Este tema se colocó en la agenda económica, política, financiera y de negocios de manera casi inesperada y se ha convertido en una preocupación más para el entorno nacional, ya que algunas voces aseguran que se limitaran las inversiones en el país y podría haber fuga de capitales, pero otros expertos consideran que hay algunos beneficios que podría traer la reforma fiscal de Estados Unidos a México.
Ciudad de México.- Pérdida de competitividad, salida de grandes empresas del país, inversiones limitadas y el éxodo de millones de dólares, son algunos de los escenarios negativos que se han planteado luego de que el Congreso de los Estados Unidos aprobó la reforma fiscal y que es vista como una amenaza para México.
De acuerdo a un análisis realizado por Deloitte, para “el caso de México, se trata de una reforma que sin duda le resta competitividad al régimen fiscal actual”, ya que Estados Unidos reduce el impuesto que se cobra a las de 35 a 20 por ciento, algo que lo haría más atractivo sobre nuestro país para ciertas empresas.
Para Rodolfo Navarrete, director de Análisis y Estrategia de Inversión en Vector Casa de Bolsa, “si en México una empresa paga 30 por ciento de ISR en Estados Unidos pagará 21 por ciento, se ha desequilibrado la competitividad tributaria creando un incentivo para que las empresas mexicanas relocalicen su dirección fiscal a ese país”.
Pero más allá de ser un gran triunfo político con la intención de cumplir con las promesas que hizo Donald Trump durante su campaña presidencial y de ser un factor de riesgo para México, también tiene algunos elementos que podrían ser benéficos para el país.
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Beneficios para México
Sin embrago, a pesar de aumentar la incertidumbre y crear un ambiente de tensión, algunos expertos ven la reforma fiscal como algo que puede traer cosas positivas a México y aunque sea de manera indirecta, esto puede tener algunos provechos para el país.
En primer lugar, esto podría ser una base sólida para que Donald Trump cambie su postura con respecto al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN); flexibilice sus propuestas y se llegue a un acuerdo que beneficie a los tres países socios.
Tal como lo señala Alejandro Padilla, director de Estrategias de Mercado del Grupo Financiero Banorte, en declaraciones que retoma Dinero en Imagen, “el tema fiscal puede ser tomado con un triunfo para Trump y con ello suavizar la retórica radical y proteccionistas en las siguientes rondas de negociación, permitiendo pláticas más centradas, con acuerdos favorables para las tres partes”.
Incluso otros consideran que no habrá ningún efecto negativo en el corto plazo y que las condiciones para las empresas, aún con la reducción de la tasa en los Estados Unidos, seguirán siendo más atractivas en México.
En el caso específico de las manufacturas, Carlos Serrano, economista en jefe de BBVA Bancomer, considera que México será al menos 10 por ciento más rentable que Estados Unidos y “sólo considerando el diferencial de costos laborales es un factor suficiente para que México siga siendo más competitivo frente a la Unión Americana”, afirmó el directivo.
Habrá que esperar cuál es el impacto real de la reforma fiscal de Estados Unidos, pero estos dos escenarios podrían permitir visualizar un panorama intermedio en donde los efectos no sean tan drásticos y que además, se obtenga algún beneficio extra en México.
En el caso de nuestro país, la SHCP debería de esforzarse en hacer una verdadera reforma fiscal integral que tenga como principales objetivos, los siguientes:
Aumentar la base de contribuyentes en México.
Fortalecer los salarios reales de los trabajadores.
Incentivar la inversión productiva.
Reducir el costo del burocratismo en la recaudación fiscal.
Simplificar el pago de los impuestos.
Derogar el ineficiente sistema de contabilidad electrónica que es una aberración.
Dejar de ser los alcahuetes de las empresas transanacionales y los monopolios que evaden casi 600 mil millones de pesos en impuestos.
Detener su enconado terrorismo fiscal. Eso entre otras medidas.