La basura es un tema que debería de tener mas relevancia de la que usualmente se le da, nuestra cultura no recicla, separa o si quiera se molesta por depositarla en su lugar.
Ciudad de Mexico (elsemanario.com).- En México se produce cada día mas de 100 mil toneladas de basura domestica que se convierten al año en 37 millones de toneladas según cifras de Green Peace.
El estado que mas residuos desecha es el D.F., tan solo el acapara un 19.7 por ciento de la basura en el país, le sigue el Estado de México con un 9.6, Jalisco con un 7.6, Veracruz y Guanajuato que están por debajo del 5.2 por ciento de acuerdo con cifras del INEGI.
Solo el once por ciento de la basura recolectada es separada, los mexicanos no suelen organizar su basura en orgánico e inorgánico y tan solo 46 de cada 100 hogares lo hacen de esta forma. Como los desechos no son separados, tampoco se hace uso de los centros de acopio existentes dentro de los municipios y las delegaciones, para recibir todo tipo de materiales y clasificarlos o tratarlos para reutilizarse.
Estos centros aceptan sobre todo: papel, cartón, cobre, PET, vidrio, fierro/lamina, plástico, aluminio y muchas otras cosas más. Existen en total 241 centros de acopio distribuidos a lo largo del país y muchos de ellos se encuentran en Querétaro, haciendo de este uno de los estados más limpios y con mayor actividad pro ambiental.
Los desechos son un gran problema en la ciudad de México y representan un problema aún mayor a nivel país, debido a que no existe el conocimiento ni la puesta en práctica de una cultura de reciclaje. Al caminar por las calles difícilmente encontraras basureros al servicio del público y las personas prefieren tirar sus botellas, envolturas u otros en la acera en lugar de cargarla consigo hasta encontrar uno.
En el hogar no se acostumbra a mantener un bote de basura para orgánicos y otro para ‘todo lo demás’, los camiones de basura por ley deberían de contar con cajas divididas para acomodar los desechos pero difícilmente esto llega a pasar, en su mayoría porque el gobierno mantiene sin renovaciones ni aportaciones al sistema de recolección desde hace mucho tiempo, sin embargo, es aquí donde se realiza la mayor parte de la separación de residuos y se rescatan los materiales que puedan volver a ser usados; tarea que seria mucho mas sencilla y rápida si esto se hiciera previamente desde casa.
Pensar que una persona puede pasar de producir un kilogramo diario de basura a no producir nada de basura, puede parecer una locura pero una chica estadounidense de 23 años llamada Lauren Singer ha logrado reducir su huella ambiental al mínimo al producir el equivalente a una lata de basura durante los últimos dos años.
La originaria de Nueva York realizó su carrera en estudios ambientales y aunque se consideraba así misma como una ecologista en regla, tuvo un momento de revelación cuando se dio cuenta de la doble moral con la que se manejaba, por un lado su vida iba en torno al cuidado ambiental mientras que su cubo de basura estaba al tope.
Esta joven mujer logro tener éxito en su tarea de no producir basura, inicio por cambiar sus envases plásticos y sustituirlos por los de vidrio (ella incluso pide que le sirvan en estos cuando sale a comer fuera), compra alimentos a granel por lo que existen muchas menos envolturas y cajas que tirar y decidió comenzar a comprar ropa de segunda mano.
Lleva su basura orgánica, incluido el papel higiénico, a un lugar en donde la transforman en composta y cuando tiene ropa vieja, sábanas o telas muy gastadas, opta por donarla a lugares que las reciclan. Lauren asegura que lo más complicado no fue evitar ciertos productos, sino buscar alternativas orgánicas a todo lo que usa día a día.
En su búsqueda pudo darse cuenta de que existen muchos productos que puede fabricar ella misma, como la pasta de dientes, la loción para la piel y el detergente para lavadora.
Su estilo de vida ha tenido gran reconocimiento en su país lo que le ha permitido crear un blog llamado Trash is for Tossers (La basura es para los que desperdician), en el cual expone recetas para fabricar productos de limpieza y artículos de higiene personal mientras que muestra la forma en la que se puede vivir generando el mínimo impacto para el ambiente, también es parte ahora de una gran comunidad que la sigue y busca sus consejos.
Ella ha logrado conseguir cambiar sus cepillos de dientes por unos de bambú (biodegradables); en lugar de los de plástico, sustituye el uso de toallas sanitarias/ tampones con copas menstruales, bolsas de tela en lugar de las de plástico que ofrecen en diferentes centros de consumo, entre muchos otros. “Supone un esfuerzo, pero es totalmente factible evolucionar hacia una vida sin desechos”, asegura.