Investigador de la UAM advierte sobre la importancia de las elecciones 2015, señalando que tendrán repercusiones en la elección del próximo presidente.
Ciudad de México (elsemanario.com).- El investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) Manuel Larrosa Haro aseguró que en las elecciones de este año se está jugando, en gran medida, los resultados de las elecciones de 2018. Los resultados en las urnas en 2015 no sólo será un atisbo de lo que ocurra dentro de tres años, sino que definirá la balanza política que servirá de escenario para la contienda presidencial.
En primer lugar el incremento en las opciones para el voto generada por los tres nuevos partidos políticos. Especialmente la aparición del Movimiento Regeneración Nacional (Morena), el cual muestra una tendencia a la alza en la preferencia de los electores. De seguir incrementándose impactará las elecciones de 2018, aseguró el profesor de Unidad Iztapalapa de la UAM. Junto a esto se encuentra la fracción de la izquierda, la cual no se había repetido desde hace más de 30 años, con lo cual la oferta política sigue en aumento.
Bajo este panorama, la elección de los nuevos integrantes de la Cámara de Diputados y de los gobernadores en las entidades hoy disputadas, definirá quienes llegarán siendo fuerza política para las elecciones presidenciales. Además de que los números resultantes de las urnas marcarán una forma de evaluar el desempeño del actual gobierno priista.
Estos factores hacen que la actual situación política en México sea novedosa y, al parecer, poco predecible. No obstante, también anunció que es muy posible encontrar una tendencia mayoritaria hacia el abstencionismo a modo de castigo hacia el mal desempeño del gobierno, un rechazo a las campañas políticas y sus partidos. Incluso es posible que se de una situación similar a la de 2009 en que se alcanzó el 55 por ciento del padrón electoral como ausente en las casillas: en las elecciones para senadores y presidente de 2006 se ausentó más del 40 por ciento).
“Esta percepción personal está fundamentada en el rumbo que lleva el país de incompetencia, corrupción y mal gobierno en los tres niveles (federal, estatal y municipal); sumado a la situación de desconfianza en el desempeño y en los indicadores económicos (inflación, falta de empleo, incremento del número de personas en condición de miseria y pobreza) y por supuesto en el incremento de la inseguridad en los últimos años” argumentó Manuel Larrosa.
Abstencionismo como respuesta
En un estudio realizado por el Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública (Cesop) de la Cámara de Diputados en 2012, titulado Abstencionismo y cultura política en México, se asentó que el récord de abstencionismo de 2009 puso a México dentro de los países latinoamericanos con menor participación política, rebasado por Colombia (56%) y Honduras (47%). En el texto se recalca que a pesar que existan gobiernos que penalizan la negativa al voto, el índice se ausencia no disminuye del 22 por ciento hace dos años.
Según se indica, las causas del abstencionismo se deben especialmente a una combinación de factores como una escolaridad alta con ingresos medios; una mala imagen del gobierno; desconfianza en los partidos políticos; y la noción de una democracia delegativa, que achaca a las autoridades toda responsabilidad en los problemas.
En México, la crisis de legitimidad, derivada de los escándalos recientes alrededor del presidente en materia de conflictos de intereses y de ineficacia en cuanto las políticas empleadas para resolver los problemas de seguridad, incrementan todos estos puntos que producen el abstencionismo.
Sin embargo, las palabras del maestro Larrosa Haro no ponen en perspectiva la importancia del voto en las presentes elecciones 2015; definirán en cierto grado el contexto político y de fuerzas en medio de las instituciones mexicanas en que se elegirá el próximo presidente.
Con información de UAM y Cámara de Diputados.
