Programas como descentralizar las dependencias federales o reducir impuestos en la franja fronteriza del norte, son algunas de las propuestas del nuevo gobierno pero ¿son viables las medidas de AMLO para impulsar desarrollo de los estados?
Ciudad de México.- La llegada de un nuevo gobierno ha abierto la posibilidad de que se implementen cambios importantes en la manera en que han venido operando las actividades administrativas del país y ahora parece que las cosas van a tomar un rumbo diferente.
Entre las principales propuestas que ha hecho Andrés Manuel López Obrador, presidente electo de México, es que cambiará de sede a las diversas dependencias federales para terminar con el centralismo administrativo y con esto, también impulsar el desarrollo regional de los estados.
En ese sentido, el traslado de las secretarías no solamente implica contar con infraestructura para albergar las sedes, sino la ampliación de espacios habitacionales para los trabajadores que decidan cambiar de sede; así como mejorar las vías terrestres de comunicación.
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Inversiones, empleos y desarrollo regional
Según cifras del nuevo gobierno, actualmente laboran en la Administración Pública Federal 3 millones de personas, concentradas en su gran mayoría en la Ciudad de México. Descentralizar estas dependencias entonces no solo representa una gran inversión, sino crear nuevos modelos de trabajo en entornos diversos.
Para tal motivo, López Obrador aseguró en su momento que les van a “dar facilidades” a los trabajadores; ya que “en vez de construir viviendas en la Ciudad de México, las vamos a construir en los estados de la República, por lo que el traslado va a requerir de un acuerdo con los trabajadores al servicio del Estado”.
Esto puede ser una medida que de impulso al desarrollo regional, ya que como lo afirma Kristobal Meléndez Aguilar, investigador del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), habrá empleos en diversas áreas productivas.
“Podría haber un desarrollo económico en el sentido de que algunos estados se podrían ver beneficiados con el hecho de que algunos individuos de algunas de estas entidades federativas estarían siendo contratados”, asegura el especialista.
Pero no solo basta con mover las dependencias, sino que se necesita que lleguen inversiones privadas para crear las condiciones básicas para atender las necesidades y las demandas de todos los trabajadores que se muden y de los habitantes locales.
Esto debido a que “en muchas de las ciudades que se han planteado como sedes de las secretarías no hay la infraestructura en términos de edificios, en términos de vías de comunicación o servicios, incluso conectividad suficiente como para ubicar ahí una dependencia”, considera Gustavo López Montiel, académico del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM).
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Las propuestas para la frontera norte
Otra de las propuestas del nuevo presidente es incentivar el consumo en la franja fronteriza con Estados Unidos, aumentar la derrama económica en la región y atraer inversionistas y compradores incluso desde el lado estadounidense.
La idea es reducir el Impuesto al Valor Agregado (IVA) de 16 a 8 por ciento y también la tasa del Impuesto sobre la Renta (ISR) a empresas en la zona fronteriza de 30 a 20 por ciento, pero para algunos especialistas, estas medidas pueden tener un lado negativo.
“Podría generar un mayor consumo en esa zona, pero no creo que llegue a compensar la pérdida recaudatoria”, señaló Adrián García, investigador de Ingresos Tributarios del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP).
En declaraciones para El Economista, esto podría reducir la tasa recaudatoria hasta en 110 mil millones de pesos al año (un 0.5 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) nacional), por lo que asegura que esta medida se debe reforzar con medidas para combatir las “facturas apócrifas y la evasión fiscal a nivel nacional”.
Aunque reconoció que estas medidas “mantendrían más competitiva” a la franja fronteriza y podría “ocasionar que mucha gente comprara más del lado de México que de Estados Unidos”, algo que puede ser benéfico para impulsar el consumo interno nacional.