El NEWFTA o nuevo NAFTA (por sus siglas en inglés) definitivamente enfatiza lo de “America First”, no sólo por la parte de las siglas (US-México–Canadá terminando en USMCA), cumple también muchas de las ambiciones de revitalizar el tratado.
Durante 24 años, el NAFTA nos permitió gozar de relativa estabilidad y predecibilidad; ahora, el tema será sujeto a una revisión cada 16 años. Pero hay temas muy interesantes para poder pensar en el enfoque estratégico de los socios.
- Negociación de otros tratados comerciales. Si uno de los países signantes lleva a cabo otros acuerdos de libre comercio, con potencias enemigas comercialmente hablando, cualquiera de las partes puede dar por terminado de manera anticipada el acuerdo. Esto significa que se limita la política de diversificación que pudiera planearse hacia adelante por las partes (los países) más vulnerables.
- Industria automotriz. Esta parte fue primero fue revisada por Estados Unidos y México, y posteriormente se incorporó Canadá, por lo que se estima que cuando los sectores puedan hacer los ajustes respectivos y esté implementado en su totalidad el acuerdo (se especula que para 2023), el contenido regional de la zona USMCA sea de un 75% para que esté sujeto a los beneficios de no tener arancel. El cambio importante aquí radica en el monto (hasta un 40%) que tendrá que venir de trabajadores que perciban en promedio, 16 USD por hora.
Con esta medida se busca regresar trabajos a Estados Unidos y/o que no se compita por el diferencial de una mano de obra barata, lo cual afectaría a nuestro país, en primer lugar. Sin embargo, esto podría beneficiar no sólo a los autopartistas americanos sino también a los canadienses en un momento dado. Lo interesante aquí es la reacción del mercado, ya que los consumidores verán cómo estos productos sufren un incremento en sus precios en el mediano plazo.
- Resolución de controversias. La “sunset clause” (Chapter 19) fue la parte donde valió quizá más la pena el enfoque trilateral. Canadá fue muy enfático en la inclusión de la misma, como una mecánica de protección, con la excepción de que ésta no será aplicable en aquellos temas que sean considerados de seguridad nacional, y donde esta definición queda en las manos de la consideración, en un momento dado, de cada gobierno.
- En otras áreas como, por ejemplo, el mercado de los lácteos, Estados Unidos ganó un margen mayor de penetración al mercado canadiense (3.6% del mismo), que puede afectar cerca de 11,000 granjeros canadienses.
En los demás temas, digamos que se moderniza la estructura del tratado y se actualizan términos de referencia y leyes para proteger mejor los derechos de autor, obras de capital intelectual (música, e-books, etc.), el mercado electrónico, la investigación y desarrollos patentables de las farmacéuticas, los estudios cinematográficos y otros similares, el esquema de liberalización y flexibilización del sector financiero.
Respecto al tema laboral, el USMCA garantiza el derecho a la negociación salarial colectiva y la libre sindicación. En el caso de México, este tema cobra relevancia, ya que durante años había permanecido congelado por la presión que ejercen numerosos líderes sindicales.
Asimismo, el nuevo acuerdo garantiza la unión de la región de Norteamérica y elimina toda incertidumbre en los mercados financieros generada por la posible salida de Estados Unidos del mismo. Sin embargo, creo que, a pesar de todo, no es aún momento de cantar victoria.
Primero. Recientemente Canadá ha impuesto también sanciones al acero proveniente de Estados Unidos y México; esto en reciprocidad de los impuestos, a su vez, por Estados Unidos en fechas recientes. El panorama no es una favorable señal de buena vecindad, y puede ser el ejemplo de otro tipo de bienes que posiblemente se estén manejando por los tres países de manera unilateral, restándole fuerza al tratado pero, además, quitándole seriedad y obligatoriedad a lo acordado.
Segundo. El proceso aún no está concluido. La presión por los granjeros canadienses, y todavía más, el rechazo por alguna parte del Congreso americano a todo lo que presente el presidente Trump, puede estar sujeto a una serie de enmiendas y discusiones que alarguen aún más el proceso de aprobación. Parece ser que en México, a pesar de todo y el cambio de gobierno, se tiene más controlado el proceso, y sería quizás el único caso que pudiera pasar con relativa facilidad.
Como quiera que sea, para mí la buena noticia, si es tratado con imparcialidad y neutralidad por los gobiernos, corresponde al Capítulo 27 referente al tema de anticorrupción. En éste se establece que un gobierno puede ser llamado a consulta por sus socios si se considera que hay un incumplimiento en la aplicación de las normas de anticorrupción. Es de esperarse con ello que el gobierno mexicano tenga que fortalecer los incentivos y certezas legales para los denunciantes (whistleblowers). Curiosamente, en este capítulo no se tuvo como iniciativa coercitiva la imposición de los otros gobiernos, pero imperó el punto de vista de los empresarios mexicanos, y se busca tener un referente común en los tres países en cuanto a sus procesos y controles internos. Esto apoyará la transformación de las empresas medianas mexicanas que no están expuestas a los requerimientos de control y transparencia de las empresas que cotizan en los mercados bursátiles.
Ante los vertiginosos cambios que tenemos en la evolución de la Industria 4.0, yo no creo que este Acuerdo tenga la vida que el anterior Tratado, pero es un referente más flexible que se podrá ir adecuando a las nuevas realidades que viva la región, con la voluntad de seguir manteniendo sinergias en áreas clave.
ESTIMADO SR. QUESADA.
MUCHAS GRACIAS, BUEN ARTICULO.
EN LOS TIEMPOS ACTUALES NECESITAMOS QUE LOS TEMAS IMPORTANTES SE ABORDEN COMO USTED LO HIZO, CON UN ANALISIS CORRECTO E INTEGRADO Y CONCLUSIONES FUNDAMENTADAS QUE DEN CLARIDAD RESPECTO A LAS OPCIONES QUE TENEMOS HACIA ADELANTE.
UN CORDIAL SALUDO