Cuando los resultados artísticos y de concurrencia como los del 4 y 5 de febrero de 2019 alcanzan alto voltaje, es momento de sentir un renovado aire y celebrar que dos ganaderías del campo bravo mexicano resultaran la materia prima que permitió plasmar muchas faenas brillantes en el ruedo de La México en su 73 aniversario de inauguración.
Montecristo y Los Encinos de Germán Mercado Lamm el 4, y el 5 Eduardo Martínez Urquidi, respectivamente, han cumplido con el primer requisito ganadero, la presencia y luego, en general, en su comportamiento prevaleció la fijeza, el recorrido, la acometividad y por ende la emoción, que tanta falta le hace y que representa la esencia misma del ritual que es el toreo.
Los Encinos, envío un extraordinario encierro que permitió desplegar su gran capacidad histriónica y lidiadora a Enrique Ponce, quien por enésima ocasión no logró un rabo más en su trayectoria en La México, por ese azar de la suerte suprema, pero ha dejado impregnado el ruedo de su maestría y de una regularidad nunca antes vista en la historia del toreo en una trayectoria de figura por casi 30 años.
Sergio Flores y Luis David Adame, han respondido con gallardía al reto, con el carácter por delante y han logrado obtener cada uno dos trofeos y equiparase en ese renglón con el valenciano, dando muestra de que también en San Juan hace aire y por ello los tres han salido en volandas junto con el ganadero; y no le agrego más, mejor le invito a recrearse con las imágenes que circulan con profusión en las redes sociales y en la pantalla chica.
En el renglón del toreo a caballo, Pablo Hermoso de Mendoza obtuvo un trofeo y Diego Ventura pudo lograrlo de su primero el 4 de febrero de 2019, un astado de El Vergel, dejando constancia de que, uno más joven y otro más veterano, representan el nivel supremo del Arte de Marialva, portugués que ordenó el toreo a caballo en Portugal en el siglo XVIII.
Uno se pregunta: ¿Cuándo será posible se confronten en una misma fecha? Pregunta que muchos empresarios en los países taurinos quisieran responder a los aficionados si separados atraen, juntos pudieran ser dinamita.
La agradable noche capitalina del 5 cobijó la salida en hombros de los toreros y el ganadero, como el día anterior el 4 lo hizo con la salida a hombros de Joselito Adame, con tres trofeos en la espuerta por una vibrante actuación ante magníficos astados de Montecristo.
El Calita demostró que es merecedor de más oportunidades para poder madurar el concepto tan clásico que despliega en el ruedo, y entiendo que además se lesionó el hombro y siguió en la brega como lo hizo con gran aplomo con una cornada Luis David Adame al día siguiente.
Roca Rey confirmó porque es el torero que conjuga el interés mundial con su pujanza y gran concepto del toreo cada embroque a los toros de Montecristo era el preludio a un grito de reconocimiento a la valentía; con base en una tauromaquia firme y bella en su trazo que practica, un trofeo fue la recompensa por fallar con la suerte suprema.
Así las cosas, en dos días salimos literalmente toreando de la plaza y nos encaminamos al final de la misma, el próximo domingo 10 de febrero con el festejo de Oreja de Oro que cerrará el ciclo 2018-2019 en nuestra capital.
