Golondrinas y el mundo digital colaborativo: ¡La Matatena!

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Es cierto. Una golondrina no hace verano. Ya lo dice la sapiencia popular. Esa que no viene de ningún lugar en concreto, pero está en todas partes. Porque somos nosotros mismos.

Una golondrina no hace verano. Veinte, lo exceden. Dos decenas de golondrinas, surcando el cielo a trino abierto, frente a los ojos del asombro, son más que un verano; ciertamente.

Hace veinte años, el mundo era tan distinto que hoy casi pudiera decirse que era otro. Radical y decididamente otro. Todos lo éramos, también, sin duda.

La apariencia del mundo ha visto aparecer tantas cosas nuevas, como quizá no había ocurrido desde que algunos intrépidos navegantes retornaron a Europa a contar que habían encontrado un Nuevo Mundo.

Mas, aquello que constituye eso que llamamos realidad, esos objetos, esos hábitos, esas ideas, no sólo ha respondido en estas dos décadas a las apariciones sino también a las desapariciones de lo que no supo o no pudo adaptarse a los nuevos tiempos.

Kodak, que acompañó la historia de la fotografía, se fue. Como se fue también Remington, sin importar que en sus máquinas de escribir hubiese ido al papel grandes obras. Como se fue Pan Am.

Pan Am
Fotografía: Adweek.

Incluso, marcas o compañías que fueron parte del cambio en los hábitos, los objetos y las ideas del mundo de finales del siglo XX, como Blockbuster, MSN Messenger, Napster o el Concord, pasaron a ser historia.

Mucho antes de que el mundo radicalmente nuevo en el que hoy vivimos emergiera, el gran escritor de origen inglés Aldous Huxley, había ya centrado buena parte de la voluntad que la vida impone en un solo acto: perseverar.

La voluntad, escribe Huxley, en 1945, en pleno final de la II Guerra Mundial, “puede ser fortalecida por el ejercicio y confirmada por la perseverancia”, se lee en La filosofía perenne.

De esa voluntad, de ese ejercicio de la perseverancia está hecha una iniciativa de origen por completo ciudadano, que acaba de cumplir 20 años de persistir, y que se llama: La Matatena.

Fundada en 1999, La Matatena es una Asociación civil cuyo propósito es tan claro como noble: promover en las niñas y los niños el gusto, la pasión, sería más correcto decir, por el cine.

La Matatena, que en el nombre lleva buena parte de esa vocación de infundir a través del juego, una forma de hacer el cine como una tarea eminentemente lúdica, grupal y colaborativa ha estado lidereada desde su fundación por quien es su alma: Liset Cotera.

La Matatena.

Apabullados por el cine para niñas y niños que produce la industria, bajo la lógica industrial de la industria, La Matatena se echa a cuestas cada año la organización de un Festival de Cine para Niñas y Niños.

Cada verano, el Festival es oasis frente al cine de consumo masivo, pues convoca cintas provenientes de todo el mundo que comparten, además de la gran calidad, su pertinencia respecto a temas de actualidad, el estímulo de la inteligencia crítica y la formación del gusto cinematográfico en los menores.

Ahí, sin embargo, apenas la mitad de esa hazaña de perseverancia en que se ha convertido La Matatena.

La labor la completan los talleres. Es decir, la formación de cientos, miles ya, de niñas y niños que han aprendido de cine haciendo cine a lo largo de estas dos décadas.

Si Rousseau habló en su momento de la educación sentimental, la labor que La Matatena ha hecho en la formación de una suerte de educación de la mirada, de un sentido estético en niñas y niños, es un trabajo de alto valor social.

De modo adicional, Liset Cotera, y todos y todas quienes han creído en este proyecto, han tenido el tino de lograr que, sin perder gozo, sencillez y creatividad por delante, aparezca ahí la realidad de contrates e inequidades que pueblan a la sociedad mexicana.

La Matatena.
Fotografía: Revista Encuadres.

El siglo XXI, ese al que La Matatena se adelantó, es el siglo de la sociedad. No comprender que el signo esencial de este tiempo es el protagonismo que la sociedad desarrolla, es haberse quedado anclado en la centuria anterior.

Cada minuto, cada sesenta segundos de este 2019 en que La Matatena no solo ha persistido sino está más fuerte que nunca, se cargan 4 millones y medio de nuevos videos en YouTube, se descarga medio millón de aplicaciones y se envían 41 millones de mensajes.

En el mundo digital de hoy, la sociedad es la gran productora de contenidos. La Matatena lo intuyó en 1999, y tuvo la voluntad, la fuerza y la perseverancia para permanecer, ampliarse y abrir nuevos horizontes.

Crear, en el contexto de lo digital que forma nuestro presente, no es ya solamente crear. Colaborar y compartir, para comunicar y construir comunidad.

Ahí las 5 C’s que hacen de La Matatena el motivo de orgullo que, desde la sociedad, ha sido capaz de Crear, Colaborar, Compartir para Construir Comunidad.

Esa es la sociedad civil que no sólo hace fuerte a México, sino que lo sacará adelante. Bravo, bravo, bravo por La Matatena; muchas golondrinas y veranos más así.

Muchas más.

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