“No incrementar la deuda pública” fue una de las promesas más polémicas de Andrés Manuel López Obrador en campaña y, a menos de un año de haber asumido el cargo, el panorama económico podría hacer que quede sólo en el discurso.
El marginal crecimiento económico, la notoria e innegable desaceleración y los riesgos de recesión, quitan el sueño a Arturo Herrera, titular de la Secretaría de Hacienda, encargado de mantener la coherencia entre los cambios cíclicos del mercado y las promesas de crecimiento de Palacio Nacional.
Con la presión de una perspectiva de crecimiento económico del 4 por ciento para 2024 y una realidad expansiva casi nula al segundo trimestre del 2019, Arturo Herrera debe tomar decisiones para reactivar la producción; pero, con un gasto público reducido y la incertidumbre que aún ensombrece la inversión privada, la reforma fiscal se anhela con urgencia y el incremento de duda coquetea cada vez con más fuerza.
“No pensamos usar (la) nunca, es como un chaleco de balas, un seguro de autos (…) es muy importante que esté ahí, pero a nadie le gusta que le roben su automóvil,” fueron las palabras de Arturo Herrera sobre la línea de crédito flexible que el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha abierto a México y que ahora está en proceso de renovación.
Pero ¿para qué renovar algo qué no se va a utilizar nunca?
La oferta del FMI no es nada despreciable cuando tienen un entorno económico mundial poco favorable. Con un Tratado de Libre Comercio entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) aún sin ratificar y una presión cíclica de recesión, tener un “chaleco antibalas” no está de más.
En conferencia de prensa en Washington, en el marco de las reuniones de otoño del Banco Mundial y el FMI, Herrera reconoció que es una línea “muy importante”, la cual típicamente ha tenido un valor por entre 70,000 y 74,000 millones de dólares, aunque se espera que sufra una disminución marginal.
“Yo también soy optimista (…) hasta hoy todas las señales son de que hay que ir asegurando, aclarando cosas, pero son constructivas, no son en un entorno de oposición, así que yo creo que vamos en una dirección correcta.” Arturo Herrera en Washington.