Homeostasis, estrés y medicina psicosomática

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En esta ocasión consultaremos a uno de los grandes fisiólogos de la historia, Walter Bradford Cannon (1871-1945) quien, desde 1906 hasta 1942 ocupó la Cátedra de Fisiología de la Escuela de Medicina en la Universidad de Harvard. Uno de sus primeras investigaciones fue sobre los movimientos del estómago en gatos usando imágenes radiológicas. En el curso del estudio se dio cuenta de la marcada influencia que tiene el estado emocional del animal sobre la motilidad gástrica. Así inició una de sus indagaciones más prolongadas y fértiles que culminaron con el entendimiento de que los estados emocionales son muy relevantes en la actividad del tubo digestivo y la función alimentaria del ser humano.

Canon
Fotografía de Walter Cannon hacia 1930 trabajando en su laboratorio con el uso de un quimógrafo.

Al tartar en 1915 sobre los cambios corporales que acompañan y suceden al dolor, al hambre, el miedo y la furia, Cannon esclareció la base fisiológica de la respuesta de huir o pelear. Supongamos que dos ciervos adultos se divisan en un territorio ajeno durante la estación de cortejo y apareamiento. Sus sistemas endócrino y nervioso se encuentran listos y bien dispuestos a la acción de montar y preñar alguna hembra receptiva, pero hay varios pretendientes. Los machos se miran a lo lejos y, sin necesidad de conceptos, comparan la envergadura y la cornamenta del otro con la propia, evalúan los desplantes y avances del rival que indican su disposición y capacidad de enfrentamiento. Esta percepción se acompaña de una cascada de eventos fisiológicos y moleculares: las hormonas adrenales y sexuales se liberan y actúan sobre el sistema nervioso para definir el pelear con furia o escabullirse con temor.

Así como Otto Loewi y Henry Dale habían demostrado la mediación de la acetilcolina sobre la frecuencia cardiaca, Cannon demostró que la simpatina, hoy llamada adrenalina, es el principal mediador de la respuesta fisiológica al estrés, pues se libera a la sangre en estados de emergencia que preparan al organismo para contender con situaciones de peligro. Su extenso conocimiento de la fisiología del estrés lo llevó durante la Primera Guerra Mundial a Francia e Inglaterra donde estudió y trató el shock traumático en los soldados y de cuyas experiencias publicó en 1923 un libro clásico sobre el tema.

A su regreso a Harvard, Cannon se dedicó al estudio del sistema nervioso autónomo y a comprobar la hipótesis de que su función fundamental es mantener la uniformidad o constancia del “medio interno,” afortunado concepto de Claude Bernard, padre de la fisiología moderna. Para significar este mecanismo acuñó el término de homeostasis (homeos = similar; stasis = condición) que con el tiempo constituyó una noción clave de la fisiología moderna, pues las funciones del organismo parecen dirigidas a mantener constantes los niveles de operación de los diversos tejidos del cuerpo tomado como una totalidad. Por ejemplo, los niveles de azúcar en la sangre fluctúan entre 90 y 110 miligramos por decilitro, éste es su rango normal de homeostasis. Por debajo de estas cifras el organismo presenta signos de hipoglicemia y por arriba de hiperglicemia.

Claude Bernard
Claude Bernard (1813-1878) realizando un experimento fisiológico frente a sus pupilos a una edad aproximada de 60 años. Bernard acuñó el concepto de “medio interno” cuyo equilibrio fue bautizado como homeostasis por Cannon.

La emoción tambien puede ser analizada en términos de homestasis, pues la percepción de un estímulo del medio ambiente relevante para la operación del individuo produce un desbalance homeostático que este siente como una emoción. El organismo pone en marcha mecanismos para regresar al estado de equilibrio que tienen su contraparte en el curso y eventual resolución de la emoción o bien de lo contrario. En un trabajo notable sobre la muerte por Vudú, Cannon propuso que las muertes reportadas por antropólogos en Haití causadas por el señalamiento de un brujo podrían estar ocasionadas por un pánico tan intenso que llevara a un infarto cardiaco en la víctima del conjuro por la liberación masiva de adrenalina.

La noción de homeostasis y sus mecanismos de balance llevó a Cannon a escribir en 1939 uno de sus libros más trascendentes y que lleva el hermoso título de “La sabiduría del cuerpo.” La idea central es que el organismo se comporta como un todo funcional donde cada una de las variables fisiológicas afecta y es afectada por las demás; una red de equilibrios mutuos que desemboca en un balance funcional adecuado que al perderse conduce a la enfermedad. En sus últimos años, Cannon estudió los sistemas de secreción interna como paradigmas de homeostasis, pues los niveles de hormonas en la sangre, como sucede con la adrenalina, con las hormonas sexuales o con la tiroxina se regulan de forma precisa mediante una cascada de eventos entre el cerebro, la hipófisis y las diversas glándulas endócrinas como son, en estos casos, la suprarrenal, los ovarios y los testículos o la tiroides.

libros de Cannon
El clásico libro de Cannon, en su versión en inglés (revisada y comentada) de 1939 y en su traducción al castellano de 1941.

Un mecanismo de la maleabilidad que subyace a la homeostasis fue estudiado en laboratorio de Cannon por un estudiante mexicano que fue intrumental en la génesis de la cibernética. Se trata de Arturo Rosenblueth a quien seguiremos los pasos a su regreso a México y su eventual ubicación como un gran maestro de la fisiología nacional. El estudio se refiere al fenómeno de la sensibilidad aumentada a la acetilcolina a consecuencia de la fatiga muscular o de la denervación del músculo, es decir de la interrupción de la señal eléctrica y química. En estas condiciones los receptores del músculo desarrollan una supersensibilidad, una especie de avidéz a la acetilcolina con lo cual responden a menores cantidades del neurotransmisor para mantener la respuesta. Esta publicación sucedió después de la muerte de Cannon, pues en 1945 se trasladó a México para trabajar en ella con Rosenblueth pero tuvo una infección que lo obligó a regresar a Boston, donde falleció. Cannon mantuvo una relación cercana con el fisiólogo español Juan Negrín, quien llegó a ser el presidente de la II República en los tiempos aciagos de la Guerra Civil Española y siempre manifestó su apoyo a la causa republicana.

Es importante destacar la enorme relevancia de las investigaciones de Cannon para el problema mente-cuerpo, en especial al nivel del organismo completo. Uno de los hechos más relevantes está constituido por las consecuencias  y correlatos fisiológicos de la emoción en general y del miedo, la furia y el estrés en particular. Esta evidencia y teorización fue central para el desarrollo de la llamada medicina psicosomática promulgada hacia 1950 por algunos seguidores de la corriente freudiana como Franz Alexander, psicoanalista húngaro radicado en Chicago. En esta propuesta se resaltó la causa emocional de ciertas enferemedades de los órganos regulados por el sistema nervioso autónomo, como el tubo digestivo y el corazón. Es interesante considerar el afortunado adjetivo “psicosomático” pues los psicoanalistas lo fundaron en la psicogénesis, es decir la idea de que lo psíquico altera a lo somático, lo cual sugiere claramente un dualismo mente-cuerpo de tipo cartesiano. Sin embargo, el propio Alexander afirmó que no se trataba de un dualismo, sino que el factor emocional tenía una contraparte cerebral que por vía nerviosa afectaba a las vísceras.

Franz Alexander
Figura de Franz Alexander (1950) sobre el supuesto origen psicógeno de la úlcera péptica donde se muestra un círculo de eventos mentales teorizados por el psicoanálisis (círculo derecho) causando una serie de cambios funcionales en el estómago (izquierda), en especial la mayor secreción del jugo gástrico y la vasoconstricción que conducen a la úlcera. Se trata de una hipótesis dualista (lo psíquico como separado y causante de lo somático) a pesar de lo anotado por Alexander.

Los factores y mecanismos psicosomáticos son entonces eventos que tienen un componente mental asociado a uno fisiológico inextricablemente ligados desde el cerebro hasta sus consecuencias en la economía corporal mediadas por el sistema nervioso autónomo, el endócrino y el inmunológico, en esa sabiduría que hace del cuerpo un complejo sistema de señales con aspectos, causas o consecuencias de tipo psicológico. En suma: mente y cuerpo conforman una unidad funcional y adaptativa en estrecha relación con el medio ambiente.

Los contenidos de la columna Mente y Cuerpo forman parte del próximo libro del autor. Copyright © (Todos los Derechos Reservados).

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