Por más declaraciones y señales de optimismo que puedan mandar los representantes del gobierno de Donald Trump, Estados Unidos no cambia y condiciona nuevamente negociaciones del TLCAN.
Ciudad de México.- Parece que la fórmula de la administración de Trump es muy simple, una modernización a modo del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), a cambio de la eliminación de aranceles de aluminio y acero para México y Canadá.
Tal como lo había expresado en su momento el secretario de Comercio de Estados Unidos, Wilbur Ross y Robert Lighthizer, representante comercial de la Casa Blanca, el objetivo es presionar a sus socios comerciales para que consigan un TLCAN con las condiciones que Trump exige.
Esta postura ha sido muy criticada incluso por miembros del Congreso de los Estados Unidos, como es el caso de Pat Toomey, un legislador republicano de Pensilvania, quien ha impulsado una iniciativa de ley para quitarle la facultad al presidente de imponer aranceles so pretexto de cuidar la seguridad nacional.
“Estoy profundamente preocupado de que las mismas disposiciones que el representante comercial de Lighthizer está impulsando hagan que el TLCAN sea un acuerdo mucho menor. Sería debilitar el TLCAN”, señaló Toomey.
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Negociaciones para después de elecciones en México
Wilbur Ross, al tiempo que reafirmó que los aranceles son la moneda de cambio para negociar el TLCAN, también marcó la agenda que podría seguir en un futuro cercano con respecto a las mesas de trabajo que mantienen México, Canadá y Estados Unidos.
Ross reconoció que “desafortunadamente esas pláticas no pudieron llegar a una conclusión”, antes del proceso electoral en México, pero afirmó que tanto él como Lighthizer, están optimistas “de que después de la elección presidencial mexicana, estas pláticas puedan tomar fuerza de nuevo”.
Sin embargo, ante el Comité de Finanzas del Senado estadounidense, el secretario de Comercio estadounidense dejó entrever que su postura no cambiará, que no flexibilizarán sus exigencias y que solo será posible llegar a acuerdos, siempre y cuando beneficien a su país.
“Nuestro objetivo es tener un TLCAN revitalizado, que ayude a Estados Unidos y como parte de eso, la aplicación de la Sección 232 (los aranceles al acero y aluminio) lógicamente sería eliminada tanto en lo que tiene que ver con Canadá y con México”, afirmó Ross.
México rechaza propuesta
Estas declaraciones no cayeron bien del lado mexicano y el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo Villarreal, rechazó la propuesta hecha por el gobierno de Donald Trump de aceptar acuerdos del TLCAN a cambio de aranceles.
“Nosotros siempre hemos considerado que el TLCAN no puede estar condicionado a ningún otro elemento externo a la negociación”, dijo el titular de la Secretaría de Economía (SE).
Además, recriminó a los funcionarios de Estados Unidos que “la imposición de aranceles fue de manera unilateral” y “para incentivar que las negociaciones llegaran a buen puerto”, por lo que México no aceptará esto a cambio del TLCAN 2.0.
En ese mismo sentido se expresó el jefe de la Negociación Técnica para el TLCAN de la Secretaría de Economía de México, Kenneth Smith Ramos, al señalar que “nunca hemos aceptado una liga entre los aranceles que impuso Estados Unidos en materia de acero y aluminio y la negociación”.
Y según declaraciones que retoma Notimex, el funcionario aseguró que su postura es de seguir “negociando de manera constructiva, pero nunca bajo presión o con amenazas”.