Calderón y su Círculo Rojo: los grandes aliados de AMLO

Por paradójico que parezca, Felipe Calderón y quienes fueran algunos de sus colaboradores más cercanos cuando fue Presidente, le están “haciendo el caldo gordo” a Andrés Manuel López Obrador, de una manera que pareciera orquestada desde unos de los peores sentimientos humanos que es el rencor.

Sin pretender analizar la justificación del enojo de Felipe y Margarita en contra de Ricardo Anaya, parece irracional la persistente actuación de los Calderonistas que no hace sino favorecer al enemigo principal de Calderón quien lo ha tildado siempre de “pelele”, quien nunca reconoció su triunfo electoral, quien considera que la política de Calderón en materia de seguridad fue fallida y quien califica a la propia Margarita como parte de la mafia del poder.

Por uno de los frentes, José Antonio Meade, quien fuera Secretario de Energía y Secretario de Hacienda durante la Presidencia de Calderón, se confronta con Anaya desde el PRI y utiliza arteramente a la Procuraduría General de la República para instrumentar una campaña mediática con el propósito de cuestionar su honradez, sin contar con elementos sólidos para incriminarlo. Javier Lozano, Secretario del Trabajo de Calderón, es vocero de la campaña Presidencial de Meade y desde allí torpedea sin descanso al candidato presidencial de la coalición Por México al Frente. Las encuestas demuestran que estas acciones han perjudicado al PRI y han logrado generar sospechas sobre la honorabilidad de Anaya, fortaleciendo a MORENA.

Margarita Zavala, quien anunció desde el principio que sería candidata Presidencial, dentro o fuera del PAN, se postuló como candidata independiente para restarle votos a Anaya, sin tener posibilidad real de ganar la contienda electoral, pero quizá quitándole los votos que le permita ganar.

Ernesto Cordero, Secretario de Desarrollo Social y Secretario de Hacienda de Felipe, es actualmente Presidente del Senado de la República y sin quitarse la camiseta del PAN aprovecha el foro para intentar dañar a su partido; mientras que el propio Felipe permanece como miembro de ese partido en claro conflicto de intereses con la candidatura de su esposa, encargándose de detonar el fuego amigo a través de incesantes twits que ha provocado la huida de muchos de sus seguidores, entre otros la del que esto escribe.

Calderón y sus amigos juegan con fuego. El peligro está a su puerta. De seguir así provocarán el cambio de régimen político y económico que Andrés Manuel ansía y que ha quedado claramente descrito por él mismo: mientras promueve una enmienda Constitucional que eche para atrás la reforma energética, desconocerá de manera inmediata aquellos contratos que le parezcan leoninos o derivados de actos de corrupción, suspenderá el proyecto del nuevo aeropuerto, tomará acciones para fortalecer la presencia de empresas del Estado que intervengan en la economía, procurará incluir en las negociaciones del TLC protecciones a muy variadas ramas de la industria nacional y evitará la adopción del TPP (Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica /Trans-Pacific Partnership). Se trata de abandonar el libre mercado y volver al proteccionismo de Estado y al nacionalismo que en épocas de Echeverría demostraron su fracaso.

En materia educativa, el nuevo régimen cancelará la reciente reforma, para lo cual no necesitaría siquiera realizar contrarreformas Constitucionales y legales, sino que bastaría con que dejara de implementarla, y elaborará un plan educativo sin afectar los derechos de los maestros, esto es, protegiendo sus supuestos derechos a heredar o vender sus plazas, anteponiendo dichos derechos al de los niños a una educación de calidad. Pretenderá obligar a universidades públicas y privadas a cambiar sus criterios de selección de estudiantes a fin de que nadie sea rechazado, ello en violación a la autonomía universitaria y afectando el principio del mérito.

En materia política, el nuevo régimen se alejará del sistema representativo de los diputados y los senadores para fortalecer la democracia participativa a base de multitud de consultas ciudadanas fácilmente manipulables a través de sus esquemas binarios que evitan establecer matices. Aunque “el Peje” considera al pueblo sabio, desconoce la legitimidad de la sociedad civil organizada. En materia de seguridad pública pretende crear una Guardia Nacional en la que convivan militares y policías. En materia internacional el nuevo régimen tratará de oponerse a las agendas supuestamente impuestas desde el extranjero, las que incluyen las llamadas reformas estructurales. El recientemente creado Sistema Nacional Anticorrupción se desmantelaría, lo mismo que el INAI por considerar que sólo han servido de tapadera como en el caso Odebrecht.

Podemos anticipar, sin temor a equivocarnos, que en caso de que López Obrador llegue al poder y pretenda implementar este nuevo régimen político y económico, más pronto que tarde se generará en el país un gran desánimo popular ante el incumplimiento de las altas expectativas generadas por el líder de la alianza electoral Juntos Haremos Historia, que en sus propias palabras es el movimiento popular pacífico más importante del mundo.

El momento histórico que enfrentamos hace indispensable el llamado a Felipe Calderón, a Margarita Zavala y a su círculo rojo, a acogerse a su magnanimidad, que no es otra cosa sino la grandeza y elevación del ánimo y gran generosidad que les permita sobrepasar su rencor. Les exigimos hacer gala de esa virtud humana que tiende a la realización de cosas grandes prescindiendo de su dificultad y cambiar su estrategia, a fin de fortalecer la alternativa viable que asegure una ruta que permita perfeccionar nuestro actual régimen político y económico sin volver a caer en tentaciones nacionalistas y proteccionistas que han fracasado en el pasado.