Una de las cuestiones que puede derivar en un buen entorno para el comienzo del nuevo gobierno, tiene que ver con el manejo de los recursos para el 2019, por eso los analistas financieros están muy atentos al presupuesto de AMLO.
Ciudad de México.- Esta es una de las mayores preocupaciones para algunos expertos, ya que un buen manejo de los recursos, cumplir con los pagos de los compromisos adquiridos con anterioridad y ser muy responsables en no aumentar la deuda pública, serán fundamentales para mantener la estabilidad macroeconómica.
En ese sentido, ahora que al parecer la cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) dejó de ser el mayor motivo de incertidumbre y desconfianza entre los empresarios e inversionistas, el Presupuesto de Egresos se ha convertido en el siguiente tema de análisis.
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Clave para la estabilidad macroeconómica
Por tal motivo, Mario Campa de la firma Latam PM, considera que ahora que el tema del NAIM está de alguna manera resuelto, “el Presupuesto de Egresos será clave para los mercados” sobre todo, porque será una señal muy clara de la forma en que pretenda gobernar AMLO, al menos en política económica.
Según el analista, el gobierno entrante proyecta “entre 1.15 y 1.43 por ciento de PIB extra por disminución de gasto corriente y 0.49 a 1.1 por ciento del PIB por aumento de ingresos públicos”, lo que “vendría del superávit primario”, que espera sea de entre 0.5 a 1.0 por ciento del PIB.
En declaraciones para El Financiero, Campa espera ver también políticas que evitan un endeudamiento mayor de las finanzas públicas.
“Eso estabiliza la deuda y permitiría ir por la ambiciosa y necesaria reforma de pensión universal. Además de elevar la inversión pública en tres o cuatro proyectos estratégicos”, señaló el experto.
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La postura de AMLO
En ese sentido, Andrés Manuel López Obrador presentó el panorama general para algunos aspectos que tiene que asumir en el Presupuesto de Egresos, entre los que destaca pagos de deudas, salarios de trabajadores y fondos para los estados, recursos que dijo “no se podrán tocar”.
Según AMLO, en el presupuesto “habrá un gasto fijo, que no se podrá tocar, por 3 billones 608 mil millones de pesos destinados a los intereses de la deuda, pensiones y la nómina de servicios personales.
Esto los divide en 725 mil millones de pesos para pagar los intereses de deuda del próximo año, 703 mil millones de pesos para estados y municipios y 36 mil millones de pesos para las “deudas que circulan de los adeudos de ejercicios fiscales anteriores (Adefas)”.
En cuanto a nómina de los trabajadores del estado, implica un gasto de 1 billón 252 mil millones de pesos, “ya con el recorte al gasto corriente”; y para pensione y jubilaciones, el próximo gobierno federal calcula 928 mil millones.
El presidente electo también señaló: “Ya nada más estoy ajustando lo que es gastos de operación, subsidios y el gasto de inversión pero ya estoy por terminar, a eso me estoy dedicando ahora”.
Estas señales se pueden considerar positivas por parte del gobierno entrante, que ya contempla esos gastos y destina dinero para cumplir con todos los compromisos.
Pero a pesar de esto, “las proyecciones de ingresos poco realistas contenidas en el presupuesto, podrían generar preocupación sobre la credibilidad del equipo económico de AMLO”, señaló Edward Glossop, economista de Capital Economics.
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