¿Estaremos los mexicanos viviendo la mejor crisis?
Podríamos no coincidir en el valor que le damos a una crisis, ya que cada uno lo hará desde su experiencia del pasado sumada a la del presente, y a su vez, con los miedos del futuro. Albert Einstein dijo: “Quien supera una crisis se supera a sí mismo sin quedar superado”. Se puede oír como una frase simple, sin embargo, encierra un profundo entendimiento. El reto que tenemos cuando hemos declarado que estamos en crisis es comprender que todo desequilibrio se convierte en una oportunidad de aprendizaje. Normalmente terminamos rechazando la situación y, por lo tanto, la oportunidad.
En México hemos enfocado los temas de las crisis hacia la economía, política, social y en los últimos años a la ecología. Si observamos todas ellas dependen unas de otras, van despertando de acuerdo a situaciones de conflicto que observamos. Declarar que existe una crisis es una forma de darle significado a una situación que sucede en ese momento bajo el juicio de la persona o el colectivo. Todo depende del prisma con que vemos las cosas. Normalmente las enfrentamos tomando el control para salir de ella con el mínimo desgaste o pérdida. La pregunta sería ¿la crisis sirvió para superarnos?
La mayoría de las veces pensamos que queda superado por el simple hecho de dejarla en el pasado. Después vemos que las mismas crisis se repiten una y otra vez, por lo tanto, superar no es olvidar. Superar es aprender de la situación, entender para que está sucediendo y, por lo tanto, en autoreferencia, comprender el porqué le hemos denominado así.
La palabra crisis tiene un peso específico que no nos permite ver la situación de forma transparente y real. Desde el momento de nombrarla, entra el prisma mental de cada uno, además del inconsciente que nos opera, y esto nos distrae de atender la situación de forma consciente.
Las crisis surgen en nuestra vida personal, la familia, las organizaciones y en cualquier otra estructura colectiva, pero ¿por qué hay algunas crisis que siguen apareciendo una y otra vez? Una respuesta racional y técnica no puede darle una solución al fondo de todo esto, ya que precisamente es lo que hemos intentado con anterioridad teniendo pocos resultados.
Cuando atendemos una crisis de manera consciente, nos permite ver el todo de forma integral. Salirnos de cualquier miedo o paradigma que nos esté gestionando alguna distracción o desenfoque de la mejor posibilidad para aprender, nos permitirá lograrlo. Por lo tanto, una crisis es un regalo para atendernos conscientemente y comprender que algo estamos haciendo para construir esa situación. Si uno ve la existencia de una crisis, ya es parte de ella y, por lo tanto, del tsunami que trae atrás.
Las situaciones que estamos viviendo hoy en México que se nombran como crisis o como un camino a una futura crisis, son más de lo mismo que hemos vivido y creado una y otra vez. Se genera un colectivo de miedos inconscientes que mantiene distraída a una mayoría y que al final nos afecta a todos.
Hoy se requieren liderazgos conscientes que permitan impactar en colectivo para generar una nueva versión de entendimiento acerca de lo que nos regala cada crisis. Así podremos enfrentarlas como una oportunidad de aprendizaje. Desde un estado consciente, es posible observar que hoy estamos viviendo la mejor crisis para México, y si no lo vemos así, dejaremos la oportunidad de encontrarnos en ella para resolverla de forma diferente.
Es momento de que cada uno empecemos a darnos cuenta de que todo lo que estamos creando a nuestro alrededor es gracias a cómo lo vemos y decidimos vivirlo. Para detonar el proceso del aprendizaje comencemos preguntándonos en autoreferencia, ¿estoy dispuesto a asumir que vivo mi mejor crisis?
