La corrupción es un tema que sigue afectando el desarrollo del país, ya que tiene un impacto directo en la economía, debilita las oportunidades de desarrollo, la confianza de la sociedad en sus instituciones y esto ha generado que aspectos como la inclusión financiera siga rezagada y que los bancos solo atiendan a un sector pequeño de la población en general, según lo señaló la calificadora Standard and Poor’s (S&P).
Ciudad de México.- Sin duda el costo de la corrupción es muy alto en nuestro país y de acuerdo al estudio “Análisis de riesgos de la industria bancaria por país: México”, realizado por S&P y en donde hace un balance de la situación que vive este sector dadas las condiciones particulares que enfrenta, este problema frena el crecimiento y el desarrollo financiero.
La calificadora hace un balance sobre los avances que se han tenido en materia legal para frenar los actos de corrupción, su aplicación y los efectos que ha tenido en la práctica cotidiana, pero consideró que los trabajos realizados por las autoridades son insuficientes y siguen existiendo niveles muy altos de actos de corrupción.
“No hemos visto que el gobierno realice esfuerzos serios por atacar la corrupción y mejorar el ejercicio de la ley y, más bien, estos indicadores han seguido deteriorándose”, señaló el estudio que retoma el sitio Mundo Ejecutivo.
Y esto evidentemente afecta el desarrollo de la economía del país, del sector financiero y de las oportunidades que puedan alcanzar los grupos más vulnerables de la sociedad.
En materia particular de inclusión financiera, S&P considera que “estos factores frenan la penetración bancaria pues los bancos siguen enfocados en segmentos de ingresos medios y altos de la economía formal”.
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El costo de la corrupción en la vida del país
Diversas organizaciones sociales han levantado la voz para demostrar el impacto negativo que tiene la corrupción en el desarrollo del país y cómo esto debilita el nivel de vida de la personas, ya que tiene un efecto negativo en todos los ámbitos productivos y de convivencia.
Según la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), “México es el país más corrupto” entre los 35 miembros que la conforman y de acuerdo Transparencia Internacional (TI) en su Índice de Percepción de la Corrupción (IPC), nuestro país solo alcanzó 30 punto (en una escala de 0 a 100) y ocupa el sitio 123 de 176 países consultados sobre este tema.
Pero el costo económico de la corrupción es realmente alto, ya que de acuerdo Banco Mundial (BM), las prácticas ilegales en nuestro país pueden generar un costo de entre el 9 y 10 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), algo así como 2.6 billones de pesos.
Más allá de la cuestión económica, la corrupción tiene un alto impacto social, ya que genera un entorno de desconfianza y desprotección ante las autoridades e instituciones, fortaleciendo esa idea de que “con dinero todo se puede”.
Y tal como lo señala Standard and Poor’s, a pesar de que en 2015 se promulgó la reforma constitucional para combatir la corrupción con la creación de los Sistemas Nacionales de Transparencia y Anticorrupción, la percepción y los resultados han demostrado que al menos hasta el momento, estas adecuaciones legales no han tenido el impacto esperado.
