La tierra de los kikuyus

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Memorias de África merece ser leído sin prisa, deteniéndose en los paisajes, en los comentarios acerca de cómo conciben el mundo las distintas tribus y en las reflexiones sobre los sueños. Karen Blixen era una mujer de su época, y así como no cuestionaba temas ahora polémicos como la caza deportiva, al principio del libro tampoco tenía dudas en cuanto al colonialismo. Podríamos decir que ella formaba parte de los colonizadores de buena voluntad, los que construían escuelas y clínicas y trataban con respeto a sus trabajadores. ¿Se sentía superior a ellos? Es probable, por lo menos en el inicio de su paso por África; seguramente llegó acompañada de los prejuicios de su vida en Dinamarca y de las creencias de la Europa inmersa en la Primera Guerra Mundial. Pero, en su caso, la curiosidad y el poder de observación fueron más fuertes que su pasado, de ahí el enamoramiento por Kenia y su dolor el día en que debió regresar a su país.

Isak Dinesen
Foto: Mercado Libre.

La baronesa Blixen, cuyo pseudónimo para publicar era Isak Dinesen, fue especial en muchos sentidos. Cuando se enteró de que su marido la había contagiado de sífilis, decidió que tenía dos opciones: meterle un tiro en la cabeza o darle la vuelta al asunto y seguir con su vida. Su acercamiento a la religión también habla de su carácter. África la hizo cuestionarse si Dios y Satanás son uno mismo y la magia dejó de parecerle mera superstición. Su apertura de mente, su enorme curiosidad y una sensibilidad práctica, exenta de sentimentalismo, están plasmadas en toda su obra.

escritora danesa
Karen Blixen (Foto: EFE).

Fue querida por los africanos y respetada por los europeos. Entre otras cosas, gracias a esto, antes de regresar a Dinamarca logró que el gobierno establecido en Kenia les diera suficiente tierra a los kikuyus que habían trabajado en su granja para que se mantuvieran juntos. En Memorias de África, la autora nos muestra el desarrollo de un personaje, ella misma, que en una de las últimas páginas del libro hace la siguiente reflexión: “Es más que tierra lo que le quitas a las personas a quienes se la arrebatas: es la tierra de sus ancestros. Es también su pasado, sus raíces y su identidad. Quitarles las cosas que están acostumbradas a ver y esperan seguir viendo es como quitarles los ojos.”

África
Poblado kikuyu en Nairobi, Kenia (Foto: www.minube.com).

La autora de Memorias de África y de Cuentos góticos creció bajo el sol de Dinamarca que ilumina el entorno de manera particular incluso en pleno verano. La luz y los cielos repletos de estrellas de Kenia le abrieron los ojos a una atmósfera nueva y cuando dejó de percibir en la lejanía ese mundo recién descubierto, una parte de su alma debe haber muerto con él.

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