Nueva Ley de Ciencia y Tecnología

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Actualmente se está discutiendo la pertinencia de una nueva la ley sobre ciencia y tecnología en la Cámara de Diputados. Existe un número importante investigadores mexicanos que se oponen a la iniciativa; consideran que la ley actual es adecuada y en todo caso podría actualizarse para bien de México. Una ley funciona bien si primero se consulta a los interesados y posteriormente se legisla.

Para que una ley exista debe contar con consenso. ¿Por qué no hay una ley en contra de las guerras? Simplemente porque la mayoría de las naciones están en contra de esa propuesta, no consideran que es posible resolver problemas mediante negociaciones con tal de mantener la paz.

La nueva Ley de Ciencia y Tecnología debería estar diseñada para fortalecer precisamente la ciencia y la tecnología, facilitando su desarrollo a corto y largo plazo. La oposición de la comunidad científica proviene de muchas razones. Entre otras, porque se omite la innovación. Ésta es fundamental para que haya productos que conserven el medio ambiente y a la vez proporcionen beneficios a amplios sectores amplios de la población, es decir, la solución a destrucción de la naturaleza y la sobrevivencia de la humanidad. Sin innovación no se dejará de destruir a la naturaleza incluyendo a la humanidad. Si se favorece la vinculación entre ciencia e industria cada vez habrá mayor financiamiento privado para la investigación y el Estado no tendrá que ser el proveedor principal, como lo es en la actualidad.

Inquieta que los planes sean sexenales; la ciencia requiere de tiempos largos, décadas, lo que se requiere es un plan nacional de desarrollo que incluya los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Además, cuando dejan de fluir los proyectos que fueron apoyados en el pasado, no se logran concluir, lo cual implica un retroceso.

Objetivos de Desarrollo Sostenible

La propuesta de ley desagrada porque elimina los órganos de consulta especializados. Preocupa también la forma de discrecionalidad en el otorgamiento de recursos. Los científicos somos una de las comunidades más evaluadas: por nuestros alumnos, pares, árbitros de revistas, universidades y centros de investigación y el propio CONACyT. Sabemos que es muy importante revisar y dar conocer de manera periódica nuestro trabajo, nos sorprende que la nueva ley prescinda de algunos cuerpos colegiados. Si la nueva ley elimina el Consejo Consultivo de Ciencia (en la propuesta está en calidad de transitorio), el Foro Consultivo de Ciencia y Tecnología, donde participan industriales, universidades, académicos, etcétera; en lugar de que un grupo de expertos opinen sobre las decisiones en materia de ciencia, humanidades, innovación y tecnología, serán personas que no necesariamente conozcan los problemas en específico. Es decir, los apoyos a la ciencia y la tecnología serían discrecionales; muy en particular en materia de transgénicos y de bioingeniería.

Incluso, la idea de favorecer la ciencia aplicada para México es desafortunada. Una  ventaja de la ciencia es que resulta de acceso universal. La ciencia básica es el pilar de la ciencia aplicada, si se elimina no progresarán las disciplinas cuyo objetivo sea resolver problemas nacionales, mundiales y patentes.

Si, además, se elimina la autonomía universitaria y la libertad de investigación, habrá un atraso en el entrenamiento de los jóvenes y se coartará la creación de nuevo conocimiento.

En la actualidad se están realizando numerosos foros para discutir el modo y operación de CONACyT, así como la nueva Ley de Ciencia y Tecnología. Espero que la comunidad de expertos sea escuchada y utilice como base el documento generado por la comunidad de investigadores mexicanos: Hacia la consolidación y desarrollo de políticas públicas en ciencia, tecnología e innovación.

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joseph hodara

Cabe preguntar en qué medida diputados tienen la capacidad de bien comprender el ethos científico y las relaciones que deben alentarse entre el sistema académico y el productivo.

Cecilia Ximenez

Esta nueva ley está pensada en los recursos económicos de los que el ejecutivo disponga después de otras prioridades que para este gobierno resultan más importantes dentro de su escala de prioridades ( no tengo conocimiento que esta escala exista). Lo más preocupante es, que a diferencia de lo que teníamos, ahora las decisiones se tomarán en base a la disponibilidad presupuestal la cual es cada vez más incierta,y no en base a a pertinencia y calidad científica de los proyectos y su potencial innovador esto último es lo que le da valor agregado a los productos de la ciencia.
Desfortunadamente, estamos frente aun escenario en el que la dirección de la ciencia, en particular en el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología obedece primero a directrices surgidas desde el ejecutivo implementadas sin el rigor científico como consecuencia de una miopía del universo científico y su característica más importante su intemporalidad.

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