De comunicación y liderazgo, del Dircom al CEO

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Parece que fue ayer cuando empezamos a vivir un boom acelerado de nuevas compañías basadas en California, específicamente en Silicon Valley, que surgían y se apoderaban rápidamente de nichos económicos inexistentes o transformaban otros, a la vez que modificaban nuestra manera de vivir radicalmente. Y permítanme utilizar este proceso como punto de inflexión para relacionarlo con un fenómeno que comenzó a desarrollarse a la par y me permite extenderlo a otro que veo y vivo cada día, pues con esa misma rapidez, jóvenes relacionados con ciencias informáticas y computacionales (mayoritariamente), se convertían no sólo en los nuevos rostros de los listados de los más ricos del mundo, sino en nuevos CEO de empresas poderosas, complejas y cambiantes. ¿Estaban preparados?

CEO

A pesar de que podría comentar algunos casos que responden ‒parcialmente‒ a la pregunta anterior, me interesa simplemente contextualizar más el mundo actual y la visión sobre los CEOs del futuro. Siendo contemporáneo de una generación donde vi y aprendí mucho de grandes directivos pertenecientes a las generaciones Baby Boomer y X, estuve acostumbrado a ver cómo contadores, administradores, médicos, ingenieros y abogados, principalmente, asumían cargos de alta dirección en empresas cuyo sector pudo haber sido tan distinto como el de la comunicación u hotelería, entre otros.

Lo sé, el mundo ha cambiado mucho, de una forma u otra hoy todos somos minoría, estamos practicando la especialidad de la especialidad en muchas profesiones y existen nuevos retos, lo entiendo, pero veo poco profesionales de comunicación que se conviertan en CEOs de organizaciones, en una sociedad que, me parece, ha expandido sus fronteras en todos los aspectos. Creo que el Director de Comunicación o Dircom tiene aún mucho por hacer para ampliar sus horizontes. Puedo llegar rápidamente a esta reflexión una vez que leo varios artículos en diferentes publicaciones de negocios internacionales y locales que hablan sobre las competencias que el CEO del futuro debe tener.

Expresado de otra manera, la habilidad de comunicar eficazmente es un común denominador y, en algunos casos, resulta más relevante que otras características técnicas relacionadas con el negocio. Parece paradójico, pero tiene mucho sentido, cómo convivimos, lideramos y motivamos a las nuevas generaciones ‒millennials, centennials y las que vengan‒ que buscan otro tipo de contraprestaciones más de fondo, ideológicas e intangibles, si no conectamos adecuadamente con ellos: debemos ser buenos comunicadores.

Constantemente comento con colegas la necesidad de llevar a otro nivel el sector de la comunicación. Me parece sin duda que es una labor compartida entre empresas (compradoras y consumidoras) y profesionales de la materia (consultores, Dircom’s, analistas), sin embargo, en esa misma línea de pensamiento sería interesante empezar a exigirnos más, adoptar nuevos horizontes y nuevos retos. Pensar no sólo en ser o llegar a ser líder de un área especializada, sino más bien dirigir una organización por completo; sin duda nos llevaría a ser mejores profesionales.

Necesitamos más comunicadores que puedan ser CEOs.

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