El margen de error cuando se trata de predecir el futuro es muy alto, y más en estas épocas en las que infinidad de variables intervienen; el efecto mariposa lo estamos viviendo de manera exponencial. Normalmente los que predicen el futuro después se la pasan explicando las razones de por qué no fue así.
Sin embargo, cuando analizamos las Bolsas de Valores, normalmente los precios de las acciones nos dan una idea de cuando menos cuál es la expectativa que tienen los inversionistas de lo que sucederá con las empresas que cotizan y, por lo tanto, nos puede dar una idea de lo que se espera que suceda con la economía de los países hacia adelante.
El país donde más fácil podemos observar cuál es el sentimiento de los inversionistas de cómo va a estar la economía y las empresas, es Estados Unidos, ya que entre el 70% y 80% de los ahorradores invierten en la Bolsa de Valores.
Es increíble que con la pandemia que estamos viviendo, y con el evidente deterioro que tiene el empleo, el consumo y la inversión, los diferentes índices de los mercados de valores estén subiendo a valores récord.
La realidad es que el mercado se ha contraído, pero relativamente son muy pocas las empresas que están tomando el mercado aunque sea menor; los hábitos de consumo han cambiado, son pocas las empresas que están creciendo y, en esos casos, lo están haciendo a un ritmo impresionante.
Si esta tendencia sigue y proyectamos al futuro, no es difícil predecir que unas cuantas empresas se quedarán con todo, y en un futuro no muy lejano unas cuantas corporaciones tendrán mucho más poder económico que muchos países. Además, no tendrán nacionalidad, su principal objetivo será dar buenos rendimientos a los accionistas, lo que redundará en el bono que reciban los principales ejecutivos de éstas, sus prioridades serán distintas a las de los gobiernos de los países; buscar el bien común se volverá secundario, la meta fundamental será que los accionistas estén contentos.
Me parece que el gran reto que tiene la humanidad es cómo lograr que sin destruir valor y seguir reconociendo el triunfo por la creatividad y el esfuerzo, revertir esta tendencia.
El mundo no se encuentra preparado para enfrentar a estos monstruos que están creciendo de manera acelerada, no hay reglas antimonopolio a nivel mundial, y por supuesto, la resistencia a que se establezcan límites cada vez será más poderosa.
Pareciera ser que sobrevivir en el futuro como empresa será integrarse a estos grandes corporativos y obedecer las directrices que dicten, la pandemia que estamos sufriendo simplemente aceleró el proceso. La verdad es difícil encontrar una fórmula que revierta este futuro, o cuando menos lo detenga.
Como ahorrador, el sentido común nos dice que la única manera de preservar nuestro capital será comprando acciones de estos grandes monstruos. Como dicen, si no puedes vencerlo, ¡únete!
No es fácil saber lo que va a pasar en el futuro, pero tristemente lo que se ve venir es a mucha gente marginada en todo el mundo y unos cuántos ganadores inmensamente grandes. Lamentablemente, por el momento la ruta a seguir más lógica es tratar de integrarse a estos grupos que cada vez serán más exclusivos y poderosos, ¡suerte!
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Don Salomón: al leer tu artículo, recordé la frase de un Premio Nobel japonés: ” el arte de predecir es muy difícil, sobretodo cuando se trata del futuro” y ciertamente esto es muy válido el día de hoy y de siempre!
Esa fue el objetivo del Covid 19
Salo. Esperemos que esas grandes empresas que se acabaran quedando con gran parte de la riqueza, tengan ética y creen programas para apoyar a la gente marginada, que a fin de cuentas serán sus consumidores. Ojalá no lo hagan solamente por su propio beneficio, sino que sea por generosidad y solidaridad con los pobres. Que generen programas de educación y de producción
Un saludo
Salomon, coincido con tu diagnóstico.
Habrá que buscar un capitalismo más social, justo e incluyente