De la vivienda, 3ª Parte

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¿Las casas del futuro se repararán a sí mismas?

Bienvenidos a la tercera y última entrega de la vivienda y su devenir en nuestra historia. Como quedamos la vez pasada, iniciamos el recorrido en la época de la Revolución Industrial. En aquel momento, la enorme explosión demográfica del s. XIX provocó una nueva demanda de vivienda obrera y residencial, por lo tanto, en función del desmedido crecimiento y conglomeración humana, se generaron distintas acciones que pretendían solucionar la situación y que dieron pauta a la lógica de diseño (o ausencia de éste) y al trazo de la mayoría de las ciudades modernas. Por ejemplo, en Europa se instalaron centros poblacionales en torno a las ciudades medievales, o como otra alternativa de ubicación la burguesía fincaba en zonas en las afueras de las “grandes” ciudades y se establecía en suburbios. En cambio, en Estados Unidos, la tendencia fue hacia arriba. La idea de construir grandes edificios, rascacielos que impresionaban por su elevada altura, ya que parecían desafiar a la física y hacían ostentación del poder de los hombres acercándose, cada vez más, a las nubes. Los Ícaros modernos queriendo llegar al cielo.

Bien, dado que la necesidad básica de guarecerse estaba resuelta, que mal que bien se había podido cubrir la demanda recibiendo, además, al gran número de personas que comenzaban a agruparse en los centros urbanos, el siguiente paso en la evolución de la vivienda fue nuevamente la complejización de este mercado. Ya no se trataba de grandes palacios, ahora con la llegada de la revolución arquitectónica en el siglo XX, las obras de esta naturaleza se acercan al hombre común que las habita.

Rascacielos.
Ilustración: Thomas Lamadieu.

Así tenemos ejemplos de esta arquitectura utilitaria y, sin embargo, con un altísimo valor estético. Gaudí en Barcelona es una clarísima muestra de esta representación de la vivienda moderna “de autor”. La Casa Batló y la Pedrera son estandartes de la sofisticada manera de vivir que la arquitectura podía empezar a visualizar –y concretar– en aquellos tiempos. Arquitectos de distintos lugares del mundo como Le Corbusier, Rietveld en Europa, Juan O’Gorman o Luis Barragán en México, atraviesan el siglo con sus propuestas arquitectónicas que hacen del espacio habitacional una pieza estética que se distingue por sus raíces y belleza. Por supuesto que esta arquitectura, aplicada a vivienda, no estaba al alcance de cualquiera, sólo algunos poderosos y pudientes podían vivir en un espacio diseñado por alguno de estos maestros.

En contraparte, para las clases medias y trabajadoras radicadas en las ciudades, se inicia un cambio de concepción y diseño de la vivienda unifamiliar que deviene en el modelo del multifamiliar. Es, como en el Ensayo de la Ceguera de Saramago, una serie de ciudades dentro de la ciudad que esclavizan y sujetan al individuo y a su familia dentro del monstruo de concreto, alejándolos de sus raíces originales y de la naturaleza. En estos conjuntos habitacionales que fueron emblemáticos en el mundo durante los años 50 y 60 se reunían, en un solo sitio, cientos de departamentos, tiendas, escuela primaria y preescolar, canchas deportivas, parques con columpios, sube y baja y resbaladilla, incluso alberca. La fantasía de tener resueltas todas las necesidades dentro del complejo se ve ahora como una especie de entropía que generó importante descomposición del tejido social en su propio ecosistema. Además, la incapacidad de coordinación de las personas para dar el mantenimiento adecuado provocó que el deterioro de las unidades fuera cada vez más visible y evidente.

Le Corbusier.
Collage: ArchDialy.

En este momento tocamos un punto muy importante de la evolución de la vivienda a futuro. La falta de coordinación de los vecinos y/o los elevados costos para dar un mantenimiento adecuado y suficiente a las edificaciones residenciales. Detectar esta necesidad nos lleva al siguiente cambió sustancial en el diseño, arquitectura e ingeniería de la casa habitación (ya sea que se trata de un depa en Copilco dentro de la Unidad Panamericana o una “casa sola” en Lomas de Chapultepec), que consiste en tener materiales que tengan una funcionalidad potencializada por las nuevas tecnologías. Por ejemplo, la pintura que hoy puede pasar deasapercibida en la mayoría de las viviendas y edificios, no sólo servirá para decorar, ahora tendrán la utilidad de también generar energía o limpiar el aire.

Si consideramos que vivimos en una lógica de “innovar o morir”, la expectativa es llegar a tener casas que se reparen solas, que se den mantenimiento solas y que perduren así más fácilmente con un menor esfuerzo. Uno de los campos con más avance en esta dirección es el de la pintura para vivienda que se espera que ahora cubra otras necesidades. Aquí tenemos algunos ejemplos:

  1. La Pintura Inteligente (Smart Painte) es un desarrollo realizado en 2012 en la Universidad de Strathclyde, en Escocia, y su gran promesa es que utiliza nanotecnología para avisarnos de posibles fallos estructurales, así como para alertarnos de corrosiones y humedades. Gracias a la combinación de cenizas recicladas de la combustión del carbón y una alineación de nanotubos de carbono, puede realizar estas funciones, ya que la variación en la conductividad cuando alguno de los nanotubos se dobla, transmite información que deben ser instalados en la superficie pintada.
  2. La pintura fotovoltaica tiene la función de ser generadora de energía para el autoabastecimiento a través de tejas solares de Tesla. En este caso, un spray de un mineral capaz de absorber la luz solar posibilitará el abastecimiento de energía eléctrica que necesita una familia.
  3. Pintura autorreparable: su comportamiento es como el de un gel que, cuando sufre un daño superficial, se rellena por la estructura química del producto y que, además, es repelente al agua. Esta tecnología se ha utilizado ya desde algún tiempo en el mercado de autos, con marcas como Nissan o Lexus.
  4. Pintura fotocatalítica: estas pinturas sostenibles están pensadas para estar al exterior, ya que reaccionan a la radiación solar reduciendo la cantidad de contaminantes en la atmósfera. Su aplicación en las fachadas y aceras de las grandes ciudades podría suponer un enorme cambio en la calidad del aire que respiramos.
Pancarta futrista.
Imagen: Pinterest.

Total, que dar cuidado y mantenimiento a nuestra casa es algo costoso y latoso, que ocupa mucho tiempo, se piensa en un siguiente paso todavía más asombroso.

DARPA (Defense Advanced Research Projects Agency, extensión del departamento de Defensa de Estados Unidos) lanzó un proyecto el año pasado para crear nuevos tipos de materiales que tuvieran las habilidades estructurales de los materiales de construcción tradicionales, pero los atributos de los sistemas vivos. La organización señala las ventajas de los materiales biológicos es que se pueden cultivar en muchos lugares, repararse a sí mismos y responder a su entorno. El mejor acero u hormigón en un rascacielos no puede competir con esas habilidades. ¿Cómo lo va a ser? Pues mediante el uso de materiales vivos como raíces de champiñones; las casas crecerán naturalmente a la forma del molde. Esto brindará otros beneficios como el que la gente encargada de construir las viviendas no sería puesta en peligro, ya que no llevarían materiales de vivienda voluminosos a zonas peligrosas.

Es ésta, sin duda, una gran noticia por los beneficios que ofrece. Sin embargo, despierta la interrogante de si ahora nuestra casa tendrá que ser tratada también como una mascota. Ya veremos…

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