A pesar de la importancia que han adquirido las Pymes en México, existen aún muchos obstáculos por vencer antes de poder decir que realmente se cuenta con una cultura empresarial sustentable.
Ciudad de México.- Estudios especializados de la Condusef (Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros) indican que sólo la mitad de las pymes existentes en el país alcanzan a sobrevivir durante dieciocho meses.
Como los problemas de los microempresarios son de diversa índole, hoy sólo trataremos los respectivos al área financiera.
Primero, se toma en cuenta que estos empresarios cuentan con un conocimiento profundo del sector en el cual se desempeñan, no así con educación financiera básica, lo que lleva a su fin a la mayoría de las pymes que dejan de funcionar porque “no salen las cuentas”.
Este fracaso es grave para el empresario, pero es aún más grave dada la afectación que tiene para los miembros de la familia del empresario y para la gente que depende económicamente del empleado de la pyme que fracasa. Esto ayuda a dimensionar la importancia de que se cuente con educación financiera.
Los principales motivos financieros que impiden la permanencia o viabilidad de una pyme son, entre muchos otros, los siguientes:
- Recursos limitados.
- Ausencia de personal adecuado.
- Endeudamiento excesivo.
- Inadecuado manejo de costos y gastos.
- Bajo nivel de ventas.
- Poco capital para invertir.
- Opciones inadecuadas de financiamiento,
- Falta de estrategia o administración adecuada.
Aunado a este panorama, existen diez errores muy comunes en la actuación de los líderes de este tipo de empresas:
1. Ausencia de una cultura empresarial
La mayoría de las pymes pocas veces se plantean cuál es su misión, visión y valores. Son empresas que no se cuestionan por qué existen como organización, cuál es su propósito, sus valores, cómo piensan llegar a sus consumidores, sino que se limitan a operar sobre bases empíricas. El no plantearse lo anterior envía mensajes confusos a clientes, proveedores y empleados sobre quiénes son como empresa y hacia dónde se dirigen.
2. Falta de análisis estratégico
Muchas pymes inician actividades en el mercado con lo que creen que necesitan y no con lo que requieren en realidad. Ignoran oportunidades que pueden aprovechar, y pasan por alto aspectos que pueden acabar con ellos como, mayor competencia, productos innovadores, escasez de mano de obra calificada o dificultades para hacerse de materias primas.
Algo que se puede hacer para contrarrestar esta carencia es formularse preguntas como “¿Quiénes son mis clientes?”, “Mi producto o servicio ¿es único o especial?”, o “¿Cuál es el futuro de mi producto?”.
3. Mala administración
Junto con la mala planeación financiera, esta variable es una de las principales causantes del fracaso de las pymes en México, pues muchas empresas surgen de una corazonada más que de un conocimiento significativo del negocio y sus características.
Además, también es común que los propietarios se sientan con los conocimientos suficientes en todas las áreas del negocio, y eviten cualquier insinuación de asesoría o apoyo.
Ante este panorama, la capacitación en administración se presenta como la plataforma que requieren muchas pymes para competir no sólo en el mercado doméstico, sino también para mirar hacia el exterior.
4. Incompetencia personal
Son muchas las empresas que fracasan debido a la incompetencia del dueño para llevar las riendas de un negocio. Por ello, es recomendable capacitarse, conocer a fondo el producto, estar siempre al pendiente de los clientes y mantenerse alerta a los cambios del mercado. Sólo así se podrá sobresalir en un entorno de negocios.
5. Creerse todólogo
Otro error común de quien incursiona en los negocios es jugar a ser “todólogo” por demasiado tiempo, ya que resta a la empresa la oportunidad de crecer a partir de una falta o ausencia de pensamiento estratégico de su dueño o director general.
Por supuesto que muchas empresas empiezan así, siendo empresas de un solo hombre, pero el error está en seguir así al paso del tiempo. El no contar con la gente adecuada y asumir que todo lo hace el dueño puede ocasionar más problemas que ahorros.
Lo ideal es que en la primera oportunidad se contrate al personal necesario para contabilidad, producción, ventas, recepción, logística, etcétera, lo que le ayudará a los líderes de pymes a enfocar sus energías a detectar oportunidades para su negocio y aprovecharlas en su momento.
6. Mala previsión financiera
Al no determinar con anticipación los fondos necesarios para poner en marcha la empresa y cómo van a obtener el capital, los empresarios caen en la trampa de la mala planeación financiera. Es muy importante definir previamente la estructura financiera de la empresa y hacer una previsión de su rentabilidad a mediano plazo.
Esto no quiere decir que sólo se planeen las inversiones en activo fijo, sino se deben contemplar también los gastos de capital de trabajo y posibles gastos derivados de oportunidades que pueda brindar el mercado.
7. Comenzar endeudados
Es importante tener en cuenta que el crédito no siempre es la solución para la pyme. Es importante definir cuál es el objetivo principal de la empresa, para ver si en verdad se necesita crédito para alcanzarlo. Es necesario realizar y con disciplina dar seguimiento al presupuesto que se realice.
Es aconsejable también definir si no hay otros mecanismos de financiamiento porque a veces lo que se requiere es capital (socios) y no crédito y si ésta es la opción, debe estar bien definido cómo se aprovechará y qué consecuencias tendrá, en cada caso.
8. Centralizar el poder en las empresas familiares
Se estima que por cada seis empresas que se crean en primera generación, sólo una llegará a la tercera generación, es decir que difícilmente una empresa creada ahora, va a ser administrada al paso del tiempo por los nietos.
Es aconsejable tomar en cuenta conflictos relacionados con la autoridad, el manejo de los recursos, los planes de compensación, el valor del trabajo y la sucesión que, sumados a cuestiones emocionales, hacen que la empresa familiar que no se administra adecuadamente pueda convertirse en un problema.
Se recomienda establecer reglas jurídicas y morales, para descentralizar el poder y buscar la profesionalización de la institución. Conseguir que la empresa tenga vida propia, que no dependa de una o dos personas y esto significa construir órganos de gobierno que garanticen la capacidad de los nuevos dueños conforme se vayan incorporando y la disposición de esos dueños a cuidar la empresa tanto como lo hizo el fundador.
9. Ausencia de controles
Las medidas de control suelen ser subestimadas cuando se trata de empresas propias. Sin embargo, hay que tener control de gastos, de ventas, de inventarios, de producción, etcétera, así como tener al día los manuales de operación y toda la documentación de la empresa en regla. Esto, además de constituir una empresa más seria y responsable, servirá como una gran herramienta para regresar sobre los pasos y rectificar errores.
10. Falta de planeación
Con frecuencia las pymes no contemplan el tema de la planeación. Van solucionando las cosas según se presentan sin comprender que esta forma de trabajar limita por mucho el crecimiento de la empresa.
Las actividades de planeación indican qué se desea lograr en la empresa, y cómo se plantea alcanzarlo. Para ello, se debe contestar con sinceridad: “¿Por qué creo que habrán de darse las ventas?”, “¿Qué elementos tengo para que esas ventas se den?”, “¿La situación del mercado es ideal para lograrlo?”, “¿Es el momento adecuado para vender u ofrecer esos productos o servicios?”, en fin, muchas cuestiones encaminadas a definir los pasos que dará la empresa en el futuro a corto, mediano y largo plazo.
Tomar en cuenta estos problemas y errores puede servir para pasar a estar en la mitad de las pymes que sobreviven 18 meses y más en el reñido mercado mexicano.
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