Cierre de comercios por coronavirus en México, tiene efecto en la economía familiar
No todo mundo se puede dar el lujo de quedarse encerrado en casa y no salir a trabajar. El 56.3 por ciento de la población ocupada en México trabaja en el sector informal, es decir, 56 de cada 100 mexicanos y una gran mayoría ‘vive al día’, es decir, los ingresos que genera diariamente son los que utiliza para subsistir.
La mañana del lunes 23 de marzo entró en vigor la orden gubernamental de cerrar establecimientos comerciales en la Ciudad de México por el confinamiento al que se ha obligado por la pandemia del coronavirus covid-19, que ha cobrado la vida de más de 15 mil personas a nivel mundial.
El comerciante que desde las 5 de la mañana se alista para ofrecer desayunos, jugos, café o algún otro tipo de alimento a las afueras del metro de la Ciudad de México, dueños y empleados de establecimientos comerciales que día a día recaudan recursos económicos para poder suplir sus necesidades básicas y que no cuentan con un salario mensual o las posibilidades de ahorrar lo suficiente como para suspender sus actividades productivas.
El gobierno de la Ciudad de México estima que la medida de confinamiento por la contingencia sanitaria y la suspensión de actividades pueda durar hasta el 16 de abril, tiempo en el que las economías familiares se verán fuertemente afectadas ante la ausencia de ingresos.
Pero el dilema de la cuarentena está siendo adoptada no sólo en México, sino en la mayoría de los países afectados por la pandemia del coronavirus.
A nivel mundial alrededor de 2 mil millones de personas trabajan en el sistema informal y requieren realizar actividades laborales diarias para sobrevivir.
Desde vendedores ambulantes, trabajadores agrícolas eventuales, oficios, profesionales autónomos y empleados de pequeñas y medianas empresas; son los más afectados por el cierre de establecimientos comerciales a causa de la pandemia.
Para muchos, la cuarentena obligatoria es un privilegio de clases, en donde sólo los que tienen la posibilidad económica de vivir sin trabajar durante al menos quince días y hasta un mes, pueden sobrevivir a una cuarentena.
Para muchos, dejar de trabajar implicaría dejar de comer. De acuerdo con datos de la Organización Mundial del Trabajo (OIT), el 60 por ciento de la población económicamente activa trabaja en el mercado informal, para los que un confinamiento total en casa representa una cuestión de vida o muerte para ellos y sus familias.
La situación es crítica en los países emergentes y en desarrollo que concentran el 93 por ciento del empleo informal. En América Latina, por ejemplo, hay 130 millones de trabajadores informales, con México como país líder del ranking.
Las condiciones de informalidad, además, no abarcan solamente a los ambulantes. Ellos son los más evidentes porque trabajan en las calles, a la vista de todos. Pero también están las personas que laboran por su cuenta y que cobran por servicio, desde empleados agrícolas, pintores, albañiles, carpinteros, estilistas, modistas y electricistas, pequeños comerciantes y profesionistas considerados como clase media en muchos países pero que, en realidad, están a un paso de engrosar los indicadores de pobreza. Entre ellos se incluyen periodistas, camarógrafos y fotógrafos “free lance”, editores y libreros con negocios pequeños e independientes de las grandes firmas; productores de eventos culturales que fueron cancelados por la pandemia; y técnicos, actores y actrices a los que les suspendieron programas de televisión, obras de teatro y espectáculos.