido sanitario. De hecho, si las circunstancias cambiaran y el virus se propagara de forma considerable en América Latina, las consecuencias podrían ser desastrosas.

“América Latina hoy goza de fortuna, pero quizás mañana esté plagada de lamentos”. 

0 0 votos
Calificación del artículo
Subscribir
Notificar a
guest
0 Comentarios
Comentarios en línea
Ver todos los comentarios
0
Danos tu opinión.x