El cisne verde, la crisis financiera causada por el cambio climáticos
Cuando en 2008 la fiesta en Wall Street se apagó súbitamente por una poco advertida crisis financiera que contagió los mercados globales causando catástrofes económicas en las economías del mundo, los economistas utilizaron el concepto de ‘cisne negro’ para hacer referencia a los eventos raros que tienen un fuerte impacto negativo o catastrófico.
Ahora, siguiendo esa misma analogía, economistas del Bank for International Settlements (BIS), conocido como “el banco de los bancos centrales”, con sede en Basel, Suiza, publicaron un libro titulado ‘El Cisne Verde’, una investigación que recopila los análisis de Patrick Bolton, Morgan Despres, Luiz Pereira da Silva, Frédéric Samama y Romain Svartzma y hace referencia a la crisis financiera causada por el cambio climático.
Luiz Pereira da Silva, director general adjunto del BIS y coautor del estudio, explicó en entrevista con al BBC que os fenómenos meteorológicos extremos, como los incendios en Australia o los huracanes en el Caribe han aumentado su frecuencia y magnitud, provocando grandes costos financieros.
Los cosos financieros causados por el cambio climático impactan los procesos productivos, derivando en alzas repentinas de precios o la destrucción física de centros productivos, pueden tener un impacto directo tanto en el crecimiento económico de un país, como en la salud financiera de empresas e instituciones financieras.
“Si hay un efecto cascada en la economía, otros (sectores) también sufrirán pérdidas. Todo esto podría terminar en una crisis financiera”, dice Pereira da Silva.
El escenario se complica con los riesgos de transición
Los riesgos de transición ocurren cuando en las economías hay cambios abruptos en las regulaciones y, por ejemplo, de repente se prohíbe la extracción de petróleo en ciertas zonas o los dueños de activos por alguna razón buscan deshacerse de ellos rápidamente.
El efecto cascada que esto genera, es decir, el pánico que contagia a otros inversionistas y sectores productivos, causa shocks que terminan derrumbando los capitales.
Los economistas tienen la encomienda de anticipar este tipo de riesgos y analizan todos los efectos posibles para tener alguna forma de anticiparse a este tipo de crisis, en este caso, causada por el cambio climática.
‘Cisne verde’ el reto para los modelos económicos
Los autores del libro advierten que los modelos predictivos del pasado no están diseñados para responder a esta nueva amenaza climática.
Por eso urgen a los expertos para que desarrollen nuevas fórmulas que permitan enfrentar los riesgos asociados a eventos climáticos extremos.
Pero más allá de eso, los autores advierten que si se produce una crisis financiera como ocurrió en 2008, los bancos centrales ya no tendrían cómo “salvar al mundo”.
En esa oportunidad, los bancos centrales jugaron un rol vital para contener una catástrofe económica bajando las tasas de interés a niveles históricamente mínimos.
Pero más de una década después, las tasas aún están bajas, lo que no les deja poco espacio de maniobra para estimular las economías y empujar el crecimiento económico.
El libro también plantea que las regulaciones actuales que le exigen a los bancos contar con niveles mínimos de capital acumulado para enfrentar crisis, no serían suficientes para mitigar los efectos de un cisne verde en el sistema financiero.