Los ancestros de los gatos domésticos de la actualidad formaban parte de los animales salvajes que no congeniaban con los seres humanos pero debido a ciertas mutaciones genéticas pudieron ser domesticados.
Este descubrimiento fue realizado por investigadores de la Universidad Pompeu Fabra (UPF), ubicada en la ciudad española de Barcelona, donde realizaron el análisis del genoma del gato doméstico (Felis silvestriscatus) y de acuerdo con Tomás Marqués-Bonet, investigador de la UPF, localizaron diferencias en términos biológicos, evolutivos y de comportamiento respecto de otras especies de la familia de los felinos.
El científico explicó que las primeras evidencias arqueológicas de la coexistencia de gatos y humanos encontradas en Chipre, apuntan a que los felinos y los perros, fueron domesticados hace unos 10 mil años, coincidiendo con el inicio del uso de la agricultura por la humanidad.
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De igual forma indicó que los gatos salvajes del Paleolítico evolucionaron hacia los actuales gatos domésticos “gracias a cambios genéticos que les hicieron ser más dóciles para obtener alimento, con muy buena memoria y más asustadizos, aunque de esta última característica todavía no se sabe exactamente la causa”.
Por otra parte después de investigar cerca de 20 mil genes de gatos los científicos encontraron genoma que evidenciaban la buena memoria de los gatos domésticos así como de su excelente oído y visión. Para Marqués-Bonet, este descubrimiento concuerda con el hecho de que los felinos son animales territoriales que deben reconocer vastas extensiones de terreno en el que, para sobrevivir, deben sorprender a sus presas.
Con información de National Geographic.
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