Sorpresas mayúsculas: Rusia 2018

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El reciente 15 de julio el estadio Luzhniki de Moscú fue sede de la final de la vigésimoprimera copa mundial de futbol, desarrollada en Rusia 2018, con triunfo francés sobre Croacia de cuatro goles contra dos. “Les Bleus” obtuvieron de esta forma el segundo título mundial, dirigidos por el exmundialista Didier Deschamps, quien también levantó -siendo futbolista- la primera copa mundial en 1998, donde jugaron como locales. Así el equipo croata se ha convertido en la verdadera revelación de la competición, logrando meterse por primera vez en la gran final, después de haber sorteado en semifinales a Inglaterra.

Para empezar, podríamos resaltar que en el trayecto de clasificación a esta gesta mundialista quedaron en el camino grandes animadores de las competencias, como Holanda, Italia, Chile y Estados Unidos. Podríamos señalar que las distancias abismales entre las tradicionales potencias futbolísticas y las emergentes se debe a la cimentación de “semilleros” e inversión en infraestructura futbolística de alto rendimiento, fortalecido por la multietnicidad en las escuadras nacionales, como la francesa, por ejemplo, que ha aglutinado los esfuerzos de Kylian Mbappé, Blaise Matuidi y Samuel Umtiti, entre otros.

Creo que el hito croata servirá como inspiración para otras selecciones, en el sentido de repotenciar y capacitar emergentes figuras futbolísticas, para construir -mediante la disciplina y la adhesión plena a las filosofías de los directores técnicos- equipos propiciadores de un juego ofensivo y alegre.

final copa del mundo
Francia campeón de la Copa Mundial de Futbol Rusia 2018 (Foto: Russian Presidential Press).

Bajo mi punto de vista, el conjunto balcánico merecía mejor suerte, pues ha sido un encuentro de ida y vuelta; a pesar del cansancio y el estrés agónico que provocaba ir abajo en el marcador a unos minutos del final.

Por otra parte, ya en la competición, la eliminación teutona ante los surcoreanos – que de paso propició el paso a octavos de final de la selección mexicana- es una clara demostración de que no todo está escrito en nuestra era global futbolística, pues, según se puede observar, los jugadores ya han interiorizado -en mayor o menor medida- y han hecho suya una idea universal en el sentido de que “todo está en la mente”. Subrayado por las gestas rusa y uruguaya al eliminar a España y Portugal, sucesivamente.

A continuación, creo que el fútbol a escala planetaria, debe ser un potencial catalizador base para promover relaciones humanas sanas e incidir en aquellos espacios cerrados a la construcción de un cambio en común, no importando las diferencias entre países, ideologías y criterios étnicos. Este campeonato ha visibilizado que el encuentro global de culturas es posible a través de un encuentro genuino que privilegie el diálogo y el encuentro con “el otro”, ante las diversas y fallidas formas de animadversión que sólo conducen a la formación de guetos repulsivos que finalmente se convierten en círculos cerrados a la integración, y además, peligrosos para la paz mundial, pues muchas veces, en respuesta a esos entornos, surgen los llamados “lobos solitarios” del terrorismo internacional.

Por otra parte, es importante resaltar que éste ha sido además el torneo mundialista de ensayo oficial de la tecnología de Asistencia por Video al Arbitraje (VAR), convirtiendo a la nación euroasiática en el primer escenario de implementación del mismo.

En definitiva, este mundial de Rusia ha dejado una serie de enseñanzas a replicar por las próximas sedes organizadoras, en el sentido de fortalecer los sistemas de convivencia (uso tecnológico e identificación de aficionados para disuadir la violencia en los estadios y criminalidad en las diversas ciudades rusas en el contexto del torneo), así como en la experimentación de tecnologías como el VAR, que, sin lugar a dudas, puede contribuir en el futuro cercano a reducir el número de errores arbitrales -por acción u omisión-, pues los colegiados -de alguna manera u otra- en algunos momentos de la historia futbolística se pueden ver persuadidos por el sesgo de favorecer a algunos contrincantes. El VAR podría corregir esas fallas, además de ampliar el debate y trasparentar este deporte extra cancha.

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