El deporte, más allá de un entretenimiento, es uno de los principales contribuidores a la economía y desarrollo social de las naciones. De acuerdo con Sports Value, este es un mercado valuado en US$ 756 billones que abarca todo un universo desde el deporte profesional y amateur, gimnasios y clubes deportivos, venta de mercancía y boletos, además de toda una infraestructura que rodea al deporte como los derechos televisivos, anuncios y comida, entre otros.
Respecto al deporte en Estados Unidos, si juntamos los principales deportes profesionales más televisados (NFL, NBA, y MLB) en la Unión Americana, las pérdidas entre las 3 ligas superan este año los US$ 13 billones.
Por ejemplo, la temporada 2020 de la MLB terminó teniendo unas ganancias de US$ 3 billones, esto de acuerdo con un oficial de la liga entrevistado por el medio The Athletic. La ganancia representa una pérdida de US$ 7,7 billones con respecto a las ganancias de la campaña 2019.
De igual forma, las franquicias que conforman la MLB acumulan una deuda hacia con los prestamistas sin precedente de US$ 8.3 billones de acuerdo con el comisionado de la liga Rob Manfred.
En una entrevista con el medio Sports Business Daily, Manfred habló sobre las pérdidas operacionales en efectivo que llegaron a los US$ 3 billones: “Cuando pierdes US$ 3 billones en efectivo en un año es bastante duro”, sostuvo el comisionado.
El béisbol de las grandes ligas suspendió su inicio de temporada, previsto para el 26 de marzo, y fue hasta casi cuatro meses después que pudo arrancar una temporada de 60 partidos por equipo, cuando normalmente son 161, sin aficionados en las tribunas hasta postemporada.
Las pérdidas fueron gigantescas como lo mencionó el comisionado Manfred. No sólo afectó a los jugadores, quienes tuvieron que verse forzados a reducirse su salario para esta campaña, sino que también todos los otros negocios que rodean a este deporte como venta de boletos, comida dentro de los estadios, mercancía y demás se vio afectada por la pandemia.
A pesar del reinicio de la liga hasta finales de julio esto no evitó que varios juegos se hayan tenido que suspender y reprogramarse por contagios entre los jugadores de un equipo, como ocurrió con los Marlins de Miami donde 18 jugadores contrajeron el virus o los Cardenales de San Luis donde se infectaron 13.
Para evitar otro tipo de situación similar, la liga decidió sobre la marcha jugar la postemporada en sedes neutrales a manera de burbuja y donde los jugadores no podían salir de los hoteles ni visitar los restaurantes de éstos.
Manfred, en una entrevista con Sportico, advirtió que de tener otra temporada con menos partidos en temporada regular y sin aficionados en los estadios sería devastador para la MLB.
Pasando a otro deporte, la NBA que ya se encontraba en la fase final de su campeonato también interrumpió sus actividades cuando se declaró la emergencia sanitaria en marzo y para evitar una pérdida superior a US$ 1.5 billones, la liga decidió reanudar y terminar la campaña desde una burbuja en Orlando.
La nueva temporada de la NBA tenía previsto arrancar en enero de 2021, pero tras varias reuniones entre la liga y el sindicato de jugadores (NBPA) se determinó iniciar el 22 de diciembre y una de las razones es la económica, luego de una temporada atípica se busca tener balances positivos.
De haber arrancado el campeonato en enero del año entrante la reducción salarial a jugadores hubiese sido cercana al 40%, mientras que iniciando en diciembre esta será del 25% debido a que los derechos de transmisión de los juegos de Navidad y Año Nuevo son los que más réditos generan a la liga.
También conforme vaya avanzando la temporada esperan tener aficionados en los pabellones, empezando con al menos mil fanáticos y con un máximo de 30% del aforo es lo que se está buscando. Concretar esto será vital para las economías de las franquicias ya que el 30% de sus ganancias provienen de este rubro y alcanza hasta el 40% si el equipo avanza a postemporada.
Toda esta situación la veía fijamente la NFL que pudo culminar su campaña 2019 previo a la emergencia sanitaria y tuvo el mayor tiempo de poder tomar decisiones e implementar un plan contra los contagios entre jugadores, staff de entrenadores y demás trabajadores de las organizaciones.
Por ello implementaron pruebas diarias en las instalaciones de los equipos a todos los miembros, estrictas sanciones para aquellos que incumplan con las medidas sanitarias para evitar contagios que van desde lo económico hasta la perdida de selecciones colegiales en futuros draft.
Hasta el momento eso no ha impedido la propagación del virus entre jugadores o personal de entrenadores, pero la liga se ha renegado a cancelar juegos. Numerosos juegos fueron reprogramados a causa de contagios en los equipos los cuales han aumentado considerablemente desde noviembre. Así ya se han jugado, hasta el momento de escribir esta nota, 15 semanas y con la postemporada a la vuelta de la esquina.
Las perdidas de la liga, según el Wall Street Journal, estaban estimadas, antes del arranque de la temporada, a ser de US$ 4 billones. La principal afectación sería por la no presencia de aficionados en los estadios donde equipos como los New England Patriots ingresan por encima de los US$ 350 millones por temporada.