México se rezaga en su lucha contra la pobreza

Lectura: 3 minutos

El combate contra la pobreza es una de las principales prioridades de América Latina, si no es que la mayor. Un reciente estudio de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) que aborda el panorama social de la región concluye que se ha logrado disminuir tanto la pobreza como los niveles de desigualdad. De hecho, la evolución de los indicadores de indigencia son consistentes con la meta 1A del primer Objetivo de Desarrollo del Milenio, destinado a reducir a la mitad, entre 1990 y 2015, el porcentaje de personas en situación de pobreza extrema. Pues bien, los resultados para toda la región de América Latina son satisfactorios y reflejan que se está haciendo bien la tarea. Pero no es así en el caso de México, donde los resultados son decepcionantes.

Entre 2002 y 2010, el porcentaje de población que vive en pobreza se redujo de 43.9% a 31.4%, o lo que es lo mismo, descendió en 12.5 puntos porcentuales (pp). Eso implica que el número de pobres pasó de un máximo de 225 millones en 2002 a 177 millones en 2010, una reducción de 48 millones de pobres. En el caso de la pobreza extrema, de la indigencia, se pasó de un porcentaje de 19.3% a otro de 12.3% en el mismo lapso de tiempo, una caída del 7 pp. En números absolutos, los indigentes pasaron de 99 millones a 70, un descenso de casi 30 millones.

Pues bien, en el caso de México, los logros en la reducción de la pobreza son bastante raquíticos y, en el caso de la indigencia, se produjo un lamentable retroceso. En el 2002, y según los datos de la Cepal, el 39.4% de los mexicanos vivían en la pobreza, y dicho porcentaje apenas disminuyó a 36.3% en el 2010, una caída de apenas 3.1 pp. Ahora bien, en el caso de los indigentes, en ese mismo período, el porcentaje aumentó de 12.6% a 13.3%, un ascenso de 0.7 pp. Es más, de los 18 países que analiza la Cepal, México es el único país, junto con la República Dominicana, donde aumentó el porcentaje de indigentes entre 2002 y 2010.

Es más: entre el 2009 y el 2010, sólo Honduras y México registraron aumentos significativos tanto en el porcentaje de población que vive en la pobreza como en la indigencia. En el caso de Honduras, el aumento fue de 1.7 y 1.0 pp respectivamente, y en el de México se reportó de 1.5 y 2.1 pp (para México esa medición es entre 2008 y 2010). Eso contrasta con las caídas en las tasas de pobreza de Perú (-3.5 pp), Ecuador (-3.0) Argentina (-2.7), Uruguay (-2.0) y Colombia (-1.4).

Los factores determinantes para explicar la evolución de la pobreza son dos: primero, el efecto crecimiento, y en segundo lugar, aunque en mucha menor medida, el efecto distribución. ¿Por qué México no ha conseguido los logros en el combate a la pobreza de sus pares latinoamericanos durante ese período? Simple y sencillamente porque el crecimiento de México per cápita ha sido más bajo. En el período 2000-2008, la tasa media anual del PIB per cápita en México apenas fue de 1.6%, comparado con 2.6% de Argentina, 2.4% de Brasil, 3.1% de Chile, 2.6% de Colombia o 4.2% de Perú.

De hecho, el crecimiento de México fue el más bajo, sólo superando a países como Guatemala (1.2%), Paraguay (0.9%) o Haití (-1.1%). Y además, en el 2009, tuvo la recesión más grave de toda la región, con un derrumbe del 7.1%, comparado con tasas de -1.6% en Brasil, -0.3% en Perú o  -0.2% en Argentina. Y que pese a tener una base de comparación favorable, en el 2010 su tasa de crecimiento fue de 4.4%, mediocre e insuficiente para compensar en desplome del año previo, comparado con 6.5% en Brasil, 7.5% en Perú o 8.1% en Argentina.

Eso explica que México sea, junto con Costa Rica, el único país donde los ingresos laborales por persona en los hogares pobres se hayan contraído, siendo ésta la principal fuente de  reducción de la pobreza en América Latina. Los ingresos laborales por persona se expresa como producto de las variaciones en el ingreso laboral por ocupado y el porcentaje de personas ocupadas.

La principal mejora de México en su lucha contra la pobreza ha sido por parte del efecto de distribución. Sin embargo, este efecto no suele alcanzar niveles tan elevados como los del efecto crecimiento. Así, aunque el porcentaje de contribución de este efecto superó en México el 100%, no logró abatir de manera significativa a la pobreza.

Por tanto, si bien México ha logrado un elevado grado de estabilidad financiera, este logro no se ha traducido, en el caso de México, en un mayor crecimiento económico que mitigara la pobreza en el país, sobre todo la extrema. Y esto denota que esa política muy loable de estabilidad financiera no ha ido acompañada de una estrategia o un modelo de crecimiento claro, así como de un proyecto definido que condujera a una reducción de la pobreza y a una mayor justicia social.

 

0 0 votos
Calificación del artículo
Subscribir
Notificar a
guest
0 Comentarios
Comentarios en línea
Ver todos los comentarios
0
Danos tu opinión.x