Momento crucial

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El domingo 30 de abril en la Feria de San Marcos en Aguascalientes se vivió una corrida especial porque se demostró que un cartel con base en tres toreros mexicanos, es factible que impacte en la taquilla tal y como lo hicieron Fermín Rivera, Joselito Adame y El Payo con los toros de Fernando de la Mora al llenar a su conjuro los tendidos de la Plaza Monumental.

Desde luego que, en su tierra, el eje parece ser Joselito, pues dos días antes, en el mano a mano con Sebastián Castella y con los toros de Los Encinos, tuvieron el mismo resultado en la asistencia, contendiendo una figura mexicana y una europea.

Hay crónicas que se detienen en los detalles del festejo, así como el del 29 de abril, donde brillaron Miguel Ángel Perera y Luis David Adame (con los toros de San Miguel de Mimiahuapan) junto con Juan Pablo Sánchez, quienes también sin llegar al lleno, convocaron a dos tercios de plaza.

Esto demuestra que, por mucho, el centro neurálgico del toreo en México lo es Aguascalientes y, desde luego, también puede probarse que el toreo como evento, sigue siendo un gran acontecimiento.

Pero regreso a Joselito, quien de domingo a domingo no sólo triunfó el 23 de abril en Sevilla con los toros de Fuente Ymbro, sino también regresó a su tierra para triunfar en los dos festejos que participó en viernes y domingo, en los cuales sus paisanos le exigen, pero lo tienen como adalid del toreo en México.

¿Qué pudiera faltarle para ser más claro el momento de los carteles que vive en su ya plena madurez como torero, y que en España toree con las figuras que en México le piden como su alternante?

Me parece que llega a la encrucijada de dos festejos en la Feria de San Isidro, en donde lo que tiene que lograr para encaramarse a los primeros planos internacionales sería salir por la Puerta Grande, vedada para los toreros mexicanos desde 1972 cuando Eloy Cavazos salió por ella con todo merecimiento, pero hace ya la friolera de 45 años.

Desde luego que en La Ventas ha tenido grandes actuaciones y recuerdo aquella en la que, al lado de Juan Pablo Sánchez (un hecho singular junto con El Cid), lidiaron toros de Alcurrucén y rememoraron una tarde de 1953, en la que en un mismo cartel actuaron los mexicanos Rafael Rodríguez y Jesús Córdoba, y de la cual salió triunfador Joselito, con un trofeo en la espuerta.

La salida en hombros sigue siendo una asignatura pendiente para muchos toreros. Joselito tiene la capacidad de hacerlo y así daría argumentos rotundos a su administración para que su caché europeo siguiera los pasos del gran torero colombiano César Rincón, quien en dos tardes en Madrid le dio un vuelco a su carrera para ungirse figura universal del toreo y contendiente de los toreros más importantes en los carteles en los que actuaba, dejando en cinco el récord de salir a hombros en una misma temporada madrileña para la historia.

Desde luego no será fácil una, pero para quien escribe es muy claro deducirlo y dependerá de los tantos factores a favor y en contra de lo que representa una corrida de toros, sin embargo, apelaría al dicho mexicano de “ahora es cuando chile verde le has de dar sabor al caldo”.

Capacidad y claridad las tiene Adame. Ojalá y las circunstancias favorezcan, principalmente en que los toros que le correspondan puedan posibilitarle dar el brinco a la cima internacional para representar a la torería de México a los niveles más altos, como ya lo hace en estos momentos el torero peruano, Roca Rey.

Supongo que con los buenos toreros que hoy en día tenemos en México, el deseado logro de José también puede dar el impulso que hemos buscado para nuestra torería, pues desde hace más de 20 años no es el elemento principal de los carteles en nuestro país. Por muchas razones y sin patriotería, ya es tiempo de un cambio; es justo y necesario.

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