¿Qué puede hacer la tecnología del blockchain para apoyar al agro mexicano?
En mayo de 2017, la FAO publicó un breve artículo ‒“Siete razones por las cuales México está preparado para ser un líder global en TIC para iniciativas agrícolas” (e-agriculture, FAO)‒ en el que señala que México, a pesar de su potencial, utiliza poco las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC) para apoyar al sector agrícola. O, dicho de otra forma, sería necesario utilizar los medios digitales mucho más intensivamente en el agro mexicano, considerando sus condiciones.
Entre las razones que el artículo da para fortalecer el rol de las TIC en el campo mexicano destacan el que 3.9 de un total de 5.3 millones de campesinos ganan menos de 1,000 dólares por año y que 61% de esta población es pobre. La baja productividad, el acceso muy limitado al financiamiento, la debilidad del vínculo que tiene la gran mayoría de los agricultores con el mercado, contribuyen al rezago. Un acceso más generalizado al mundo digital ayudaría a darles mejor información a los productores agropecuarios a través de aplicaciones específicas.
De hecho, ya hay un avance importante en este sentido. La Secretaría de Agricultura (Sagarpa) ofrece desde 2016 tres Apps ‒Mercados, Apoyos y Produce‒ que facilitan a los productores comercializar sus productos, les da información sobre el potencial productivo de su localidad, facilita datos sobre proveedores locales de insumos y maquinaria, e información de precios de más de 100 productos agrícolas en las principales Centrales de Abastos (Portal Internet de Sagarpa). En 2016, recién instaladas las Apps, alrededor de 15,000 celulares habían entrado a alguna de estas aplicaciones (Milenio, 7/11/2016).

A pesar de lo reciente de la introducción de estas herramientas y su innegable utilidad, podrían tildarse ya de “tradicionales”, considerando que existen nuevas tecnologías digitales, o e-agricultura, que pueden ayudar de forma “masiva” a los micro y pequeños (también a los grandes) productores proveyéndoles de diversos servicios. La e-agricultura, a nivel mundial, cada vez tiene un rol más importante y va mucho más allá del de las TIC antes mencionadas. Los teléfonos inteligentes, el Internet de las Cosas (IoT, por sus siglas en inglés), los servicios en la nube, la inteligencia artificial, los sistemas interconectados de información, son algunos de estos nuevos instrumentos que pueden mejorar sustancialmente la productividad del agro, la integración de cadenas productivas, la distribución de productos, la protección ante eventos climáticos extremos en el sector rural, etc. También puede causar serios problemas, por lo cual hay que usarlas con cuidado, como desplazamiento de mano de obra, profundización de la desigualdad entre los que tienen acceso a las tecnologías digitales y los que no la tienen, problemas de mayor concentración de la producción en manos de los que se vuelven más eficientes y pueden operar más ampliamente como resultado del uso de tal tecnología.
La intención de este artículo es llamar la atención hacia una de las nuevas tecnologías en ciernes que puede ser especialmente útil para proteger a la población agrícola de las condiciones cada vez más variables y eventos catastróficos incesantes que resultan del cambio climático y que hacen muy vulnerables a pequeños y micro productores agrícolas.
Un trabajo muy reciente de la FAO e ITU (2019), E-Agriculture in Action, Opportunities and Challenges, muestra cómo la tecnología de blockchains o cadena de bloques, que forman parte de las Tecnologías de Registro Distribuido (DLT, por sus siglas en inglés), o bases de datos que gestionan varios participantes en forma descentralizada y transparente, pueden ser de gran utilidad en el sector agropecuario. Las DLT pueden procesar transacciones, validarlas y autorizarlas, para luego quedar registradas en una base de datos inmutable. El blockchain (tecnología utilizada para las criptomonedas) es también una base de datos o registro descentralizado y compartido, pero en este caso mediante unos bloques que constituyen una cadena. Cada bloque se cierra con una especie de firma criptográfica llamada “hash” y que hace las veces de un sello lacrado, lo que garantiza que esta información, encriptada, no se haya manipulado ni se pueda manipular, es decir, cuenta con más seguridad que un simple DLT.

Este último estudio mencionado de la FAO se pregunta ¿qué procesos en el área de la agricultura que sufren de falta de transparencia y enfrentan procesos de transacciones no seguras podrían beneficiarse de una descentralización del tipo mencionado?
Los seguros agropecuarios, de bajo costo para pequeños y micro agricultores, sin duda, son uno de ellos. Por supuesto, los sectores más pobres entre los agricultores no cuentan con ningún seguro en México, de forma que cuando pierden sus cosechas por eventos climáticos como sequías e inundaciones, sufren fuertes pérdidas y tardan mucho en recuperarse. Las fórmulas tradicionales con que operan los seguros los hacen inviables para la población de referencia por ser caros y con sistemas de validación del daño y desembolso muy lentos. Este nuevo mecanismo podía atender en forma simultánea y prácticamente instantánea a miles de personas. Para que un seguro agrícola se procese a través de un blockchain, se necesita que los individuos firmen contratos virtuales o “inteligentes” que ante incidentes climáticos puedan ser pagados en forma automática a una “billetera móvil”. Estos seguros se activarían con los informes del clima provisto por sensores a nivel hiper local donde viven y trabajan los afectados, y corroborados por estaciones meteorológicas cercanas. Cómo se financiaría tal seguro es un tema por resolver. Podría contarse con subsidios para ello, o bien, generar mecanismos para que los asegurados hagan pequeños ahorros ex-ante utilizando la “billetera móvil”, lo que alimentaría al fondo que utilizaría la aseguradora en el momento de hacer pagos ante inundaciones y sequías. Nótese que, en ningún momento, el productor tendría que presentarse en una oficina para hacer trámites engorrosos, pues todo se haría en forma virtual a través de su celular.

Otro rubro en que podría beneficiarse enormemente del mecanismo de blockchain es el de registro de tierras, que también facilitaría la tarea de las aseguradoras, pero que es una gran necesidad en sí, especialmente en México. El mecanismo de blockchain podría proveer una base de datos incorruptible para mantener un registro de la propiedad de la tierra. Asimismo, esta tecnología podría simplificar enormemente otros servicios como el desembolso de subsidios a los agricultores para la compra de fertilizantes sin la necesidad de tener que contar con documentos que tengan que ser validados en diversos puntos y que hacen todo el trámite lento. El servicio podría ir acompañado de información sobre el tipo y la cantidad de fertilizante que se necesita para el cultivo específico en el lugar exacto donde se llevará a cabo.
La posibilidad de introducir las tecnologías digitales en forma generalizada, tanto las que consideramos “tradicionales” anteriormente como las de nueva generación, como blockchains, requieren de una infraestructura de telecomunicaciones amplia y de buena calidad. La cobertura de banda ancha en México es considerable (88% en 2017), pero las suscripciones al servicio están aún lejos de aprovechar esta cobertura. Ello es más acentuado en el sector rural, ya que sólo el 33.4% de las unidades de producción agropecuarias utilizaron alguna TIC en 2017, siendo éstos principalmente los teléfonos celulares básicos (Encuesta Nacional Agropecuaria 2017, INEGI, 2018). El limitado uso de Internet a través de unidades móviles se podría subsanar hasta cierto punto haciendo uso de los celulares sencillos a través de mensajes SMS. No obstante, sin estos aparatos y sin la necesaria infraestructura de telecomunicaciones, no hay mucho que se pueda hacer. También es necesario contar con especialistas en las tecnologías digitales de punta para crear y manejar plataformas de blockchains, y las asociadas, como IoT y Big Data, que también necesita el blockchain.