En México la vida no vale nada
Hemos podido constatar que hay en el mundo fundamentalmente dos formas de afrontar la pandemia que padecemos: una que se centra en la protección de vidas humanas, y otra, que se centra en la protección de la economía. En términos generales, los países del llamado primer mundo, como Estados Unidos y aquellos que integran la Unión Europea, han optado por la primera vía, y claramente nuestro país ha utilizado la segunda, en contra de la recomendación de los científicos.
Lo anterior es entendible a la luz de la realidad que se impone. Por desgracia en México valoramos menos la vida humana que en los mencionados países, ya que desde tiempo inmemorial enfrentamos una violencia desmedida que causa multitud de muertes en forma cotidiana, a grado tal que en las últimas décadas asimilamos los números de muertos de manera instantánea sin impresionarnos. Los menos de 25 mil muertos por el coronavirus a nivel mundial, no nos acalambran tanto frente a los 300 mil muertos que ha acarreado la guerra contra el narcotráfico desde Calderón a la fecha.
Por otro lado, nuestra realidad económica no brinda flexibilidad alguna de maniobra ante una población empobrecida que vive al día y que no cuenta con ahorros suficientes para darse el lujo de poder dejar de trabajar por un tiempo indefinido. También se suma a esta última problemática, la situación de fragilidad de la generalidad de las empresas mexicanas y de aquellas transnacionales que operan en México, especialmente las llamadas PyMEs, ante el supuesto nuevo régimen de la 4T, que carecen de la capacidad para cerrar sus puertas por tiempo indefinido sin realizar despidos laborales, que en su conjunto podrían significar la cancelación de millones de empleos.
Es por ello que el presidente López Obrador ha optado por posponer al máximo posible las medidas de confinamiento que han tomado los países que han privilegiado la primera vía, y pretende proteger la economía y las fuentes de empleo hasta en tanto sea posible, aunque adoptando medidas tan contrarias a dicho propósito como la cancelación del proyecto de Constellation Brands.
La familia mexicana es la institución de seguridad social más importante
Por el lado de las fortalezas de nuestro país para enfrentar la crisis del coronavirus, está sin duda la institución de la familia en México, a la que se refirió en el presidente en su Mañanera del pasado martes 24 de marzo, señalando que más importante que la capacidad hospitalaria con la que cuenta México, está la capacidad de los mexicanos para cuidarnos en nuestros hogares, a través de la solidaridad y la fraternidad.
Dijo, y con razón, que “la familia en México es la institución de seguridad social más importante”, lo que nos distingue de la mayoría de los países del mundo. Explicó que en México, cuando a un miembro de la familia le va mal, acuden los otros a ayudarlo y que eso nos ha protegido siempre, aunque reconoció que eso se va a poner a prueba en la actual contingencia. Hizo un llamado a que cuidemos a los adultos mayores, así como a la población vulnerable, y luego hizo una afirmación cierta, pero completamente a contracorriente del movimiento en favor de la igualdad de género, en los siguiente términos: Las hijas cuidan a los padres, los hombres podemos ser más desprendidos, pero las hijas están siempre pendientes de sus padres y madres. Tenemos millones de enfermeras en casa.
La tolerancia a la frustración es una fortaleza del mexicano
La deficiencia generalizada de los servicios públicos que presta el gobierno en México, paradójicamente se convierte en una de nuestras fortalezas para enfrentar la coyuntura, al haber desarrollado en el mexicano una tolerancia a la frustración mayor a la de los ciudadanos de otras naciones. Como ya estamos acostumbrados a recibir malos servicios del gobierno, la expectativa ciudadana respecto de su capacidad para enfrentar una crisis hospitalaria, es tan baja, que no deberá generar tanta indignación como ameritaría. Tal como sucedió en el temblor del 85, la sociedad civil ha rebasado con creces la actuación del gobierno y se moviliza sin liderazgo alguno por parte de éste.
El coronavirus es una enfermedad fifí que no afectará masivamente
Ha quedado comprobado que en México, como en la totalidad de los países, salvo China, la enfermedad del coronavirus se ha desarrollado por contagio de personas que han viajado al extranjero y por nacionales radicados en el extranjero y extranjeros que han venido al país. Aun cuando según se nos ha explicado, en la nueva Fase 2 que vivimos, los contagios de segunda generación ya se dan entre personas radicadas en México, el hecho de que México como país, e incluso sus principales ciudades como la Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey no son cosmopolitas, y hay muy escasa relación con extranjeros, es poco probable que la infección afecte dramáticamente a comunidades alejadas de las grandes urbes, como las menonitas del norte o las tzeltales del sur.
Es incuestionable que los primeros afectados de este mal forman parte del sector social que Andrés Manuel se ha empeñado en etiquetar despectivamente como “Fifís”. En efecto se trata del sector social que generalmente tiene la capacidad económica de realizar vuelos internacionales y por ello ha sido hasta ahora el más afectado por el coronavirus, pero resultan criminales las declaraciones del gobernador de Puebla, Miguel Barbosa, en el sentido de asegurar que los pobres son inmunes a éste, o la del Secretario del Medio Ambiente, Víctor Toledo, de culpar a los “ricos” del virus y de la crisis que se vive, al grado de acusar a los empresarios de ser “un virus mortal” para México. Utilizar este hecho para atizar el rencor social entre personas de la base de la pirámide social, puede resultar peligroso. Nunca hay que olvidar que de la violencia verbal muy fácilmente se puede pasar a la violencia física.
Tal como sucedió con September 11, luego de salir de esta crisis el mundo será otro y las prioridades del ser humano se modificarán, valorando más a los seres queridos y la salud por arriba del afán desmedido por acumular riqueza. Como decía mi abuela, “No hay mal que por bien no venga”.
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Muy bueno tu análisis, Dios quería que este virus nos haga mejores seres humanos
Queda claro que estamos solos, no tenemos Presidente tenemos un payaso como Presidente
Estimado toño es una triste realidad como discriminan a la mujer, y esa diferencia tan grande con la población que puede tener recursos, por su trabajo, es populismo autentico, se olvidan que todos somos Mexicanos. Lamentablemente el apostar por la cuestión económica va a traer una mayor repercusión de casos (los cuales tratan de ocultar las cifras reales) y de muertes ( también cifras no reales, por desconocer la verdadera causa). No podemos confiar en las estadísticas del gobierno y debemos de exagerar nuestras medidas de precaución ya que la afectación va a ser muy muy grande en la ya cercana etapa 3.
Miguel Barbosa, Víctor Toledo y su jefe, trío de payasos ineptos. Peor que el Covid19, es el populismo demagógico, la necedad y la ignorancia de los líderes de Morena y los “responsables”… ¡pobre país!
Muy buena reflexión.
Y precisamente en este tema tan trascendente es interesante ver la volatilidad de AMLO y la desfachatez en la manera en que trata a la “familia” (y en general cualquier tema). Pero, si la familia no la trata con respeto SIEMPRE (defendiendo la vida desde su concepción hasta la muerte natural, defendiendo la naturaleza humana que es ser varón-mujer sin más, defendiendo la estabilidad de los hogares sin violencia, con raíces, con progreso, etc.), entonces no podemos esperar que maneje bien los ámbitos mayores. “El que es fiel en lo poco, es fiel en lo mucho” (Lc 16,10).
Los virus no hacen mejores humanos. La buena educación con valores y principios vienen de la casa, no importa su condición socioeconómica. Quieres adultos responsables, edúcalos desde niños
“Quién esté libre de pecado, que tire la primera piedra”. Que desfachatez juzgar desde un marco conceptual tan reducido. Decir que la relación mujer-hombre es la única válida es dejar fuera cualquier otra concepción de familia. Si tanto defienden la vida, porque permiten tanto abuso a la niñez por parte de sus Iglesias?
La disyuntiva ética es la que está predominado en esta pandemia. El privilegio a lo económico o el privilegio a lo humano. Las voces de Trump, Salinas Pliego ante Bill Gates, en un sentido u otro, plantean que el consumo debe seguir no importa que sea sobre cadáveres, o que la economía puede reconstruirse pero la vida de un humano nunca. En México y en los EU el miedo a que la economía se colapse es evidente, por razones diferentes, pero la óptica humana es la que debe prevalecer.
Excelente y objetivo artículo, Toño.
Certero, tu análisis en el primero y tercer capítulos; triste realidad la que describen ambos.
Indiscutible, también, el papel fundamental del valor de la familia y de la generosidad que la caracteriza, con frecuencia extendida al grupo de los amigos y, en situaciones dramáticas, aún a extraños.
Indignante, pero cierta, cínica y grosera, la situación que describes en el cuarto capítulo. Aprendamos de todo ello y actuemos en consecuencia.
Muy objetivo y buen análisis de la situación así como lo acertado de tus comentarios posteriores.
Un abrazo
Increíble análisis! Me deprimen mucho los comentarios de los hoy supuestos líderes del País, es incomodo que no solo no apoyen las decisiones mundiales, que para ser honestos ya no están en manos de nuestro presidente, son decisiones que ya se tomaron y habrá que seguirlas con las consecuencias que tiene priorizar la vida, lo mas triste es la burla constante a la situación, la falta de responsabilidad de decir que hay personas inmunes a este virus y batear la responsabilidad del cuidado de los enfermos a la familia y en especial a las mujeres mencinandonos como enfermeras (ideologías del siglo pasado como todo en el). La mayoría de las familias mexicanas cuida a sus familiares independientemente del genero.
Coincido completamente Toño ,solo enfatizaría el doble discurso del presidente con relación a sus a sus pronunciamientos ,primero la gente un gobierno humanista y por otro lado estirando la liga al maximo para que la economía no se siga de picada y aún así debilitando las relaciones comerciales con el exterior con la cancelación de la planta de cerveza ! Es una veleta sin rumbo , no sabemos en realidad quién dirige este país !
Esperemos que esta pandemia nos haga fuertes espiritualmente y nos despierte la fe que como Mexicanos nacimos con ella !
Saludos
Buen relato de la situación y preocupante que de aquí se pueda desprender una mayor polarización y más violencia. Sin duda esto nos hace conocernos más en familia y por lo tanto nos traerá transformaciones sociales positivas
Un análisis poco profesional manejando axiomas falsas para llegar a conclusiones a modo. Sí bien es cierto que los llamados países de primer mundo han tomado medidas extremas no es verdad que hayan dejado de lado sus economías. No has considerado en tu “análisis” que la cultura y educación de los mexicanos es muy diferente a la de esos países y ésta no cambia sólo por decreto o por cambio de régimen. Tal vez las medidas tomadas no sean las mejores, Nadie lo sabe con certeza. Las que han tomado los países que según tú priorizan la vida, han sido más efectivas?
No lo creo.