La educación que necesitamos

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En días recientes vimos la liberación de la Maestra Elba Esther Gordillo y pareciera que, al mismo tiempo, se desataron los fantasmas del pasado relacionados a la influencia que la Maestra podrá tener y ejercer sobre el gremio educativo. La realidad respecto a la necesidad de una reforma educativa que eleve los niveles educativos de nuestra población es imperante.

¿Qué puede haber más importante que esto para el futuro de México?

Si no coordinamos los esfuerzos más nobles que pueden tener nuestros políticos, empresarios y gobernantes para que surja un salto cuántico desde donde estamos (una nación en la cual la mayoría de los empleos son de poca monta y donde la discusión principal es elevar el salario mínimo por decreto), nos mantendremos como un país de gran población pero en el que los sectores clave siguen necesitando importar talento porque en más de 120 millones de habitantes no tenemos los conocimientos necesarios para que nuestros ejecutivos, directivos y gobernantes puedan afrontar los retos de la Revolución 4.0 con posibilidades reales de éxito y generar una mejor posición en el esquema de nuestro aporte mundial.

Para ello, necesitamos producir “nativos globales”, que a los 18 años hablen 4 idiomas, conozcan 4 culturas y 4 alfabetos, sean expertos en el uso de las computadoras y de su celular como herramientas de trabajo, que lean más de 52 libros al año, que respeten la ley, la ecología y la convivencia, que manejen las finanzas de negocios con suficiencia, que entiendan y acepten diferentes religiones como las orientales en adición a la musulmana y judeo-cristiana, y que no sólo tengan un compromiso nacional sino también internacional, ya que han estado en visitas socializadoras de intercambio a familias de distintos países, durante los veranos que les permite generar la empatía y el roce con otros nativos globales.

¿Qué necesitamos para que estos talentos los produzca nuestro sistema educativo? ¿Qué es lo que debemos cambiar del sistema educativo? ¿De dónde partimos? ¿Qué ha aportado la Reforma Educativa de Peña Nieto y qué se tendría que calibrar para una segunda Reforma Educativa, en su caso, la de López Obrador?

En todo proceso, pero más en algo tan delicado, se requiere no perder la visión de largo plazo. La gente quiere resultados pronto, y el problema no es de planes. Las políticas públicas tienen que estar basadas en evidencia y no en ocurrencias. Los retos y desafíos en educación están “sobre-diagnosticados”.

Actualmente se destina 30% de los recursos del país, pero el retorno que se obtiene de esta gran inversión es muy pobre. En buena parte, porque el presupuesto se dispersa del objetivo principal que es lograr un impacto transformacional de la población, vía la educación, convirtiéndose en un instrumento político que administre y copte las huestes magisteriales, para que sean promotores o detractores del sistema. Esto, además, tiene matices en cada una de las entidades federativas.

Lo primero que debemos hacer, ya sea que haya otra reforma educativa o una calibración de la que ya tenemos, es que toda la sociedad se comprometa y se una por este último fin. No es la reforma educativa de Peña Nieto o de AMLO, sino del país, y tiene que ser transexenal. No tiene que tener banderas políticas, sino que tiene que ser el proyecto más importante del pais, y como tal, que los interlocutores en cuestión, operen de manera igualmente comprometida.

Los maestros tienen un gran compromiso, sin duda, como los principales actores. Aquí, la mejor manera es involucrarse en la evaluación educativa del país. Creo que lo más conveniente es hacerlo por regiones. Al mismo tiempo, habrá que apoyar y enaltecer a los maestros. Hay que volverlos a posicionar para que socialmente vuelvan a ser valiosos y técnicamente competentes. Que recuperen ese nivel de autoridad moral que tenían por su guía y sabio consejo. Pero, sobre todo, por su ejemplo.

Escuela Normal Rural Justo Sierra Méndez, Campeche (Foto: http://www.astrolabio.com.mx).

Es necesario desarrollar centros de formación de directores escolares y líderes de las comunidades educativas, bajo el esquema de pari passu. Asimismo, urge reforzarlos en la formación del idioma inglés.

También hay que desarrollar proyectos de innovación educativa que, como parte del nuevo modelo, sean escalables en coordinación con la SEP.

Llevemos a cabo diagnósticos precisos en las normales y campañas que hagan hincapié (genuinamente) sobre la importancia de la educación, apoyando a la docencia y a sus familias en actividades educativas.

Debido a lo importante de los recursos, hay que hacer un “seguimiento de los mismos”, con auditorías externas que transparenten los hallazgos.

También son necesarios cambios más estructurales. Dichos cambios requerirían, entre otros, los siguientes:

  • Modificar sistemas pulverizados que no tengan recursos en parte por ello.
  • Empezar el cambio desde la educación básica; se cuenta con una secundaria que durante tres años cuenta con un sistema educativo nuevo, en vez de tener una continuidad estructurada en todo el proceso de formación.
  • Revisar desde la Gestión escolar, el Desempeño de los maestros, el Clima escolar, y hasta la participación de los padres con Indicadores clave de progreso que puedan ser comparables, comprobables y sostenibles en el tiempo.

En conclusión, hagamos conciencia de que tenemos esta generación para poder superar nuestro rezago educativo, y para ello debemos instrumentar cambios valientes, pero a la vez, muy claros, de lo que queremos obtener. Programas educativos como Erasmus, Grundtvig, Monnet, Ashoka y Comenius, nos pueden dar la pauta del cambio conceptual que logre romper muchos de los paradigmas que hemos mantenido.

Lo básico es enfocarnos en las habilidades que necesitan dominar, antes de la educación profesional. La aritmética de negocios (con uso de operaciones básicas y su operatividad en las calculadoras financieras), la lectura (empezando por una hoja diaria y terminando por un libro a la semana), el civismo (entendiendo éste como el respeto total de las leyes, el valor civil, la ética y el respeto a las normas de convivencia, la tolerancia, el altruismo y el respecto a la ecología y el medio ambiente), la computación (dominio del office, internet, redes sociales y negocios on-line), y los idiomas, pueden darnos las ventajas competitivas contra otros talentos a nivel internacional.

No tenemos tiempo que perder. El futuro ya lo vemos hoy y no podemos permitirnos perder una generación. Todo por el bien de México y de nosotros mismos.

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ANTONIO TREJO

Pocas vece me topo con un articulo tan completo como este y en un tema super importante para el futuro de nuestro país, totalmente de acuerdo con todo su comentario; ojala sea escuchado por los poderes que gobierna este país, llámese poder económico, poder político, poder eclesiástico, poder de los medios de comunicación y por ultimo el poder mas nefasto de todos, que debe desaparecer a toda costa, el poder de las mafias (narcos, delincuentes de cuello blanco, manipuladores de los medios de comunicación, malos políticos del crimen organizado, malos empresarios que solo pretenden dinero y poder rápido y fácil).
Si los ciudadanos buenos, que conforman los cuatro poderes pilares de nuestra sociedad, se aplican a fondo, son los únicos que le pueden dar esperanzas de cambio a este tan maltratado país, tan rico en recursos naturales y sumido en la miseria económica, cultural, de valores, de principios.
¡¡¡¡¡…VAMOS MEXICO…..MI QUERIDA PATRIA…..!!!

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