Así estuvo la entrega de los Premios Nobel

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La entrega de los Premios Nobel tuvo lugar, como cada año, el 10 de diciembre, fecha de la muerte de su creador Alfred Nobel (1833-1896), en una ceremonia de gala presidida por los reyes Carlos Gustavo y Silvia de Suecia.

Estocolmo, Suecia.- La ceremonia de premiación de los Nobel 2013 estuvo como cada año, llena de encuentros increíbles, palabras emotivas y momentos memorables.

Uno de los hechos más relevantes de la premiación fue la ausencia de la escritora canadiense Alice Munro, quien recibiría el Nobel de Literatura 2013.

“Si nunca han fantaseado sobre los extraños que ven en un autobús, empezarán a hacerlo tras leer a Alice Munro”, afirmó el secretario permanente del Comité Literario de la Academia Peter Englund, durante el discurso que pronunció para justificar el premio de la autora.

Englund mencionó también que “Munro es capaz de decir en 30 páginas más que un novelista corriente en 300”, y no dudó en comparar méritos entre los premiados.

“Varios científicos prominentes han recibido sus recompensas aquí por resolver algunos de los grandes enigmas del universo. Pero Munro casi ha resuelto el mayor misterio de todos: el del corazón humano y sus caprichos”.

La pintora Jenny Munro, hija de la galardonada, estuvo presente en la ceremonia, y tuvo que esforzarse en encontrar temas de conversación con el príncipe Carlos Felipe, a quien instalaron a su lado en la mesa.

En la misma mesa se encontraban el resto de los ganadores, como los físicos François Englert y Peter Higgs —teóricos de la famosa partícula subatómica—, los químicos Martin Karplus, Michael Levitt y Arieh Warshel; y los economistas Eugene Fama, Lars Peter Hansen y Robert J. Shiller, por su estudio empírico de los precios de los activos.

Todos ellos tuvieron que plegarse a la triple reverencia que todo premiado debe realizar ante el monarca Gustavo, el jurado de académicos que concede los galardones y el público congregado para la ocasión, así como al estricto protocolo de no pronunciar palabra alguna al recibir el galardón.

Alice Munro: la mente rebasada por la cotidianidad

La escritora canadiense no pudo asistir a la premiación debido a que su salud no le permitió hacer el largo vuelo hasta Suecia. Al respecto, su editora Silvia Querini, declaró: “No irá a Estocolmo a recibir el Nobel porque es mayor, y es muy frágil. Muy frágil físicamente, quiero decir, porque su mente… ¡ya la quisiera yo para mí!”

Con este reconocimiento, Munro se convierte en la decimotercera mujer que se lleva un Nobel de Literatura en los 112 años de existencia del premio.

A pesar de que no pudo asistir, Alice estuvo presente en la premiación gracias a su hija Jenny, y a un video que se transmitió el sábado 07 en la tradicional Lectura del Nobel de Literatura, en el que transmitió toda su alegría, determinación y pasión por crear historias.

En su elocuente discurso, la cuentista se definió como una mujer “desesperadamente absorta” por la escritura, pero también condicionada por la vida familiar. “A mis hijas nunca les faltó la comida en la mesa a la hora del almuerzo. Era ama de casa. Aprendí a escribir en los tiempos muertos y nunca me rendí”, dijo. “Ahora, nada en el mundo podría hacerme más feliz”, concluyó.

 

El banquete de los Nobel, uno de los más famosos

La cena que se ofrece en esta premiación causa expectativa año tras año debido a su originalidad. En esta ocasión, los invitados a la premiación disfrutaron de un menú en tres tiempos, que estuvo a cargo del reconocido chef suizo Andreas Hedlund, quien junto al también chef Fredrik Björlin y los reposteros Conrad Tyrsen y Ted Johansson, además de un ejército de 48 cocineros, creó el siguiente –y espectacular- banquete:

– Para emprezar, trucha alpina acompañada por terrina de coliflor, huevas de albur de Kalix y mayonesa al eneldo.

– El plato fuerte fue el faisán con rebozuelos relleno de pera pochada, verduras invernales y puré de papas “Almond” en salsa de vino tinto.

-La estrella de la noche: el postre de chocolate con trilogía de cerezas con mascarpone al pistacho y sorbete de cerezas negras, que incluía la silueta de Alfred Nobel hecha con nougat.

 

Postre 3

Durante el desfile de postres, se interpretó una pieza musical especialmente encargada para la ocasión: “Himno a toda la humanidad”, escrita por el compositor Henrik Janson, con letra de Miura Daszak, e interpretada por la Real Orquesta Filarmónica de Estocolmo, dirigida por Riccardo Muti.

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