Las modificaciones fiscales que entraron en vigor en enero de este año han tenido un tal efecto recesivo en la economía mexicana. Durante el primer semestre de 2014, el PIB tuvo un crecimiento anual de sólo 1.7 por ciento. Las empresas y las personas físicas no están invirtiendo como resultado del aumento en las tasas impositivas. Las autoridades apuestan que con las reformas estructurales, la inversión se verá favorecida por las perspectivas del crecimiento económico, de tal forma que sean contrarrestados los efectos de la Reforma Fiscal.
I. Nivel de inversión por debajo del cierre del sexenio anterior
En lo que va de la actual administración, la inversión pública y privada no muestran señales de reactivación, registrando tasas de crecimiento negativas y por debajo de las registradas en los dos últimos años del sexenio anterior. Al segundo trimestre del año, la formación bruta de capital registró una caída de 0.5 por ciento, mostrando así niveles similares a las observados a finales del 2008. Es necesario para un crecimiento elevado y sostenido de la economía que la inversión aumente a un mayor ritmo y en forma constante.
II. Inversión, motor de crecimiento para la economía
Una mayor inversión eleva la capacidad productiva de la economía dando lugar a un mayor nivel de empleo y de ingresos. Actualmente la inversión en México representa el 22 por ciento del PIB; la inversión privada equivale al 17.5 por ciento, la extranjera el 2.0 por ciento y la pública 2.5 por ciento.
Para lograr que la economía crezca a tasas mayores y en forma sostenida, es necesario que el nivel de inversión sea más elevado, por arriba del 25 por ciento del PIB.
El programa del Gobierno para el mediano y largo plazo presupone un incremento paulatino en la inversión. Menciona que la inversión privada se aceleraría por: un entorno de financiamiento propicio, necesidades de renovación y ampliación de la capacidad instalada, la recuperación del mercado de vivienda y por mayores ganancias de las empresas.
Para 2014, la SHCP estima un crecimiento de la inversión total del 1.4 por ciento real mientras que para el 2018 una alza del siete por ciento. Con lo cual, el PIB pasaría de un crecimiento del 2.7 por ciento en el presente año a tasas del 5.2 por ciento a partir del 2016.
III. “Reducir la carga fiscal”, pide sector privado para incentivar la inversión
El Sector Privado, a través del Consejo Coordinador Empresarial, realizó un documento (que será entregado al Congreso de la Unión) con planteamientos que dan incentivos a las empresas para que detonen el mercado interno y ayuden a la reactivación de la inversión y el crecimiento.
Entre las principales peticiones del Sector Privado tenemos:
- Reducir de 30 por ciento a 28 por ciento la tasa de ISR para personas morales.
- Reducir el nuevo gravamen sobre dividendos de diez por ciento al cinco por ciento.
- Reincorporar la deducción inmediata en las inversiones en activos fijos.
- Restablece la deducción inmediata al 100 por ciento.
- Revisar las deducciones y prestaciones para personas físicas y morales.
- Establecer un crédito en el ISR propio y retenido por 30 por ciento de los montos no deducibles.
- Aumentar a un salario mínimo la exención de los vales de despensa.
- Bajar la retención por intereses del 0.6 a 0.1 por ciento.
- Eliminar los tres nuevos impuestos que contiene la Iniciativa de Ley de Ingresos 2015.
- La no homologación de las cuotas al IMSS con el ISR.
- Revisar el límite del diez por ciento en las deducciones de personas físicas.
- Limitar las prestaciones gravadas a las cantidades en efectivo y bienes que se entreguen al trabajador por su trabajo.
Conclusiones
La inversión es el único motor sostenido de crecimiento para una economía. Sin duda las Reformas Estructurales son el principal detonador de nuevas inversiones. Sin embargo, es menester para autoridades y empresarios llegar a un acuerdo de Reforma Fiscal que permita que las empresas se vean estimuladas para emprender nuevos proyectos de inversión para competir en un mundo global.
