Donald Trump y la Bioética

Van Rensselaer Potter (1911-2001) fue un hombre visionario, dijo y lo hizo con una visión futurista que: la humanidad necesita urgentemente una nueva sabiduría que le proporcione el conocimiento, de cómo usar el conocimiento para la supervivencia del hombre y la mejora de la calidad de vida.

En este contexto, es que podemos afirmar que la bioética llegó para quedarse y su presencia es de suma importancia para las sociedades contemporáneas, dado que pretende, de frente a la inmensa cantidad de conocimiento que hemos ido acumulando, hacer un uso racional del mismo.

La bioética no es cosa solamente de los académicos, atañe directamente a los hombres y mujeres de Estado. Así y cada vez más, el Estado en la búsqueda del bien social, se ve obligado a recurrir a la bioética como un medio para la toma de decisiones. En este orden de ideas, el ex presidente americano Barack Obama, promovió desde su gobierno la creación de una Comisión de Bioética, la que ayudaría, precisamente a su administración, a afrontar las difíciles decisiones en relación a lo bio, en relación a la vida.

Esto es importante en un mundo en el que los avances científicos se suceden a una velocidad impresionante, pero en el que nos siempre, como ya lo adelantaba Einstein, la finalidad de los mismos es clara. La mayoría de los nuevos descubrimientos biotecnológicos nos generan incertidumbres e incluso confusión, no es fácil, por ejemplo, saber para qué nos sirve un conejo o un mono genéticamente modificado, o aquél famoso ratón fluorescente, la intención no puede ser, en el caso del ratón, simplemente que se vea en la penumbra.

Ahora bien, apenas el 20 de enero de este año, Donald J. Trump asumió la presidencia de los Estados Unidos de Norte América y a partir de ahí ha insistido en la construcción de diferentes muros, no sólo el pretendido muro fronterizo entre México y Estados Unidos para evitar a los bad hombres, sino otros aún peor de peligrosos.

Siguiendo esta tendencia de establecer muros, el Presidente Trump tomó la decisión de deshabilitar el sitio de la Comisión Presidencial para el Estudio de Asuntos de Bioética (http://bioethics.gov/). Recordemos que la idea original del concepto de bioética, es la de establecer puentes, no la de establecer muros.

Deshabilitar un sitio como “bioethics.gov”, no es una decisión trivial, tras una decisión como ésta podemos vislumbrar un trasfondo peligroso que habla de la posición que asume el presidente del país más poderoso en este tipo de temas.

Quizá haya personas que no se hayan dado cuenta aún, pero los temas bioéticos son temas globales, las decisiones que se asuman en un país y particularmente en un país como Estados Unidos, tienen una influencia de carácter mundial, en ese contexto y como ya lo adelantamos, resulta alarmante que se desmantele un sitio como el de la Comisión Presidencial para el Estudio de Asuntos de Bioética de Estados Unidos.

Siendo suspicaces, podríamos pensar que esto puede ser el principio del desmantelamiento de la Comisión misma, lo que no sorprendería dada la actitud xenófoba demostrada por el presidente Trump.

Sin pretender ser pesimistas, el que la nación más poderosa le dé la espalda a la bioética, puede presagiar un retorno al oscurantismo, a la violación institucionalizada de los derechos fundamentales. Los problemas derivados de la aplicación de las biotecnologías no son problemas simples, implican por regla general, situaciones de alta complejidad, que deben ser resueltas desde ópticas multi-científicas, lo que representa en sí mismo la piedra angular de la bioética.

La bioética y, el carácter global de la misma, juega un papel de brújula que debe servir para guiar a las políticas públicas, la bioética, no podemos olvidarlo, aspira a lograr el bien social.

El hecho de desmantelar el sitio “bioethics.gov” denota una posición ideológica de la nueva administración americana, recordemos también que apenas en su cuarto día como presidente, Trump firmó un decreto mediante el cual se prohibió la asignación de recursos públicos a cualquier organismo que presare ayuda al aborto seguro.

Cabe señalar que los tiempos y los simbolismos son importantes, pues el decreto antes mencionado, se firmó apenas un día después del 44º aniversario de la sentencia del Tribunal Supremo Norteamericano, que legalizó el aborto en los Estados Unidos. De igual manera y para efectos prácticos y simbólicos, el 1 de febrero Trump nominó a Neil Gorsuch lo que inclinó la balanza hacia el conservadurismo en el ámbito judicial. Conservadurismo que, por regla general discrepa de los razonamientos científicos en que se basa la bioética laica, para el conservadurismo “la razón” es lo menos importante, lo verdaderamente importante es el dogma religioso, el dogma de fe.

En fin, el desmantelamiento del sitio “http://bioethics.gov” no puede presagiar nada bueno para la bioética, representa un paso atrás en el ámbito de la discusión científica y racional, de las múltiples implicaciones derivadas de los avances biotecnológicos a los que hoy se enfrenta la humanidad. Digamos en este sentido y en un tono irónico: “que dios nos agarre confesados”.