Alrededor del 68.1 por ciento de la población mayor a los 18 años en México, se siente inseguro de vivir en su ciudad. Así lo informó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) para el último reporte del mes de diciembre del 2020.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) —publicada por el INEGI este 19 de enero— la percepción de inseguridad presentó una disminución anual. En este sentido, del 72.9 por ciento registrado en diciembre del 2019, se llegó a 68.1 puntos porcentuales para el mismo mes, pero del 2020.
Pese a la baja anual, la población se sintió más insegura en diciembre del año pasado que en septiembre. Resulta que en el noveno mes del 2020, fue el 67.8 por ciento de la población, el que se sentía inseguro de vivir en su región.
Los datos del INEGI arrojaron que con 72.6 por ciento, las mujeres se siguen sintiendo más inseguras que los hombres. En este sentido, sólo 62. 7 puntos porcentuales de la población masculina teme por su seguridad.
En cuanto a las ciudades consideradas como lugares inseguros por sus habitantes, se encuentran Fresnillo (94.8 por ciento); Ecatepec de Morelos (89.9 por ciento) y Coatzacoalcos (88.9 por ciento). Asimismo, Cancún (88.1 por ciento), Cuernavaca (87.7 por ciento) y San Luis Potosí (87 por ciento).
Por otro lado, las regiones con menor percepción de inseguridad fueron San Pedro Garza García (11.7 por ciento); Los Cabos (17.3 por ciento) y Mérida (24.6 por ciento). A estas le siguen Saltillo (30.9 por ciento); La Paz (31.8 por ciento) y San Nicolás de los Garza (31.8 por ciento).
Con base en la información del INEGI, durante el segundo semestre del 2020, 14.3 por ciento de la población mexicana sufrió de acoso personal o violencia sexual. Como era de esperarse, para las mujeres fue mayor con 21. 6 puntos porcentuales, comparados con 5.7 de los hombres que señalaron la falta.
Finalmente, a lo largo de los últimos seis meses del año pasado, 28.1 por ciento de los hogares mexicanos registró un robo o extorsión. Mientras tanto, 47. 9 por ciento de la población que tuvo contacto con autoridades de seguridad pública, fue víctima de prácticas corruptas.