La decisión de cancelar el Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) es definitiva y José María Riobóo señaló que ya comienzan los estudios de Santa Lucía pero la polémica continúa, sobre todo por las diferencias existentes con la consultora Mitre.
Ciudad de México.- El proyecto de ampliar la base aérea de Santa Lucía es viable desde todos los aspectos, aseguró José María Riobóo, quien es el asesor de este proyecto y ante lo cual señaló que “si no fuera factible, ni la encuesta se hubiera hecho”, aseguró.
También afirmó que los estudios para determinar todos los detalles del proyecto estarán listos en unos 3 o 4 meses, que el hangar presidencial que se ubica en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) desaparecerá y que esta terminal entrará en una etapa de modernización.
En el caso de Toluca, es urgente incentivar a las aerolíneas a que regresen allá, “porque ayudará a desahogar un poco las operaciones del AICM”, aseguró.
Esto te puede interesar: AMLO y empresarios del NAIM llegan a acuerdos para finiquitar contratos
La polémica con Mitre
Con respecto a la carta que recibió el nuevo gobierno de Mitre, una de las consultoras más reconocidas a nivel mundial en investigación y desarrollo en ingeniería de sistemas de control de tráfico aéreo y donde asegura que la operación “dual” de dos aeropuertos es sumamente riesgoso, Riobóo considera que esa interpretación es equivocada.
“Mitre se debe a sus antiguos patrones. Mi opinión es que dijo algo que no es cierto: que no era factible Santa Lucía con el aeropuerto de México; eso es un berrinche, una patada de ahogado”, subrayó en declaraciones que retoma El Financiero.
Pero la evaluación realizada por este organismo de la posibilidad de que el AICM y Santa Lucía trabajen simultáneamente, es muy complicada. “Los riesgos son claros y presentes. Además, aún en el mejor caro, no resolverá el problema de la demanda más allá del muy corto plazo (algo ya mencionado en 2013 por la OACI)”, apunta Mitre.
Esto debido a que en esa carta se asegura que “aún no se analiza la capacidad operacional” de Santa Lucía y agrega: “No comprendemos cómo se habla de capacidad antes de emprender estudios de espacio aéreo”.
También señaló que se necesitan hacer “estudios de tipo fotogramétrico” para “conocer en alta resolución el terreno hacia el norte que requiere Santa Lucía y los cuales, por lo menos, requieren de ocho meses”.
Ni cancelación del NAIM ni inseguridad frenarán las inversiones en México
Se avecinan conflictos sociales
Además de los aspectos técnicos, Mitre también toca un tema del que muy poco se ha hablado y tiene que ver con posibles afectaciones a las personas que viven en los alrededores de la base aérea.
Ya que según este organismo, se tendrán que “comprar o expropiar tierras con miras a extender la longitud de las pistas para que se puedan acondicionar “luces de aproximación de pistas de precisión” y además de que la construcción y luego la entrada en operaciones de esta terminal aérea “causaría un alta exposición al ruido en comunidades cercanas”.
Por otro lado, organizaciones sociales ya se están organizando para exigirle al nuevo gobierno detalles sobre el impacto ecológico y posibles afectaciones a los acuíferos de la zona.
De acuerdo a la organización Integrantes del Frente de Comunidades Unidas de Tizayuca, solicitarán que se ponga a consulta pública entre los habitantes de la zona para saber si avalan el proyecto de ampliación de la base aérea, ya que su principal preocupación es la falta de acceso a agua en esta región.
“Un punto neurálgico de todo este asunto es la sobre explotación del acuífero Cuatitlán- Pachuca, por lo que la sociedad es la que tendrá que aprobar o desaprobar el proyecto”, aseguró Joaquín Ávila Magallán, integrante de este frente social.
