Todo parecía un cuento de hadas, donde las empresas extranjeras vendrían corriendo a explotar los yacimientos petroleros y México sería una potencia económica, pero entre el huachicoleo y el fracaso de la reforma energética la realidad es completamente diferente.
Ciudad de México.- ¿En dónde están todos los beneficios que nos prometieron con la reforma energética? Justo ahora que en México la gasolina escasea en las estaciones de servicio y cuando Pemex está en su peor crisis productiva y financiera de su historia, sale a la luz el verdadero panorama energético del país.
Por primera vez en décadas, México tuvo que importar crudo ligero para solventar la demanda de las refinerías y poder producir la poca gasolina que se hace en el país. Así, en octubre pasado la refinadora Phillips 66 ganó una licitación para suministrar Pemex cuatro cargamentos de crudo ligero de los Estados Unidos por un total de mil 250 millones de barriles.
En diciembre pasado llegaron 300 mil barriles para a las refinerías y según el presidente Andrés Manuel López Obrador, “llevaba años que esto no sucedía” pero dadas las condiciones actuales, el gobierno mexicano busca salidas para satisfacer la demanda de combustibles.
“Hay dos opciones: compramos crudo ligero para refinerías o compramos gasolina… Estamos haciendo las dos cosas, pero al mismo tiempo queremos revisar con precisión el porqué de la caída en la producción petrolera”, señaló AMLO.
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La reforma energética es un fracaso
Pero esto se combina con la terrible caída en la producción de crudo que ha tenido el país en los últimos años y que no solo ha afectado el entorno energético, sino también la economía y el desarrollo tecnológico de Pemex.
En medio del alboroto que creó la implementación de la reforma energética y con la promesa de la llegada de capitales para la puesta en marcha de proyectos que aumentarán la producción petrolera, con el paso de los años no se alcanzan a ver estos efectos en el país.
Actualmente se producen unos 1.8 millones de barriles por día, pero con caídas tan graves como la ocurrida en agosto del año pasado, cuando apenas se alcanzó la cifra de 789 mil 500 barriles, el escenario con todo y la reforma en marcha y con contratos asignados a petroleras privadas, es de gravedad.
Por tal motivo López Obrador asegura que “la reforma energética resultó un rotundo fracaso y no es un asunto ideológico o político, son los datos duros; sin duda se cayó la producción porque no funcionó”.
En ese sentido, el mandatario ha sido enfático en señalar que según los cálculos de la administración anterior y con las inversiones privadas en marcha, “se suponía que para este tiempo iban a estar produciendo tres millones de barriles”, pero “esto no sucedió, no se incrementó la inversión y los contratos que se entregaron no han dado resultado”.
De ahí la necesidad de importar petróleo cuando se supone que México tiene cantidad suficiente en sus yacimientos para abastecer la demanda local, exportar y ser un país hasta cierto punto desarrollo en el sector energético, pero nada de esto sucede.
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Huachicol en las plataformas de Pemex
Además de la baja producción, el presidente López Obrador ha señalado que al igual que en los ductos de gasolina, sospechan que en las plataformas de Pemex hay huachicoleo de crudo y que esto puede estar afectando los niveles de las exportaciones.
“Tenemos información de que nos están vandalizando las plataformas en Campeche, en el litoral de Tabasco”, señaló el mandatario, en una situación que de confirmarse, pondría en una situación aún más complicada a Pemex y toda la red de corrupción que se ha creado, tanto al interior como con gente del crimen organizado en el robo de combustibles y petróleo.
El gobierno federal tiene ya un plan para revisar la extracción de petróleo en terminales y en los puertos de Dos Bocas, la región de Campeche y Tabasco, “que es de donde está saliendo la mayor cantidad de petróleo, un millón de barriles diario al extranjero” y con respecto a la caída de las exportaciones, “también queremos ver si no hay huachicoleo”, dijo AMLO.
Y la sospecha de AMLO se basa en que las exportaciones han caído pero no de manera natural y según su información, “el posible robo es contable” pero lo tiene que verificar con investigaciones de fondo para determinar si “la contabilidad al interior es la adecuada” y “la medición” de la cantidad de petróleo que se está exportando es la misma que la que se “extrae de los pozos”, indicó.
Finalmente, para aumentar la producción, López Obrador afirmó que “ya se están entregando contratos para explorar y perforar pozos” y espera que para finales de este año la producción retome una tendencia positiva y con esto darle un giro a la industria energética nacional.
De esta manera, la realidad a la que se enfrenta el gobierno federal con respecto a Pemex y todo su entorno, es de gravedad ya que no solo es una crisis financiera y de productividad, sino que se permitió que creciera en torno a esta empresa toda una red de corrupción que como ya lo comprobamos en estas semanas de falta de gasolina, afecta a toda a la sociedad.
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