Un brevísimo homenaje a la escritura (sin querer)

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#HomenajeALaEscritura

Tengo que confesarles que hay veces en que escribir me da pereza. ¡Hay días así! Días en que no sólo escribir, sino cualquier actividad, te cuesta el doble de trabajo, simplemente porque estás cansado o con falta de ganas. Hoy es uno de esos días. Nunca he visto algún artículo en el cual, quien escribe, diga que lo que no quiere hacer –precisamente ese día– sea escribir; así que hoy escribo sobre eso.

Estoy respirando profundo. Cuando me siento cansado, aflojerado, cuando tengo frío o incluso hambre, mi mejor aliada es la respiración. Se los recomiendo. Respirar profundo alerta, alimenta y da calor.

Cada vez que me siento frente a la computadora para escribir, sé claramente los temas que voy a abordar. Probablemente ya tenga algo de investigación hecha, porque nunca me ha gustado escribir de algo que no haya investigado. Hoy escribo sin rumbo y sin tema, lo hago porque estoy convencido de que, en la obligación y disciplina de hacerlo, se va generando el entusiasmo que siempre me ha motivado a poner mi pensamiento y sentimiento en letras. Dicen que, en esto de la escritura, el diez por ciento es inspiración y el noventa por ciento sudoración; y en ese esfuerzo por escribir se encuentra la creatividad e inspiración necesarias.

Ahora me hago la pregunta: ¿por qué escribo? Nadie me obliga, no vivo profesionalmente de esto y todos los días tengo un sin fin de cosas por hacer que me pueden tener ocupado en todo momento. Entonces… ¿Por qué escribo? Al final, creo sentir una emoción que con pocas actividades experimento. Saber que, en una hoja en blanco, puedes plasmar letras sobre un ilimitado número de temas –sobre cosas reales o ficticias– y que, además, lo que escribo pueda ser leído por otros y los impacte de alguna u otra manera, realmente me gusta. Muchas veces he escrito sobre cosas que no he publicado y, como escribí en este espacio alguna vez, siempre escribo para mí. Creo que algo que me es muy atractivo de la escritura es que no tiene límites. Puedes llevar tu imaginación, investigación, opinión y lo que quieras, hasta donde tú lo desees. No hay fronteras.

Escribir

El escritor sabe que todo lo que queda plasmado en un escrito no se pierde, por lo que debe asumir una enorme responsabilidad por cada palabra que deja escrita. En este oficio, a las palabras no “se las lleva el viento”, y uno asume las consecuencias de lo que escribe. Eso también me atrae de la escritura: es una forma valiente de expresarse.

Lejos de considerarme todo un escritor, sí me asumo como un amante de la escritura, en todas sus vertientes, y claramente atraído por la que considero la más portentosa bella arte: la literatura. Ojalá siempre tenga la pasión de escribir y de convertirme en un gran literato. El tiempo y las obras lo dirán. Pero, hoy sé que cada vez que pongo en blanco y negro letras, oraciones y frases, va creciendo en mí un gozo y una energía muy especial. Simplemente, si les describiera la forma como inicié y concluí este texto, se darían cuenta. Al principio, realmente estaba aflojerado, sentado, medio encorvado, y ahora estoy totalmente despierto, atento e interesado por expresar mi gusto por la escritura.

Yo celebro a la gente que escribe. Admiro a quien lo hace todos los días y publica; al que tiene la determinación de escribir un gran libro, que a veces le toma años hacerlo, y luego publica; a quien escribe poesía, ensayos, cuentos y novelas, cualquier género es atractivo. Admiro a quien escribe y comparte, escriba bien o mal (al final, el gusto es subjetivo), porque en el hecho de compartir ya tiene aparejado un sentido de generosidad. Habrá quien me dirá que muchos escriben porque les pagan, y sí, efectivamente, hay quien se gana la vida escribiendo; pero, a ellos también les aplaudo porque, pudiendo elegir otras formas para ganarse la vida, eligieron hacer de la escritura su oficio, ya sea como periodistas, investigadores, etc., y es un precioso oficio, que celebro y reconozco.

Al final, gracias a lo que se ha escrito a lo largo de los siglos, se han despertado consciencias, han caído dictadores, hemos conocido la historia, la ciencia, la filosofía y la política. Yo invito al que le guste escribir a que lo haga. Escribir, sin duda, es un placer muy grande para el que lo hace y si lo comparte, mejor.

Para que haya escritores debe haber lectores, por lo que les invito a que lean más. Nada hay más placentero que echar a volar la imaginación, leyendo una historia bien contada. Ninguna serie televisiva o filme podrá sustituir nunca a un buen libro.

Al final, y sin quererlo, me salió un artículo que concluyó rindiéndole un brevísimo homenaje a la escritura; mismo que, de forma paradójica, empezó con la queja de que no quería escribir porque me daba flojera.

Buena semana de mucha lectura.

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Alberto Edison Coutiño Pastrana

Me parecen excelentes tus artículos, siempre los espero y los leo con interés. Sigue escribiendo mi amigo. Saludos desde Chiapas.

Alfonso García

Estimado Pepe:
Me parece admirable que de la flojera que confiesas que a veces tienes de escribir, nazcan artículos tan interesantes como este que acabo de leer.
A mi no me da flojera leerte y siempre espero tus textos que traen mensajes de reflexión y optimismo.
¡Muchas gracias!
Saludos.

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