Frenar violencia contra las mujeres

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Honduras es parte de la iniciativa Spotlight, desde el pasado 13 de febrero con el lanzamiento del proyecto en el país, en la presencia de la directora de Gente y Paz en la Dirección General para la Cooperación y Desarrollo Internacional de la Comisión Europea, Henriette Geiger; el jefe de la Naciones Unidas en Honduras, Igor Garafulic; y el presidente hondureño, Juan Orlando Hernández, quien en el contexto del evento fue increpado como “asesino” por la diputada opositora, Olivia Zúñiga (hija de la asesinada ambientalista Berta Cáceres), por suponerlo confabulado con el crimen de su madre. Spotlight fue lanzado el pasado 27 de septiembre en el seno de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), quien respalda la iniciativa plurianual impulsada por la Unión Europea (UE), con una inversión inicial de 500 millones de euros (con una partida de 55 millones destinados a países latinoamericanos), a cuya iniciativa se han adherido naciones como México, Argentina, Guatemala y el Salvador. Este proyecto busca atacar todas las formas de violencia contra la mujer.

presidente de Honduras
Juan Orlando Hernández, presidente de Honduras.

En un principio, creo que la adhesión a este proyecto es “acertada” en tanto hay una manifestación continua de toda forma de opresión contra el cuerpo femenino. Ahora bien, es necesario preguntarnos de qué factores dependerá el éxito de esta iniciativa. ¿Será necesario focalizar el trabajo desde la estructura estatal, con toda su fuerza preventiva y coercitiva?, o ¿será necesario que el trabajo sea desarrollado desde lo micro (padres de familia, organizaciones comunitarias, iglesias, etcétera), para explosionar el patriarcado vigente en el país desde tiempos antiguos?

A continuación, la investigadora del feminismo materialista, Lidia Falcón, argumenta que las mujeres han sido históricamente “una clase social y económica” cuyo cuerpo femenino ha estado subyugado a las decisiones de padres y maridos, quienes finalmente se han apropiado del trabajo productivo y reproductivo de éstas. Esto nos da a entender que, pese al vasto cuerpo jurídico del que disponen países como éste, la situación de la mujer siempre se ha mantenido relativamente precarizada, misma que tiende a “mutar” de acuerdo a los vaivenes sociopolíticos y económicos persistentes en el país. Es de hacer notar que la “apatía” persistente en ciertos grupos de mujeres ha evitado que tengan una participación más plena en los diversos campos del cuerpo social.

investigadora de feminismo, estudios de género
Lidia Falcón.

En definitiva, la erradicación de toda forma de violencia contra las féminas pasa por una introspección de cada habitante con uso de razón de esta nación centroamericana; y, además entender el papel de la mujer como “ayuda idónea” para el hombre, lo cual pasa necesariamente por regenerar viejas prácticas sociales que a través de la historia con contribuido a legitimar la noción de desigualdad asignada a las mujeres. Por lo que la iniciativa debe ser ampliamente socializada, supervisada e impulsada en todos los sectores de la hondureñidad a fin de “empoderar” liderazgos de ambos sexos para la consecución de propósitos que coadyuvarán indudablemente a la marcha del país hacia nuevos horizontes.

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