Adriana Murillo

Ciberseguridad, el talón de Aquiles de la Guardia Nacional

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Si se concibe a la seguridad como la ausencia de peligro y riesgo o la sensación total de confianza en algo o alguien, una Guardia Nacional no la garantiza.

 

Si bien México enfrenta uno de los mayores índices de violencia delictiva a nivel mundial y ha sido comparado con países en guerra por el número de muertes, parece que algo está quedando fuera de cuadro en la percepción de seguridad del gobierno federal, ya que en tiempos modernos los delincuentes no sólo son individuos que atacan a mano armada y garantizar la seguridad nacional no radica  sólo en salvaguardar la integridad física.

Si se tiene la suerte de vivir en una entidad relativamente segura o con bajos índices de delincuencia, tal vez episodios de violencia como extorsiones, desapariciones, asesinatos o robos,  no son capítulos que se tengan que lamentar; pero, ¿qué hay de los fraudes, robo de identidad, cargos no reconocidos, robo de cuentas o el secuestro de información?, delitos que no se realizan con violencia física pero que atentan contra la integridad y estabilidad de la sociedad.

En tiempos en donde el mundo es conquistado por los avances tecnológicos, es imposible concebir el modus operandi del país sin la participación de la Inteligencia Artificial y el Internet de las Cosas (IoT), un esquema en el que la ciberseguridad se convierte en tema de seguridad nacional ya que es la estabilidad económica y financiera del país la que está en riesgo.

La seguridad que no garantiza una Guardia Nacional

La seguridad cibernética también es parte de la seguridad nacional. 2018 fue el año con mayor número de ciberataques en México y la vulnerabilidad del sistema financiero a manos de delincuentes invisibles fue evidenciada con los ataques registrados en el primer semestre del año en la banca nacional y privada.

Israel Reyes, experto en temas de seguridad cibernética, considera que el riesgo de ataques cibernéticos en el país es evidente ya que “México no tiene soberanía de la información, no tiene soberanía de datos, no tiene soberanía de tecnología,” al carecer de una legislación que garantice la protección de datos de información clasificada y de relevancia para el gobierno y los factores productivos.

Si bien el nuevo gobierno mexicano está tomando cartas en materia de seguridad y busca consolidar proyectos que contrarresten los índices delictivos, la seguridad cibernética podría representar el talón de Aquiles de su llamada Guardia Nacional.

Los más recientes datos presentados por el gobierno de López Obrador, estiman alrededor de 2 mil homicidios al mes con un promedio 65 por día. Sin duda cifras alarmantes, pero ¿qué hay de los datos que señalan al 2018 como el año de mayor número de ataques cibernéticos en el país?

“El año de la esperanza” como lo califica AMLO, tuvo su lado oscuro y marcó la pauta de los ciberataques en México con un robo a Banco de México (Banxico) de entre 400 y 800 millones de pesos, un ataque sin precedentes contra el sistema financiero del país que logró vulnera los paquetes de data, los números de cuenta, para redirigirlos a cuentas personales, concretando así el robo más grande en la historia de México sin dejar evidencia ni violencia.

Israel Reyes considera a México como un blanco fácil de los hackers ya que los gobiernos anteriores no han hecho la inversión necesaria en cuestiones de ciberseguridad y, a pesar de contar con una división de policía científica – de las más avanzadas del mundo -, no se ha invertido lo necesario a esta área y los hackeos contra el Sistema de Pagos Electrónicos Interbancarios de Banxico y la banca privada son la evidencia.

“México necesita una inversión en el área de ciberseguridad y desarrollar su talento local para proveer ese `expertise´ en área de seguridad.”

“En México no tenemos ninguna agencia nacional de ciberseguridad ni tampoco un cibercomando, eso pone a México muy vulnerable ante esta nueva doctrina de guerra.”

La guerra ya no es sólo contra el crimen organizado y la solución de la seguridad no sólo radica en ofrecer oportunidades a los jóvenes vulnerables ante la reclusión de los cárteles. La guerra ha escalado a un nivel invisible liderada por el Cyber Enable Information Warefare y el Cyber Enable Tecnological Warefare, guerras que van más allá de las fronteras y son patrocinados por gobiernos hostiles y organizaciones internacionales criminales que utilizan el hackeo para sus operaciones.

“En México no existe una legislación que penalice a estos hackers internacionales. Lo que necesitamos es legislar el uso de Internet, crear normas y mejores prácticas al sector crítico e industrias críticas y también a las secretarías de gobierno.”

El gobierno mexicano debe recordar que en el ciberesapacio no hay fronteras, hay un alto grado de anonimato. Cualquier persona puede usurpar otra identidad y efectuar un ataque cibernético. El robo de datos, el robo de identidad es de lo más común y de acuerdo con el Fondo Económico Mundial está entre los principales riesgos del 2018 y 2019.

Los hechos señalan que México ha sido reactivo a los ataques cibernéticos y no proactivo en esta nueva guerra cibernética y reacciona una vez registrada la tragedia.

“Vamos atrasados, definitivamente, porque nos falta concientización, coordinación, una legislación. Estamos carentes de una inversión, de una Agencia nacional de Ciberseguridad autónoma e independiente que nos defiende en el ciberespacio y le reporte directamente al Ejectutivo,” estima Reyes.

Si bien la nueva administración de López Obrador recién va entrando y es relativamente temprano saber si su gobierno está considerando estos riesgos, es imperante que reconozca  a la seguridad no solo en planos físicos sino también cibernéticos.

La armadura del caballero Andrés

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 “Todos estamos atrapados en una armadura”

 Robert Fisher

A lo largo de la historia en el reino de México desfilaron multitudes de caballeros que juraron lealtad y vivir bajo un código de ética y servicio a la nación.

Ahora, el reino tiene un nuevo caballero que se ha comprometido a defender a la nación e impulsar el bienestar; pero, en sus primeras batallas – de las que parece haber salido bien librado – ha dejado uno que otro raspón en la economía, otro más en la confianza y un fuerte y doloroso hematoma de incertidumbre.

La armadura que presume el caballero Andrés

Fue la mañana del primero de diciembre, cuando el caballero Andrés inició su misión. En la mente sólo tenía una cosa, destruir al dragón de la corrupción, un demonio de feroces y afiladas fauces que ha asolado a los aldeanos por décadas.

Más de una ceja se levantó cuando vieron llegar al peculiar caballero. La armadura que portaba no era la que la mayoría esperaba. Su yelmo era un tanto anticuado y parecía vulnerable; pero tenia una peculiaridad, en la parte superior se podía distinguir la palabra “honestidad,” un leve grabado que sólo se lograba leer con el reflejo del rayo del sol.

Sin duda, un yelmo poco convencional, pero según el caballero, era lo que necesitaba para contrarrestar los dardos de la ambición que son disparados directamente a la cabeza en los terrenos del poder.

Por su parte, la coraza y el escudo estaban un poco oxidados, parecía que hacía muchos años que nadie los utilizaba. Entre lo opaco del metal, se alcanzaba a distinguir en uno la palabra “transparencia” y en el otro “integridad.”

Estos elementos tampoco eran lo esperado, pero el caballero de cabeza cana insistió en que para defenderse de los dardos de sus adversarios, lo único que lo ayudaría sería hacer todo a la vista pública, con claridad, actuando con rectitud y apegado a los principios del reino.

“La palabra,” es el nombre que llevaba la espada afilada en la mano del caballero – es con la que inicia sus batallas matutinas – pero no parece ser su mejor aliada ya que es un poco lento al usarla e incluso algunos lo califican como torpe y poco astuto, algo que al caballero parecer ser lo que menos le importa, ya que con su espada ha logrado calmar a ejércitos extranjeros que han amenazando al reino con romper toda relación y acuerdos.

Además de no robar, ser consecuente, es decir, con principios e ideales… Gobernar con honestidad, fraternidad y amor al prójimo.

Andrés.

Una guardia amorosa o de armaduras oxidadas

La estrategia de batalla no recae sólo en el caballero Andrés. Para lograr su objetivo se ha hecho de guerreros que dicen tener su misma visión y compromiso de lucha; sin embargo, hasta ahora se desconoce si todos portan la misma clase de armadura o tiene armas especiales con las que lucharán por sus propios intereses.

Algunos se han unido a este ejército con la visión de lograr un reino mejor, pero muchos otros se han infiltrado para llevar víveres a sus propios graneros.

Puede ser que no todos en la guardia tengan armaduras con las mismas características y en su afán de ganar sus propias batallas olviden que juraron lealtad al reino y se vuelvan a repetir los errores de guardias anteriores.

Muchos de los aldeanos no están cien por ciento convencidos de que la armadura del caballero Andrés sea auténtica, lo han criticado por sus discursos moralistas y ponen en duda su estrategia señalada como mesiánica.

Además, su cuadrilla se conforma por personajes de la vieja guardia que en tiempos anteriores han portado armaduras que más que atacar al dragón, parecen ser dulces caramelos que lo han alimentado por años.

El dragón es muy astuto, sabe cómo seducir a cualquiera que se le acerque, tal vez a lo largo de las batallas veremos a algunos caer en sus garras y a otros causarle heridas que lo debiliten.

Si bien la armadura moralista que dice portar el ahora líder de la corte está diseñada para resistir y atacar al dragón, como en todo, debe ser auténtica. Los yelmos, corazas, escudos y espadas falsas serán presa fácil de las fauces de la gran bestia y terminarán siendo sólo armaduras oxidadas que ocultan los rostros de caballeros que han perdido el sentido real por el cuál son lo que son.

Ninguno de ellos debe olvidar la lección de aquel filisteo Goliat, que a pesar de portar una enorme armadura bastó una pequeña abertura en su yelmo para que la onda diera en el blanco y cayera desmayado por el impacto de una piedra, más fuera su propia espada el instrumento utilizado para su muerte a manos de un humilde pastor.

 

TLCAN propuesto por Trump dista mucho del libre comercio

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 “No se trata de ver cómo está viendo el comercio con México, sino de cómo está viendo el comercio internacional”. Antonio Gazol.

Su visión empresarial de la vida lo ha llevado a ser uno de los presidentes que más ha puesto en riesgo a la economía global. Hablar de Donald Trump y sus formas de gobernar uno de los países más poderosos del mundo es hablar de incertidumbre, caos, especulación y hasta caprichos.

El magnate estadounidense llegó sorpresivamente a liderar la Casa Blanca en enero de 2017 y a un año de haberse coronado ganador, ha tomado algunos “rehenes” como la negociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN)  y la reforma migratoria, con los que piensa cumplir sus promesas electorales.

Pareciera que México se ha convertido en una herramienta para que Trump cumpla sus promesas de campaña.

La renegociación del TLCAN es su carta para reducir el déficit estadounidense; sin embargo,  bajo la lupa del especialista en economía internacional y catedrático de la UNAM, Antonio Gazol Sánchez, las iniciativas sobre política exterior del gobierno de Trump, no mejorarán la situación económica de Estados Unidos, pero si le ayudará a alcanzar la reelección en 2020.

“Habla mucho del déficit comercial con México, pero el déficit comercial de Estados Unidos nace en los años 70, (…) en el 72 Estados Unidos se conformó como el gran deudor mundial.”

Los planteamientos de Donald Trump y su gobierno parecen ignorar aspectos que mantiene a la economía estadounidense. Las propuestas presentadas en las mesas de negociación del TLCAN ponen en riesgo su mercado interno y se alejan de lo que se entiende como libre comercio, lo que ha obligado a los empresarios a conformar un cabildeo en defensa del acuerdo trilateral vigente desde 1994.

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Las demandas van en contra del comercio internacional

Estados Unidos no está planteando una negociación equilibrada y sus propuestas se enfocan en concretar beneficios unilaterales que agreden los principios del libre mercado.

Las reglas de origen es claro ejemplo de esto. “Es inaceptable que las diferencias que surgen en un comercio internacional, en lugar de tener tribunales trilaterales, se tengan que solucionar en tribunales estadounidenses,” comentó el profesor de la Facultad de Economía de la UNAM en entrevista con El Semanario.

La cláusula Sunset es otra iniciativa que se contrapone a los beneficios que puede generar un acuerdo de libre comercio a los inversionistas. Marcar un tiempo límite a la vigencia de un tratado, sería causa de incertidumbre y desincentivaría a los capitalistas.

“Eso es absolutamente absurdo, no tiene andamiento”, comentó Antonio Gazol sobre la propuesta de Trump de fijar caducidad de cinco años al TLCAN. “eso no se le puede ocurrir a alguien de que tenga dos dedos de frente”.

Tengan o no tengan éxito las propuestas de Donald Trump en las mesas de negociación, el riesgo de que su gobierno siga tensando el comercio internacional es latente.

“Me preocupa la cantidad de millones de estadounidenses que votaron por él. Ya no se trata de ver cómo está viendo el comercio con México, sino de cómo está viendo el comercio internacional,” añadió Gazol.

TLCAN 2.0 ideal

El TLCAN tiene un defecto de origen y es la falta de reconocimiento a las diferencias entre socios.

Para Antonio Gazol Sánchez un acuerdo entre países de América del Norte ideal sería aquél que se reconozcan las diferencias y se otorguen tratos especiales por la asimetría de sus mercados, una idea que no está alejada de la realidad ya que es un principio que rige el acuerdo de la Unión Europea.

“¿Por qué no hay un reconocimiento explícito y práctico a esa asimetría? Un defecto del tratado desde que se concibió.”

Dadas las condiciones de la relación comercial entre México y Estados Unidos, Gazol Sánchez considera que “el mundo pensaría que la economía mexicana es una apéndice de la economía estadounidense” y el mercado mexicano está obligado a plantear ofertas atractivas para el comercio internacional fuera del estadounidense y la tarea para el gobierno entrante dependerá del desenlace de esta historia.