Barcelona

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A los 58  años, en octubre de 1999, el mundo del toro en Vinyes perdió un excelente profesional. Si viviera, de seguro me relataría con nostalgia, que durante los siglos XVI y XVII, los juegos de toros se van desarrollando en su amada región.

 

Estoy en Barcelona y no pude reprimir las ganas de visitar La Monumental, dormida para el toreo desde 2011, recordé que en 2005 asistí a una corrida en la que actúo El Cid y el empresario era el francés Simón Casas.

Ya desde aquel año en 2005, se notaba cierto abandono en las instalaciones y la falta de aficionados en el recinto el día del festejo pues el cemento predominaba, así como también recuerdo, la nula difusión anterior o posterior a la corrida. Preguntar por la ubicación de plaza de toros me acarreó un “es usted de esos” con acento catalán (que hace sonar más recargado el español). A lo que contesté que sí, sólo para que mi interlocutor sentenciara “va a ver como la cerramos en unos años” No quise iniciar una discusión, desafortunadamente tuvo voz de profeta, aquel amable catalán que se transformó en agrio y ave de mal agüero conmigo, al saberme aficionado a los toros.

Recordé a Fernando Vinyes, cronista y caricaturista taurino y miembro fundador de la Asociación Taurina Internacional de Documentalistas y Estadísticos (ATIDE), al que tuve el gusto de tratar en la Feria de San Isidro de Madrid en 1993. Vinyes,  ejerció la información taurina en la COPE, 6 Toros 6 y El Mundo, dejó dos  obras maestras para la bibliografía taurina: la serie de caricaturas que  ilustraron «Torerías» de Camilo José Cela y su libro «México, diez veces  llanto», ya que era un gran conocedor del toreo de nuestro país. Además, había trabajado en Radio Miramar de Barcelona y colaboró en  TVE, RNE y Canal Plus.

A los 58  años, en octubre de 1999, el mundo del toro en Vinyes perdió un excelente profesional. Si viviera, de seguro me relataría con nostalgia, que durante los siglos XVI y XVII, los juegos de toros se van desarrollando en su amada región. No obstante, no será hasta el siglo XVIII -quizás como reacción a las prohibiciones por parte de la nueva dinastía borbónica- cuando comenzara la afición taurina catalana.

Durante el gobierno de Carlos III, mientras se construyen las primeras plazas permanentes, en Barcelona solo existen cosos provisionales y de ocasión. Pero poco después, tras la marcha del Ejército napoleónico -que también las había prohibido-, se organizan las primeras corridas estables en el patio del cuartel de las Drassanes, al final de la Rambla. Apuntaría Fernando, usamos a los toros para manifestarnos políticamente a favor de ellos y hoy los desechamos por la misma razón.

En estos últimos años se ha escrito mucho sobre la supuesta afición de los barceloneses a la tauromaquia, repitiendo aquello de la metrópoli más taurina del orbe; la única que ha tenido tres plazas funcionando a la vez. De hecho, el primer festejo con toros documentado en la ciudad, se remonta al lejano año de 1387 -durante el reinado del rey Joan I-, cuando se alancearon tres animales con motivo de unos festejos. Hoy a muchos esa afición, se les ha ido y por estamos como estamos, con la mayoría a favor de una aberración ética, pues se legisló en contra de la minoría.

Recordé que Jesús Solórzano, si, el de Fedayín, el 25 de septiembre de 1966, se convirtió en matador de toros con astados de Atanasio Fernández y de padrino el gran estoqueador Jaime Ostos y de testigo el aragonés Fermín Murillo en la Monumental. Curiosamente el 25 de septiembre de 2011, José Tomás volvió para despedirse de la plaza de sus amores y lo hizo bordando el toreo al natural con el mejor toro de El Pilar, así como una sucesión de trincherazos (algunos a lo Pana) inolvidables. Juan Mora dejó detalles con el primero, mientras Serafín Marín obtuvo las orejas del toro que clausuró la historia taurina de Barcelona, se esforzó al máximo con ‘Duda-Alegre’, nombre profético y esperanzador para el último toro de la historia de la plaza, al que alargó sus reticentes embestidas para acabar su obra de un rotundo volapié. Aún se está a la espera de la resolución del Tribunal Constitucional por el recurso de constitucionalidad presentado por el Partido Popular. Por tanto, el futuro de La Monumental sigue siendo toda una incógnita.

Por otra parte, actualmente, en tierras catalanas viven 465.142 musulmanes, es decir, el 6% de la población, según el Estudio Demográfico sobre Ciudadanos Musulmanes 2013 elaborado por la Unión de Comunidades Islámicas de España y el Observatorio Andalusí. De ellos, 100.121 tienen derecho a voto. Por tanto, no es cuestión baladí que el partido CiU haya puesto el punto de mira en esta comunidad que no para de crecer. De hecho, en los últimos diez años han pasado de los 30.000 a los 400.000. Y Barcelona se sitúa hoy como la ciudad española con mayor número de habitantes musulmanes.

Se rumora, que el emir de Qatar va a desembolsar los 2, 200 millones de euros para la construcción de una mezquita y se ha encaprichado por la plaza de toros, porque quiere superar a la mezquita de la Bahía de Argel –que está en construcción– y aspira a ser la tercera más grande del mundo. De construirse La Monumental Mezquita sería la más grande de Europa, con capacidad para 40.000 personas. La maqueta del proyecto incluye un minarete de 300 metros de altura, un centro de estudios del Corán para 300 estudiantes, una sala de conferencias, un museo islámico, un centro de investigación sobre la historia de Al Ándalus, una sala de exposiciones, una biblioteca, una sala para la celebración de bodas, un restaurante y varios locales comerciales. El exterior, que podría acoger a 80.000 personas, albergaría una iglesia y una sinagoga, con lo que pretenden reflejar la tolerancia con las otras dos religiones mayoritarias.

Fernando dónde quiera que estés, un saludo cariñoso, este día en tu tierra te recordé y reflexioné en lo que fuimos y poder observar lo que somos ahora, por el vehículo de la nostalgia, esa que nos invade a quienes vemos como el toreo, cada día que pasa, es menos valorado por las nuevas generaciones.

Esperemos que con madurez e inteligencia, seamos los aficionados actuales capaces de mantenerlo y no dejemos que ocurran más Cataluñas, más Sonoras, más Guerreros o más Bogotás y que la plaza Monumental de Barcelona, inaugurada el domingo 12 de abril de 1914, hace ya un poco más de 100 años, no acabe desapareciendo, como parece muy probable, para convertirse en templo. Adéu.

 

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