La pandemia del COVID-19 ha traído un sinnúmero de sorpresas, enojos y sobre todo reflexiones en torno a lo que sucede en el planeta. En la historia de la humanidad ha habido otras epidemias que ante los pocos conocimientos científicos que se tenían en ese momento, fueron motivo para alimentar el pensamiento mágico de hombres y mujeres. El miedo, la culpa y la idea del pecado rondaban en la psique colectiva –como ahora–, pero también el desdén y la falta de cuidado eran recurrentes –que también hemos visto hoy–.
Muy nombrada por la historia es la situación de Europa alrededor del 1300. El hambre, las plagas, la inestabilidad política de la mano de las crisis económicas y sociales, fueron la constante durante este periodo. La llamada “Guerra de los cien años” entre Inglaterra y Francia completó el precario escenario. Incluso este episodio marca una de las circunstancias que provocaron el fin de la Edad Media. ¿Qué hubo después? Una de las épocas más brillantes de la humanidad: el Renacimiento. Un cambio que impactó en todas las esferas, incluido el arte. No será la excepción ahora y para muestra algo que ha venido sucediendo como parte de las redes sociales.
Varios museos han abierto sus puertas a través del Internet brindándonos la posibilidad maravillosa de sentir que caminamos por sus pasillos desde nuestro celular o de manera más cómoda, en la pantalla de nuestra computadora. Ése es uno de los fenómenos positivos que se han dado. La apertura de recorridos virtuales y poder transitar por sus salas a través de un click (o varios).
Hoy reiniciamos Apasionarte con la visita a varios de estos museos virtuales. Comenzamos con el Museo Estatal del Hermitage, en San Petersburgo, Rusia. Uno de los recintos más esplendorosos del mundo, a juzgar por las imágenes que nos permiten recorrerlo de forma por demás detallada.
Hagamos un poco de historia. San Petersburgo –antes Petrogrado y Leningrado– es, después de Moscú, la ciudad más importante en Rusia. Fue fundada por el zar Pedro el Grande –de ahí su nombre– e intentó construir una ciudad moderna para ese momento. Su diseño urbano acentúa sus calles de la mano de sus bellos edificios que en varios momentos se reflejan en los múltiples canales que la atraviesan.
El Museo Estatal del Hermitage se encuentra en lo que fue la residencia oficial de invierno de la familia zarista, a mediados del siglo XVIII. Después, fue la sede del gobierno conspirador de Catalina la Grande quien lo mandó a ampliar incluso con un teatro de bella planta circular y no en herradura –véase el breve video del mismo; estoy segura que quedará sorprendido; el link lo encuentra en la parte final de este texto–.
A Catalina la Grande le debemos tanto el nombre del lugar –del francés ermitage, vivienda de un ermitaño– como el inicio de la gran colección de arte que alberga. En las décadas posteriores a 1917, como consecuencia de la Revolución Rusa, varias obras fueron distribuidas e incluso vendidas a otros museos. Después de la Segunda Guerra Mundial, el palacio fue restaurado y la colección fue abierta al público.
Su acervo artístico abarca desde la Prehistoria, pasando por varias salas con piezas de la Grecia Clásica y Helenística, la Roma Antigua, piezas de la Edad Media para después iniciar con su magnífica colección de pintura que abarca obras hasta la primera mitad del siglo XX; razón por la que se considera como una de las pinacotecas más completas del mundo.
La presencia de su recorrido virtual refiere una importancia para quienes no hemos podido visitar ese alejado lugar tanto para apreciar no sólo la arquitectura del lugar sino también sus obras artísticas; se recomienda llegar a esta hermosa ciudad por mar, para así apreciar los bellos paisajes que nos brinda el Báltico en su travesía.
Comencemos con el edificio. El llamado Palacio de Invierno fue construido por Francesco Bartolomeo Rastrelli, un arquitecto italiano contratado por la familia zarista. Lo inicia en 1754, en un estilo que el propio constructor denominó como “barroco ruso”, pero que es un ejemplo de un estilo que comenzaba a irrumpir en el mundo: el rococó. Sus ornamentos, sobre todo interiores, nos revelan la majestuosidad y riqueza reinante: desde los pisos, las paredes donde destacan las grandes columnas, sus capiteles las decoraciones con hoja de oro además de la multiplicidad de sus formas curvas. No deje de apreciar los candiles y luminarias, así como las esculturas, muchas de ellas que emergen de las paredes.
Le recomiendo, amable lector, que comience dando click en “Begin Tour” para iniciar desde el vestíbulo principal. Quienes han estado ahí recordarán el guardarropa para luego subir por la escalera principal y comenzar el asombroso recorrido que nos espera. Puede dejar que en automático vaya dándose el recorrido o parar dando click donde aparece un icono con la letra “i” para detenerse en el detalle de la imagen que corresponda y saber un poco más sobre la pieza que se muestra. También encontrará otro signo –un círculo con cuatro líneas– que lo conducirá a la sala siguiente, aunque siempre podrá avanzar de forma automática tocando la pantalla de su dispositivo o con el ratón de su computadora.
Después de “subir” la escalera, no deje de “asomarse” a las ventanas para disfrutar de la vista del caudaloso río Nevá y también dar un recorrido por sus techos. Encontrará gratas sorpresas. También le sugiero “saltar” algunas salas y continuar con la del Paleolítico –primer piso, sala 11-1– hasta la Edad del Bronce –sala 14–. Podrá apreciar las llamadas “Venus prehistóricas”, figuras femeninas relacionadas con la fertilidad además de la cerámica que se ha conservado; muchas de ellas pintadas con decoraciones abstractas. También cuchillos, brazaletes y otras herramientas en piedra y bronce y que fueron utilizadas en los inicios de la humanidad.
Salas sobre la Prehistoria. Recorrido virtual del Museo Estatal del Hermitage. Sala de cerámica griega. Recorrido virtual del Museo Estatal del Hermitage.
Después “brincar” de nuevo, ahora a las salas griegas y romanas –primer piso, desde la sala 111 hasta la 121 y 127–. Aquí deténgase a apreciar, además de sus esculturas en mármol, la espléndida colección de vasijas y ánforas áticas –sobre todo las de las figuras negras–, donde podrá apreciar en sus dibujos, un recurso que revolucionó el arte: el escorzo, es decir, la intención de volumen. Estas pinturas representaron uno de los motivos por los que el hombre del Renacimiento afirmaba que la Humanidad ahí había nacido. Sin duda, fue uno de sus puntos de partida.
En la próxima entrega, continuaremos con el recorrido virtual del Museo Estatal del Hermitage, con las salas de los siglos XV y XVI. La época del Renacimiento.
Para conocer sobre el Teatro del Hermitage:
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Excelente recorrido, alimenta el alma mía me aleja de pestes, haciendo de está cuarentena algo algo que llena de esperanza mi espíritu y mi vida. Gracias!