Luego de las elecciones intermedias en los Estados Unidos y una nueva configuración de los poderes políticos a través de un equilibrio de fuerzas, ahora la pregunta que surge es si los ¿demócratas exigirán cambios para ratificar el T-MEC?
Ciudad de México.- Ahora con el control del Senado por parte de los republicanos y la Cámara de Representantes dominada por los demócratas, se avecina un nuevo escenario político en los Estados Unidos, que puede influir en la ratificación del nuevo T-MEC.
Esto debido a que hay algunos que opinan que el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) podría sufrir algunos cambios, originado por las exigencias de los demócratas que abiertamente han criticado algunos temas aprobados por la administración Trump.
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Cambios laborales lo que más les preocupa
Según información del El Economista, los demócratas buscarán presionar a México para que modifique algunos aspectos en el sector laboral y que desde su perspectiva, le da cierta ventaja a nuestro país.
“México se comprometió a emprender acciones específicas para garantizar el derecho a la negociación salarial colectiva, lo cual busca contrarrestar el sesgo a la baja de los salarios que confiere a nuestro país un atractivo para la inversión manufacturera”, dice la publicación.
Y a pesar de que el T-MEC obligaría a México a cambiar estas condiciones salariales, “miembros del Partido Demócrata han expresado su escepticismo sobre los mecanismos del tratado para hacer efectiva esta obligación”.
Otro aspecto que preocupa a los legisladores estadounidenses es el hecho de que en México se firmen contratos laborales colectivos, donde participan sindicatos “de dudosa legitimidad y cercanos a los intereses de los patrones”, dice este diario.
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No habrá cambios, dice Videgaray
Sin embargo, para Luis Videgaray, secretario de Relaciones Exteriores, la llegada de los demócratas como mayoría a la Cámara de Representantes no implica ningún riesgo de que el T-MEC vaya a quedar a la deriva sin la ratificación o en caso contrario, que se vayan a dar cambios de fondo.
“El diseño político del nuevo tratado, el T-MEC, considera que requería un voto mixto, no solamente un voto republicano”, dijo Videgaray, por lo que “no es una sorpresa y mucho del diseño de lo que hay en el tratado, particularmente en el capítulo laboral, está pensado para atraer votos demócratas”, agregó.
Con esto se garantizaría una mayor aceptación de la mayoría en el Congreso, lo que desde la perspectiva de Videgaray “el apartado laboral será uno de los elementos más importantes de convencimiento” en ambas cámaras.
En donde tampoco se vislumbran cambios es en el hecho de que Estados Unidos elimine los aranceles de acero y aluminio a México, al menos para antes de la firma del T-MEC por parte de los gobiernos de los tres países.
Para Salvador Behar Lavalle, jefe negociador adjunto del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN, el cual sería sustituido por el T-MEC) de la Secretaría de Economía (SE), este tema se ha complicado demasiado.
“Hemos tenido diálogos con Estados Unidos al más alto nivel; estamos intercambiando opciones para ver qué soluciones podemos encontrar que sean favorables a México”, añadió Behar.
Pero reconoció que la tarea no es fácil. “Trataremos de que se resuelva antes de que se firme o a la hora de la firma. Pero tampoco estamos seguros de poderlo resolver antes”, concluyó.
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