Los jóvenes menores a 33 años por su capacidad innovadora, habilidad con las nuevas tecnologías y su forma de ver el mundo, están destinados a ser los promotores de una nueva dinámica laboral: creativa y emprendedora.
México (elsemanario.com).- Mucho se habla de los Millennials y de la Generación Z, sus aptitudes y capacidades para el manejo de nuevas herramientas o tecnologías, pero además por su cambio radical en la forma en que fijan sus sueños y metas respecto a otras generaciones.
Estas características, los colocan como punta de lanza para modificar la dinámica profesional y laboral en el mediano plazo. Está claro que manejan un “chip” diferente, muchas veces ponen en jaque a empleadores o jefes que son mayores debido a que son irreverentes con los horarios de trabajo, prefieren estructuras (laborales) transversales a las verticales, suelen ambicionar más el desarrollo profesional que el económico, aunque al ser nativos digitales no dejaran de preocuparse por obtener buenos ingresos.
De acuerdo con un estudio reciente sobre los Millennials y la Generación Z pese a su característica “volatilidad” respecto a su capacidad de atención a un solo objetivo o la retención de un empleo (generalmente no duran más de 3 años), sus sueños y aspiraciones no son muy distintos a los de la mayoría de las personas mayores a ellos. La diferencia, tal vez, es la prioridad y la forma en que buscan alcanzarlos.
Las tres principales prioridades o aspiraciones de los jóvenes pertenecientes a estas generaciones son: estabilidad económica, así como alcanzar sus metas y sueños profesionales. También tienen preocupación por su futuro laboral, el costo de su educación y por la situación económica actual o futura.
El documento elaborado por Adecco en Europa (basado en una encuesta a más de mil jóvenes) señala que estas dos generaciones han desarrollado nuevas dinámicas profesionales, por ejemplo: en la búsqueda de empleo, las entrevistas de trabajo y en la forma en la que buscan desarrollo o promociones dentro del mercado laboral.
Lo cierto es que esto está pasando, por lo que la dinámica profesional está forzada a evolucionar ante la irrupción de los pertenecientes a estas generaciones en el mundo “adulto” pues ya se encuentran en el epicentro de varias empresas; desde puestos junior hasta gerenciales.
Y es que esto impactará en otras esferas, como la dinámica de hacer negocios, pues el emprendedurismo se manifiesta en edades más tempranas. Ejemplo de ello es lo que pasa en México con el Campus Party 2015.
El mayor foro de tecnología, emprendimiento, creatividad y cultura digital en red en México (que se desarrolla en Expo Guadalajara del 22 al 26 de julio) convocó a jóvenes provenientes de más de 150 instituciones del país y ahí se están generando sinergias entre centros educativos, fondeadoras y emprendedores.
No es para menos la atención y el enfoque que le ha dado el Campus Party este año, pues se estima que para 2030 los Millennials y la Generación Z conformarán el 75% de la fuerza laboral a nivel global, por lo que serán clave (ya lo son) para impulsar el crecimiento de cualquier negocio, de acuerdo con especialistas.
En esta edición, se contempla que surjan alrededor de 200 nuevas start ups, que se logren acuerdos con 50 fondos de inversión, con un potencial de 400 millones de dólares, entre ellas algunas fondeadoras de Silicon Valley.
Los Millennials y la Generación Z son el presente y el futuro. Su capacidad de innovación y adaptación a diversas situaciones laborales, así como su innata habilidad con las nuevas tecnologías, los hace imprescindibles para atender las necesidades actuales en el mundo empresarial y de negocios. Pero también, serán los nuevos dueños de empresas o los creadores de nuevos proyectos.
Los datos:
Los Millennials: Son todos aquellos nacidos entre 1981 y 1995 (aunque puede haber diferencias en el rango).
La Generación Z: Comprende a todos los que llegaron a este mundo a partir de 1995, es decir, apenas entran a la edad “adulta”.
Ojo: Estas generaciones también (algunos) consideran la tradición de casarse o vivir con una pareja estable por el resto de su vida, aunque no es una prioridad mayor. Además, la mayoría aspira mínimo a concluir estudios universitarios.