Nuestro país tiene una situación muy particular, ya que México destina mucho dinero a la educación pero muy poco llega a los estudiantes, algo que se ve reflejado en los niveles académicos de las personas y sus ingresos.
Ciudad de México.- De acuerdo a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), México ha incrementado su presupuesto para la educación de manera constante e incluso es uno de los más altos de la lista de países que la integran.
Así, “el porcentaje medio del gasto público total dedicado a la educación en todos sus servicios, es de 17 por ciento en México, frente a 11 por ciento de los países de la OCDE, pese a un ligero descenso entre el 2011 y el 2015”, detalló un estudio realizado por este organismo.
De esta manera, el gasto público en instituciones educativas representó el 4.3 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) nacional, frente a un 4.2 por ciento en promedio para la organización.
Sin embargo, este aumento del presupuesto no se ve reflejado directamente en los estudiantes, ya que en realidad en ellos se invierte una cantidad mínima.
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El país que menos invierte en los estudiantes
Paradójicamente, si México es uno de los países que más ha elevado el presupuesto para la educación, también es el que menos invierte en los estudiantes de entre 6 y 15 años.
De acuerdo al informe Panorama de la Educación 2018, para cada estudiante de educación básica en México se le destinó apenas una tercera parte del promedio de la OCDE para este rubro.
“Durante los años de escolarización obligatoria, este país gastó 29 mil 015 dólares por estudiante, menos de un tercio del promedio de gasto de la OCDE, que ascendía a 90 mil 561 dólares”, según el documento.
Y esto empeora a nivel secundaria, ya que es la que menos presupuesto recibe por estudiante, con un gasto por estudiante de 7 mil 543 dólares, menos de un cuarto del promedio de la OCDE, que fue de 32 mil 779 dólares, según el documento.
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Poco desarrollo educativo
Pero además de todo esto, México tiene los niveles más bajos de titulación a nivel secundaria, ya que 65 por ciento de los adultos carece de estos estudios básicos, mientras que en el resto de los países que integran la OCDE el promedio es de 22 por ciento.
Esta situación va mucho más allá de solo un título académico, ya que estas carencias impactan en las posibilidades de desarrollo de las personas en el área laboral y en los niveles de ingresos que pueden percibir.
“Este factor está vinculado con una gran inequidad en los ingresos de los adultos”, dice el estudio que retoma El Economista, ya que los trabajadores con educación secundaria ganan 40 por ciento menos que aquellos adultos con bachillerato, “lo que representa la desventaja de ingresos más alta de la OCDE”.
Del mismo modo, los adultos con educación universitaria ganan casi el doble que los que no terminan la educación superior, lo que implica una mayor desigualdad entre la sociedad mexicana.
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