El calendario político de los Estados Unidos no modificó en nada el escenario de las negociaciones y mayo llega a su fin sin acuerdos del TLCAN, pero la pregunta que ahora gira en el aire es ¿para cuándo lograrán avances importantes?
Ciudad de México.- México, Estados Unidos y Canadá continúan buscando la manera de que el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) pueda ser modernizado, pero la realidad es que a pesar de todo el ruido mediático que se generó por las fechas límites que impuso el Congreso estadounidense, en las mesas de negociaciones nada cambió.
No se ponen de acuerdo en las reglas de origen del sector automotriz, la cláusula sunset y la temporalidad de los productos agropecuarios, temas que han detenido desde agosto de 2017 los trabajos y en los que al parecer, no hay flexibilidad de las partes.
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Todos se acusan de retrasar las negociaciones
Y ahora que el tiempo se agota, diversas fuentes cercanas a las negociaciones aseguran que los tres países fueron culpables de este retraso, ya que por un lado Estados Unidos nunca flexibilizó su postura inicial, México tardó en presentar contrapropuestas y Canadá jugó un papel más pasivo.
De acuerdo a información de Reuters, “Canadá y México también tuvieron su rol en hacer tiempo. A Ottawa y México les tomó tres meses producir contrapropuestas”, una situación que fue vista por Estados Unidos como una falta de compromiso de su parte, tal como lo afirmó el representante comercial de ese país, Robert Lighthizer.
Sin embrago, desde la perspectiva canadiense, el gobierno de Donald Trump no solo asumió una posición poco flexible, sino que en el fondo, retrasó las negociaciones al no presentar de manera concreta sus propuestas en las primeras reuniones.
Una fuente cercana a las negociaciones por parte del gobierno canadiense aseguró con respecto a la postura de Estados Unidos: “¿Cómo se pueden iniciar conversaciones para actualizar un tratado y luego hacer que todos esperen meses antes de explicar lo que se quiere?”.
Mientras que México argumentó que la tardanza en su contrapropuesta, sobre todo en el tema de las reglas de origen, se debió a que el gobierno de Estados Unidos no envió toda la información adicional adjunta a su propuesta inicial, lo que complicó entender y dimensionar lo que pretendía.
Todo este escenario de tardanzas y poca flexibilidad en las posturas, aunado a las presiones de los calendarios políticos de Estados Unidos y México, ha hecho que ningún plazo se cumpla y en resumen, “simplemente no hay tiempo suficiente para encontrar soluciones creativas“, tal como lo considera Wendy Cutler, ex negociadora comercial de Estados Unidos.
Todo será para el 2019
En ese sentido, analistas financieros consideran que se agotó el tiempo en este año y todo se trasladará hasta el 2019, cuando exista un nuevo gobierno en México y un Congreso renovado en los Estados Unidos.
Arnulfo Rodríguez, economista principal de BBVA Bancomer, considera que “al final de mayo podríamos ver un último esfuerzo político para que el Congreso de Estados Unidos tenga tiempo de aprobar lo negociado o se volvería un tema de 2019”.
Mientras que Fernando Ruiz Huarte, director del Consejo Empresarial Mexicano de Comercio Exterior (Comce) y miembro del Cuarto de Junto, considera que no es una mala noticia que se alarguen las negociaciones ya que México puede sacar provecho de esto.
“Podría ser convenientes reiniciar la renegociación a finales de 2018 o principios de 2019, cuando ya se tenga una nueva conformación del Congreso estadunidense pues podría convenir a México si no obtiene mayoría el Partido Republicano”, aseguró el líder empresarial.
