Desde la llegada de Donald Trump, la relación bilateral se ha deteriorado, se han tenido momentos de mucha tensión y con la imposición de aranceles, entran a la escena el “America First” contra el “Hecho en México”… ¿Quién ganará la guerra comercial?
Ciudad de México.- Nadie esperaba y ni siquiera pasaba por el imaginario colectivo que una guerra comercial entre México y Estados Unidos sucediera algún día. Para que esto pasara se tendría que romper la relación de complicidad, ayuda y dependencia que existe desde hace décadas entre ambos países, pero Donald Trump lo logró.
Desde su campaña presidencial, su lema “America First” fue lo que definió su visión de nación, que incluye proteccionismo comercial, ataques a sus socios, medidas para frenar la migración e incluso, la construcción de un muro fronterizo.
Ante lo cual, el “Hecho en México” tomó fuerza como nunca y ahora es el grito de guerra con el cual se pretende defender a la industria y a la sociedad mexicana.
Pero una vez que Trump anunció aranceles al acero y aluminio mexicano, el gobierno de Peña Nieto respondió con las mismas medidas al whisky bourbon, piernas y paletas de cerdo, así como quesos, manzanas, arándanos y otros de la industria siderúrgica y del aluminio, provenientes de Estados Unidos. La guerra había comenzado.
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No dejarse impresionar
Esta reacción del gobierno federal fue bien vista por analistas y algunos sectores empresariales, ya que no solamente se responde en la misma medida e intensidad, sino que se pone de manifiesto que se debe mantener, o al menos intentar, un equilibrio de fuerzas entre los socios comerciales del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
“Entramos a una era donde hay diferencias importantes y se nota que México está listo para usar los instrumentos de combate que le dan los tratados internacionales”, aseguró Luis de la Calle, exintegrante del equipo que negoció el TLCAN en 1994.
En declaraciones para El Financiero, el experto en temas bilaterales aseguró que “al tomar las represalias con los aranceles que se impusieron se empieza a retomar el control en el comercio exterior” ya que “con Estados Unidos nada es fácil y menos ahora”.
Pero el objetivo primordial con esto, es que las negociaciones del TLCAN continúen y que el acuerdo final represente un beneficio real para México, según lo ha afirmado en diversas ocasiones el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo.
“Este esquema, más que tener un sentido lógico comercialmente hablando, es un mecanismo para tratar de presionar y acelerar la negociación”, dijo el funcionario.
Algunos posibles ganadores
Y con este escenario, el “Hecho en México” puede tomar más fuerza y algunos de los posibles ganadores podrían ser los productores de manzana y de carne de puerco, que ven en esto una oportunidad para fortalecer su presencia incluso en el mercado internacional.
Para Elier García Domínguez, presidente de la Unión Agrícola de Fruticultores de Chihuahua (Unifrut), si los aranceles se mantienen por un periodo de tiempo importante, obtendrían beneficios muy importantes.
La imposición de aranceles es “favorable para los productores de manzana”, dijo el líder empresarial, ya que “si se conservara por largo tiempo, esto incentivaría la producción e inversión nacional”.
Por su parte, los productores porcinos de México también ven esto como una ventana de oportunidades.
“Este arancel nos abre la posibilidad para poder crecer en la industria nacional, podría incrementar las inversiones y por lo tanto nuestra participación el mercado nacional”, dijo Alejandro Ramírez, director de la Confederación de Porcicultores Mexicanos (Porcimex).
Sin embargo, en esta guerra comercial entre el “America First” contra el “Hecho en México”, habrá pocos ganadores ya que “se perjudican los americanos y nos perjudicamos nosotros, pero en estas cosas nadie sabe lo que pueda pasar”, dice Gonzalo Padilla, un empresario importador de carne.
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