El desbasto generado por la lucha contra el huachicol ha ocasionado las largas filas en las gasolineras, pero más allá de esto también ha destapado una caja de pandora en el tema de la gasolina que tiene que ver con corrupción, malos manejos y la evidente falta de infraestructura en todos los sentidos.
Ciudad de México.- Se cerraron los ductos y la gasolina comenzó a escasear principalmente en los estados del centro del país; hubo pánico entre los consumidores y muy paulatinamente la venta comienza a restablecerse, pero esto también ha mostrado la falta de infraestructura para solventar un problema de este tipo con otras alternativas de distribución.
En ese sentido, hacerlo por vía terrestre es más tardado y caro, pero se combate en cierta medida la ordeña de los ductos, que como quedó demostrado el fin de semana pasado en Tlahuelilpan, Hidalgo, donde ya van 89 muertos por la explosión, no solo es un delito sino un peligro para toda la sociedad.
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Importar más gasolina
Para combatir la emergencia actual de distribución de gasolina, el gobierno ha implementado otras medidas adicionales, como pedir que a las empresas con permisos de importación de combustibles los hagan efectivos y que comiencen a operar.
También el Servicio de Administración Tributaria (SAT) anunció que permitirá la importación de gasolinas las 24 horas del día, con lo que se facilitan los trámites aduanales y se aumenta el flujo de combustibles al país.
En ese sentido, José Manuel López Campos, presidente de la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo (Concanaco-Servytur), aplaudió esta medida ya que con ello se logrará atender de manera más rápida el crecimiento de la demanda que en las últimas semanas “registró variaciones importantes”, sobre todo en el centro del país.
Según el líder empresarial, con esta medida “se ampliará la operación de las aduanas de la frontera norte del país para aumentar el cruce de tractocamiones que importen combustible, con el que se estima habrá un aumento de 40 por ciento en comparación con el flujo actual”.
Pero lo mismo será con las aduanas marítimas, donde “se ampliarán durante todo el día y la noche los horarios de operación, en coordinación con las administraciones portuarias”, dijo López Campos, esto con la finalidad de facilitar el arribo y despacho de buques con importaciones de gasolinas.
Problemas mayores
Pero si en ese sentido se pueden aumentar los flujos de importaciones de gasolinas, ahora los empresarios y especialistas aseguran que se entra en una nueva etapa en donde se hace patente la falta de infraestructura de Pemex para solventar las nuevas exigencias del mercado.
Por un lado, una vez que el producto ya esté en México, se necesitan lugares para almacenarlo y no existe la infraestructura necesaria para hacerlo, ya que apenas hay capacidad para tener reservas que cubran las demandas de cuatros días en todo el país, un nivel muy bajo si se toma en cuenta el consumo promedio, por lo que una situación como la actual es normal que haya generado desabasto.
De ahí la necesidad de que las empresas privadas generen inversiones para el desarrollo de infraestructura, ya que a pesar de que la Secretaría de Energía (Sener) tiene el registro de 65 proyectos de almacenamiento, distribución y transporte de petrolíferos, que representan una inversión de 4 mil 404 millones de dólares, actualmente solo operan cinco.
Por lo que Rubén Cruz, socio líder de Energía y Recursos Naturales de KPMG México, afirmó que “hay un plan para 2025 de llevar los niveles a entre 11 y 15 días de inventarios”, pero esto no será de inmediato.
Mientras que Luis Farías, CEO de Avant Energy, señaló en declaraciones para El Financiero que están “trabajando para acelerar los proyectos y apoyar al país en estos momentos donde el abasto de gasolina es muy limitado” y agregó que ya están “programando nuevas etapas en nuestras terminales”, sobre todo en un proyecto en Tamaulipas llamado Supera, que es precisamente de almacenamiento y recepción de hidrocarburos.
Otro factor que influye de manera negativa, es la falta de acceso de las empresas a los ductos en donde solo Pemex es el encargado de manejarlos, pero es precisamente en esta red donde se da el mayor número de robos de gasolina en tomas clandestinas, con lo que no es viable para los privados pensar en una aprovechar una temporada abierta de esta infraestructura si antes no se detiene el problema de la inseguridad y la corrupción.
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El huachicoleo en su máxima expresión
En ese sentido, con el aumento del huachicoleo y la reciente explosión de un ducto en Tlahuelilpan, Hidalgo, que es una de las peores desgracias a nivel humano de los últimos años en el país, el gobierno federal confirma su estrategia de la lucha contra estas actividades ilícitas.
Octavio Romero Oropeza, director de Petróleos Mexicanos (Pemex), durante la conferencia de prensa matutina del presidente Andrés Manuel López Obrador, señaló que desafortunadamente, es en este municipio en donde se han registrado el mayor número de tomas clandestinas en los últimos años.
Según dijo el funcionario, en Tlahuelilpan “se repararon 6 tomas clandestinas en 2016; 38 en 2017; 23 en 2018; tres en lo que va de 2019”, con lo que “suman en los últimos años, un total de 70 tomas clandestinas”, tan solo en ese lugar que “lo cruzan cuatro sistemas de transportes de ductos”.
Finalmente, el director de Pemex dijo que el nivel de ventas en el país es casi el mismo “del mes de noviembre del año pasado y de días antes de implementar el combate al huachicol”, con lo que la distribución vía terrestre y con la apertura de ductos ha dado resultados y esperan que en los días próximos todo vuelva a la normalidad.
De esta manera, la lucha contra el huachicol ha destapado una caja de pandora en el tema de la gasolina que como era evidente está relacionado a la corrupción e inseguridad, pero también a limitantes que dificultan la parte operativa de las empresas, lo que será uno de los pendientes que se tendrán que resolver en un corto plazo para que las situación cambie en el país, al menos en este sector.
