La lección tapatía

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Enhorabuena por Guadalajara con su empresa que sigue dando ejemplo de que la seriedad paga dividendos y no debemos echarlo en saco roto.

Por la mañana del domingo 13 de marzo de 2016 fuimos testigos por televisión de una histórica manifestación en defensa de la Fiesta en la tarde de la ciudad de Valencia, España, en la que se dieron cita miles de aficionados y se reunieron todos los estamentos taurinos, con presencia también de grupos que llegaron de diversas partes del mundo.

La marcha inició en la plaza de San Agustín y se dirigió a la plaza de toros; con gritos exigiendo libertad, el toreo entero se unió en una sola voz. Había toreros, ganaderos, apoderados, empresarios, peñas taurinas, aficionados, representantes de toda la llamada familia taurina que por más disfuncional que somos, a veces nos da por unirnos, sumaron alrededor de 40 mil personas.

Entre los matadores más destacados se encontraban Dámaso González, Ortega Cano, César Rincón, Enrique Ponce, José Tomás, Morante de la Puebla, Diego Urdiales, José Mari Manzanares, El Soro, Juan José Padilla, El Juli, César Jiménez, Cristina Sánchez y David Mora.

El mensaje de Enrique Ponce fue rotundo y remató como lo hace cuando torea diciendo:

“Hemos reclamado lo nuestro con argumentos, en una exhibición de cordura, con el peso de nuestros sentimientos, con la contundencia de nuestras cifras. Y una recomendación, no nos nieguen sin conocernos. Gracias. ¡Viva el toreo! Por nuestra cultura, por nuestras raíces y por nuestra libertad”.

Con ese espíritu vimos la corrida por televisión de la Feria de Valencia y degustamos un festejo en el que valor sereno, ante una seria corrida de Adolfo Martín, fue la constante de Rafaelillo, Manolo Escribano y Paco Ureña quienes pusieron el corazón por delante y luego el oficio para rescatar un trofeo Rafael y otro Paco por cierto, en el natural, se las carga al ejecutarlo.

En los comentarios Manolo Molés y Manuel Caballero comparaban los comportamientos de los toros de allá con los nuestros y hubo un momento que incluso la expresión light salió de Caballero, cuando veía como el toro se desplazaba a media altura y sin codicia. Y es cierto, el ganado de Adolfo Martín y muchas ganaderías nuestras comparten el mismo encaste.

Solamente que con la gran diferencia de que en Guadalajara convertida en la capital mexicana del toro serio, se lidió un extraordinario encierro de Los Encinos de los cuales dos ejemplares fueron de arrastre lento y uno, Hocicudo, fue merecedor del indulto, como semanas antes lo había sido otro toro de la misma ganadería lidiado por El Conde y si bien los indultos conllevan siempre polémica, también es cierto que la fijeza y el ritmo para ir hacia el engaño fueron los argumentos para el homenaje.

La faena de Juan Pablo Sánchez a Hocicudo fue de altos vuelos, con unos naturales de campeonato en los que lució el temple para torear que es el sello de la casa y en los que el público se fue embelesando con la demostración del torero y la calidad de la nobleza con acometividad del astado, hasta que se concedió el homenaje máximo a un toro como el resto del encierro de intachable trapío.

En su primero ya había tocado pelo Juan Pablo.

Diego Silveti tuvo una actuación rotunda con un toro según sabemos, con un grado más alto de codicia, que el del indulto para hacer gran faena y salir en hombros junto a Juan Pablo y el ganadero.

Fermín Espinosa del último recibió un trofeo, para cerrar una tarde gloriosa para el toreo mexicano.

Se une Los Encinos a la corrida de Jaral de Peñas en trapío y destacado comportamiento para demostrar que en México si se lo proponen ganaderos y toreros puede haber un cambio de planteamiento en el elemento principal de las corridas, el toro de lidia.

En Guadalajara se da fe que es un mito el que en México los toros tienen otro fenotipo como lo claman muchos toreros mexicanos y europeos que tienen un rasero miope para seleccionar el ganado a lidiar en sus actuaciones y también lo demuestra el ganado de la casa Baillères lidiado a fin de febrero en ese mismo coso tapatío.

Y algunos lo siguen pues nos relatan que en Texcoco dónde actuó Fermín Rivera quién obtuvo un trofeo con Calita y Sergio Flores, que los perdieron por fallar en la suerte suprema, se enfrentaron a un encierro de diversas ganaderías en las que resaltaron los de La Punta por su presencia y comportamiento.

Enhorabuena por Guadalajara con su empresa que sigue dando ejemplo de que la seriedad paga dividendos y no debemos echarlo en saco roto.

Miles de aficionados en Valencia en defensa de la Tauromaquia.
Miles de aficionados en Valencia en defensa de la Tauromaquia.
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