Agradezco al señor Manuel Ramiro Hernández su mensaje en relación con un supuesto juicio tendencioso que emití en mi columna del pasado 10 de julio. Al respecto, me permito señalar lo siguiente:
Normalmente pudiera pensarse que en lo que usted señala tiene algo de razón en lo relativo a los juicios tendenciosos, sin embargo, es importante comentar que los adjetivos, por cierto bien aplicados a Joaquín Amaro, no son míos sino que se los adjudicó su biógrafa y panegirista, la Dra. Martha Beatriz Loyo Camacho al consignar que Amaro era una persona siempre a la sombra de las grandes figuras (conocido por su atingencia, servilismo, ambición y falta de dignidad, cargando el portafolio de quien fuera para quedar bien); carente de discurso solapó prácticas de corrupción y enriquecimiento de sus subordinados, de hecho, él mismo se enriqueció y sus acciones lo muestran como un ejecutor falto de escrúpulos, implicado en magnicidios tales como el del General Francisco Villa.
Tendenciosos en realidad, son los historiadores que, siguiendo consignas, aplauden a la Historia Oficial de México, una historia que desde que Obregón llegó al gobierno se estableció como verdad absoluta en nuestro país, hecho que ha creado gran confusión y enorme desconocimiento de la realidad entre numerosas masas de mexicanos, sobre todo, en aquellos desprotegidos que se han educado teniendo como base inicial y fundamental los libros de texto gratuitos.
Tendenciosos son aquellos que están contentos con la mediocridad y el statu quo que vive México y que heredamos de un proceso de corrupción creciente, generado por las instituciones corruptas que Calles anunció con bombo y platillo.
Independientemente de estas aclaraciones iniciales sobre los “tendenciosos”, no hay duda alguna de que mis afirmaciones no son tendenciosas pues fueron extraídas textualmente del libro de la Dra. Loyo Camacho sobre Joaquín Amaro, así como de los archivos de la SEDENA, que durante largo tiempo estuvieron vedados al público y de los cuales anexé un ejemplo, la denuncia del C. Manuel Gómez M. sobre las múltiples irregularidades y tropelías cometidas por Amaro en la administración del H. Colegio Militar, incluyendo acciones que van más allá de la barbarie extrema como fue la castración de un cadete y la creación de campos de concentración en nuestro país. Señor Ramiro, le recomiendo leer dicho anexo.
La afirmación que usted hace sobre Amaro en el sentido de que fue el creador o el iniciador de la institucionalización del ejército mexicano, muestra un gran desconocimiento de la Historia Militar de México.
Le sugiero hacer a un lado a la Historia Oficial de México y leer los dos libros escritos por el General Arnulfo R. Gómez, mismos que son utilizados como libros de texto del Heroico Colegio Militar:
- El Centinela, mejor conocido como Manual del Ordenanza (1924) que fue calificado como el ABC de la milicia, y
- Estudios Militares (1926), en donde se detalla la forma en que se debería llevar a cabo la reestructuración, capacitación y modernización del Ejército Nacional Mexicano.
Al respecto, hay que señalar que en un estudio realizado por historiadores militares del Centro de Estudios del Ejército y la Fuerza Aérea (CEEFA) con el título de Las propuestas de modernización y profesionalización del ejército nacional del general Arnulfo R. Gómez, publicado en el año 2017, se señala que: los logros que fueron alcanzados a partir de 1924, tienen semejanza con las propuestas que realizó el General Arnulfo R. Gómez, aunque habrá que mencionar que el crédito por ello nunca fue reconocido a dicho personaje, simplemente, porque lo poco que supuestamente aportó Amaro, fue tomado, o más bien plagiado, de los libros del General Gómez.
También me permito señalar que la dimensión de las reformas propuestas por mi abuelo, el General Arnulfo R. Gómez, van más allá del ámbito de la milicia pues sus propuestas e implementación en el ámbito social y económico del país, reflejan una imagen sana y extraordinaria de lo que debería haber sido el Ejército Nacional Mexicano desde la década de los 20 e, igual de importante, la de un gran militar con visión de estadista que el caudillismo y la corrupción encabezados y promovidos por Obregón, Calles y Amaro le negaron a nuestro país, al asesinar proditoriamente al General Arnulfo R. Gómez.
Sin duda, el General Arnulfo R. Gómez fue un auténtico visionario y transformador del Ejército Nacional Mexicano, un verdadero forjador del Instituto Armado.
En anexo a la presente encontrará un detallado texto que muestra lo que la Historia Oficial de México ocultó durante más de 90 años y lo que la terrible realidad, que sin la intervención del trío que en un momento señaló Amaro que le decían “Los tres mosqueteros” (Obregón, Calles y Amaro), hubiera sido totalmente diferente.
Al parecer, Amaro también padecía de sordera pues lo que realmente decía la gente era “Los tres más rateros”.
ANEXOS:
Arnulfo R. Gómez – Forjador del Ejército Nacional
Curso Protagonistas del siglo XX. Joaquín Amaro. 2360 vistas. 7 nov. 2013
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Última modificación:
3/12/2014 06:36:04 PM 18:36:04 por
Pedro Aguilar Paulín Hace 6 años
Ahora resulta que el maldito indio Amaro, fue un bienhechor, un estadista, un patriota, cuando en realidad sólo fue un vulgar pistolero al servicio de los jacobinos norteños; o sea que, dentro de 50 años, vamos a elevar a los altares de la historia a personajes vulgares como Durazo….menuda estupidez de “curso”.